Programa pone a islamistas y a sus víctimas frente a frente
Programa pone a islamistas y a sus víctimas frente a frente

Un equipo de televisión, una escolta de seguridad y dos convictos atraviesan Karrada, un distrito de la capital de Iraq, Bagdad, que fue recientemente escenario de una serie de ataques islamistas. Los residentes gritan insultos desde sus balcones y el convoy se detiene en el lugar de uno de los atentados.

Los prisioneros fueron llevados a Karrada para representar frente a la cámara los crímenes que confesaron como parte de un programa semanal llamado "Bajo el dominio de la ley", que está siendo producido por la cadena estatal Iraqiya TV y el ministerio del Interior.

Los familiares de las víctimas se acercan y se turnan para regañar a los convictos, que permanecen silenciosos. Si se acercan demasiado, la policía los separa cuidadosamente.

El programa presenta entrevistas con prisioneros como Abu Jassem, condenado por participar en ataques del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Se muestra nervioso y mantiene la cabeza inclinada cuando da detalles del papel que jugó. Antes del fin del programa, se le pregunta si está arrepentido.

"Sí señor", dice Jassem en voz baja. El entrevistador no está satisfecho. "Sí señor, juro que usted me ha convencido", exclama.

ENFRENTÁNDOSE A LA REALIDAD

Las entrevistas se presentan con minuciosos detalles, pero sin ahondar en la ideología y los llamamientos del Estado Islámico.

(Foto: AP)

"Bajo el dominio de la ley" lo producen la cadena estatal Iraqiya TV y el Ministerio del Interior. (Foto: AP)

Le pregunté a Ahmad Hassan, el presentador del programa, qué piensa de sus entrevistados.

"Los que están en el frente son ingenuos, tienen conciencia y conocimientos limitados", dice.

"En prisión, reflexionan sobre la sangre inocente que han derramado y se sienten abandonados por el Estado Islámico. Se enfrentan con la realidad".

Hassan afirma que unos 10 millones de personas ven su programa. Parece particularmente popular en las áreas predominantemente chiitas que son atacadas con frecuencia, como Karrada, donde prevalece un ambiente vengativo.

"Es un buen programa, pero deberían o ejecutar al terrorista en la escena del crimen o entregárselo a la familia del mártir", dice Ammar, dueño de un restaurante golpeado por un reciente atentado. "Ellos son los que han visto su corazón roto", agrega.

(Foto: AP)

Lo controvertido del programa se deja sentir durante la propia filmación. (Foto: AP)

"CHIVO EXPIATORIOS"

En las áreas sunitas, el programa es visto con sospecha.

"Creo que todo es prefabricado", dice un hombre en el distrito de Adhamiya que pide que no se revele su nombre.

"Alguien está en problemas con un agente, lo detienen por terrorismo y confiesa. Le ha pasado a familiares".

El hombre cree que la mayoría de los que aparecen en el programa no tienen nada que ver con los atentados y no son militantes del Estado Islámico.

(Foto: BBC Mundo)

Hassan asegura que más de 10 millones de personas ven su programa. (Foto: BBC Mundo)

"EI Estado Islámico lucha hasta el final y si los capturan los matan, no los llevan a juicio", dice. "La justicia es para los inocentes".

Su impresión sobre el sistema de justicia iraquí está ampliamente extendida en Adhamiya.

El 2 de enero, una multitud se congregó en el lugar para celebrar el aniversario del nacimiento del profeta Mahoma.

Mientras los fuegos artificiales iluminan el cielo sobre la histórica mezquita de Abu Hanifa al Numan, una joven se aproxima atraído por la cámara.

Me dice que su hermano fue arrestado en 2007 por Despertar de Adhamiya, una milicia sunita aliada a Estados Unidos y el gobierno chiita de Iraq.

Acusado de asesinato y pertenencia a Al Qaeda, fue torturado hasta que confesó. Fue sentenciado a muerte aunque la ejecución quedó suspendida.

Más de dos años después, desapareció en el sistema de prisiones.

"Toca en casi cada puerta de Adhamiya y oirás una historia similar", dice un investigador de derechos humanos que documenta abusos en las prisiones iraquíes.

"MUERTE O ARRESTO"

No es sorpresa que el programa genere reacciones enfrentadas. Los iraquíes tienen diferentes experiencias en la matanza que siguió a la invasión estadounidense en el 2003.

Los sunitas sufrieron más represión estatal, mientras los chiitas se llevaron la peor parte de los ataques en áreas civiles.

El programa no trata esta divergencia pero parece orientarse hacia los objetivos de guerra del gobierno.

Más allá de asegurarle a la audiencia de que las fuerzas de seguridad hacen su trabajo, Hasan enumera una lista de objetivos:

"Proveer guía para las fuerzas de seguridad, que pueden aprender trucos que usan los terroristas, enviar un mensaje al poder judicial para acelerar los procesos y hacer que cualquiera que está pensando en cometer un crimen se lo piense dos veces".

En uno de los episodios, Hassan se dirige a la cámara con determinación.

"Su destino es la muerte o el arresto, no importa el tiempo que haga falta", asegura.

Un mensaje de poder y victoria asegurada sobre el Estado Islámico es repetido a lo largo del programa, de forma explícita en ocasiones e implícita en otras.

Pero casi una década después de que el Estado Islámico naciera en Iraq, lo que sucede en el terreno sugiere que nada es inevitable.

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