Una ONG de protección de datos con sede en Austria ha denunciado a Google, Facebook, Instagram y WhatsApp argumentando que su política de forzar a los usuarios a aceptar sus condiciones si quieren emplear sus servicios vulnera el Reglamento General de Protección de Datos europeo (RGPD) que entró este viernes en vigor en Europa.
"El RGPD prohíbe ese tipo de consentimiento forzado y cualquier tipo de vinculación de un servicio con el requisito del consentimiento", señala Noyb, una organización de defensa de los derechos de los usuarios en materia de protección de datos.
Este grupo argumenta sus denuncias en que esas empresas aplican una política de privacidad basada en el "tómalo o déjalo" y que recurren incluso a la "amenaza" de que sus servicios dejarán de estar disponibles si el usuario no da consentimiento a su sistema de gestión de datos.
Noyb afirma que, según el RGPD, "el acceso a los servicios ya no puede depender de si el usuario da su consentimiento al uso de los datos".
"Se supone que el nuevo Reglamento General de Protección de Datos que entró en vigor hoy a medianoche da a los usuarios la libre elección de si están de acuerdo o no con la utilización de los datos. El sentimiento opuesto se extiende por las pantallas de muchos usuarios", critica Noyb, en referencia a las "toneladas" de casillas de consentimiento que, denuncia, reciben los usuarios.
Las denuncias han sido presentadas ante los organismos de protección de datos de Francia, en el caso de Google; Bélgica (Instragam), Alemania (WhatsApp) y Austria (Facebook), para "facilitar la coordinación europea".
Las multas máximas a las que se enfrentarían estas compañías, en caso de confirmarse que vulneran el nuevo reglamento europeo, van desde los 3.700 millones de euros (US$4.880 millones) para Google a los 1.300 (US$1,630 millones) para las otras tres empresas demandadas. Así, en total, esas empresas deberían pagar US$9.770 millones.
La ONG afirma que el nuevo reglamento y el fin del "consentimiento forzado" no impide a las empresas seguir usando los datos de sus clientes "estrictamente necesarios para el servicio, pero que su uso con fines publicitarios o para entregarlos a terceros exige el consentimiento expreso de los usuarios.
Noyb afirma que si su denuncia tiene éxito, uno de sus efectos será la desaparición de muchas de las casillas emergentes de solicitud de consentimiento.
Noyb surgió a iniciativa del activista austríaco Max Schrems, un pionero en la lucha por la protección de datos y que desde el 2011 ha abierto varios litigios con Facebook para mejorar la protección de datos de sus usuarios.
Fuente: EFE