El anuncio del embarazo de Meghan Markle conmocionó a la sociedad británica y ha sido recibido por la mayoría de esta como una buena noticia.
Los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, muy populares en todo el mundo desde su boda el pasado mayo, serán padres por primera vez en la primavera del 2019.
El recién nacido será el octavo bisnieto de la reina Isabel II, de 92 años.
Pero a pesar de ello, según las leyes reales, el recién nacido no será príncipe o princesa a menos que la reina Isabel II firme las llamadas "cartas patentes" con las que expresamente decide conceder ese título nobiliario.
Cuando la duquesa de Cambridge, Catalina, quedó embarazada de su primer hijo, la soberana emitió esas cartas para asegurar que los hijos de la pareja llevasen el título de príncipe o princesa.
Se estima que Isabel II podría hacer lo mismo con los hijos de su nieto Harry, quien es sexto en la línea de sucesión, después de su padre -el príncipe Carlos-, su hermano -el príncipe Guillermo- y sus tres sobrinos -los príncipes Jorge, Carlota y Luis.
Los títulos de príncipes fueron reducidos por el rey Jorge V (1865-1936) para el círculo más cerrado de la familia real, los primeros de la línea sucesoria, por lo que, sin la firma de esas cartas patentes por parte de la monarca, no pueden ser concedidos.
No obstante, los hijos que tengan el príncipe Harry y Meghan Markle serán tratados como "lady" o "lord" y el apellido Mountbatten-Windsor.
El mismo príncipe Harry llegó a revelar una vez que quería salir de la familia real y renunciar a su título nobiliario, pero al final sopesó que era mejor permanecer en ella para llevar a cabo desde su posición una tarea útil para la sociedad.
Los medios y las redes sociales ya han empezado a conjeturar sobre los posibles nombres del bebé, como el de Diana si es niña, en honor a la madre del príncipe Harry -Diana de Gales-, o de Alejandro, en el caso de que sea varón.
Fuente: EFE