Efraín Alegre, un político contra la hegemonía conservadora en Paraguay. (Foto: EFE)
Efraín Alegre, un político contra la hegemonía conservadora en Paraguay. (Foto: EFE)
Redacción EC

. Abogado y militante del partido Liberal desde muy joven, el candidato presidencial opositor Efraín Alegre, de 55 años, aspira a romper la hegemonía del oficialista partido Colorado (derecha) al frente de una coalición de centro izquierda en las elecciones del domingo.

Católico practicante, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, en contradicción con varios partidos que lo apoyan en su Alianza Ganar, Alegre se presenta a la elección por segunda vez en cinco años.

En 2013 cayó derrotado por el actual presidente, el rico empresario tabacalero Horacio Cartes, en unos comicios donde su partido se presentó sin alianzas.

Hijo de un hacendado y comerciante del departamento de Misiones (sureste), es el octavo de doce hermanos. Tiene cuatro hijos y está casado con Mirian Irún desde hace 26 años.

Contrajo matrimonio con los primeros vientos de democracia tras el fin de la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-89), contra la cual Alegre fue activo militante juvenil.

"Para mí, estudiar Derecho significaba una rebeldía juvenil y me pareció que era un instrumento importante para luchar contra la dictadura", puntualizó el candidato opositor a la AFP.

Explica de esa forma su escasa dedicación a la profesión de letrado para abocarse de lleno a la política, con 15 años como parlamentario.

Comenta con ironía que el año pasado se casó por segunda vez. "En realidad, reafirmé mi compromiso matrimonial", precisa, al referirse al rito católico de la celebración de las Bodas de Plata.

En su valle, Misiones, una región ganadera (250 km al sureste), los habitantes están acostumbrados a desayunar, almorzar y cenar carne. "Yo soy cocinero pero de parrilla", observa, para destacar sus habilidades con la carne asada y el pescado de río.

--- Contra el "bebesaurio" ---

La pugna es ahora con el delfín de Cartes, Mario Abdo Benítez, de 46 años, favorito de las encuestas y tildado con desdén por sus adversarios con el mote de "bebesaurio", por ser hijo de un estrecho colaborador de Stroessner, quien dirigió con mano de hierro los destinos de Paraguay por 35 años y a cuyo régimen las organizaciones de derechos humanos atribuyen entre 1.000 y 3.000 muertos y desaparecidos.

Alegre propugna reducir al mínimo las tarifas de la electricidad y ofrece salud gratuita a favor de los indigentes, postura que apresuró a su rival político a advertir una tendencia populista, mala palabra en esta nación sandwich entre Argentina y Brasil.

El oficialismo no dudó en lanzarle toda su artillería: "Alegre representa a los invasores de propiedades que son enemigos del trabajo", dijo en un mitin el presidente Cartes.

Alegre "tiene un discurso irresponsable porque su proyecto no prende y trata de construir una dialéctica mentirosa y engañosa", reforzó Abdo Benítez.

Egresado de la Universidad Católica, máster en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional, posgrado en Derecho Comunitario por la Universidad de Salamanca (España), ex ministro de Obras, ex presidente tanto de la Cámara de Diputados como de la de Senadores, además presidente de su partido, Alegre tiene un perfil político completo.

--- "La macroeconomía no da de comer" ---

Pero carece de la aceitada estructura con que cuenta el partido Colorado. Por ello insta a votar contra la hegemonía colorada, a la que atribuye responsabilidad en la pobreza estimada en 26,4% (global 2017, que vive con menos de 100 dólares mensuales) y una pobreza extrema de 4,41% (que vive con menos de 50 dólares).

"La macroeconomía no le da de comer a la gente", argumenta al refutar la propaganda oficial que destaca las buenas cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto.

En 2017, el PIB de Paraguay creció 4,5%, entre los más altos de la región.

Alegre remarca que los últimos 70 años de gobierno colorado -salvo el período de cuatro años que gobernó su actual aliado el ex obispo izquierdista Fernando Lugo (2008-2012)- han sido sinónimo de "inestabilidad, pobreza, despilfarro y corrupción", al tiempo que exhortó al electorado a "vencer al continuismo para empezar a crecer".

Fuente: AFP

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