El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió esta mañana a brindar una declaración pública sobre el bombardeo iraní contra dos bases estadounidenses ubicadas en Irak en venganza por el asesinato del general Qasem Soleimani.
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Lo que hasta hace unas pocas horas parecía el preludio de un conflicto que podría tornarse global, se vio mitigado gracias al mensaje más político que bélico emitido desde Washington y al anuncio del cese a la venganza desde Teherán.
El Comercio conversó con Eduardo Gamarra, profesor de Ciencias Políticas en el Departamentos de Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida, sobre la situación en la que quedan ambos países.
¿Cuál sería su balance tras escuchar el mensaje de Donald Trump?
Es importante entender que ambos gobiernos tienen problemas de índole doméstico. El presidente Trump pasa por un proceso electoral complejo y tiene un proceso de ‘impeachment’ a punto de comenzar en el Senado. Supongo que, entre sus varias consideraciones, la doméstica es importante de entender. No sé cuál era el contenido de los informes de inteligencia respecto al general Qasem Soleimani y los otros líderes liquidados en Bagdad, pero uno supone que la decisión llega por sospechas de que operarían en contra de intereses o funcionarios estadounidenses. Irán, por su parte, está pasando su propia crisis interna: es un gobierno impopular, cada vez más percibido como autoritario, con una crisis económica seria, con manifestaciones callejeras contra el gobierno y que justo en ese contexto le cae esta perla del asesinato que utilizan como oportunidad para tratar de crear esa base de apoyo interno.
Entonces, ¿el bombardeo fue más un guiño a la opinión pública?
En el contexto de problemas internos de ambos países, uno podría decir que Trump actuó tratando de responder a intereses de opinión pública nacional en el contexto. De la misma manera, podemos decir que por eso el presidente Rohani y el ayatola Alí Jamenei tomaron la decisión de responder. Pero han tenido lo que denominaron una respuesta proporcional y eso no implicaba asesinar a nadie. Lo curioso es que no hubo muertes, como si se hubieran puesto de acuerdo.
Irán avisó sobre el bombardeo 5 horas antes a Irak, que a la vez alertó a EE.UU.
Exacto. Eso crea una respuesta que, de alguna manera, satisface la necesidad de Irán de decirle a su público que respondieron proporcionalmente. Lo que viene en adelante quién sabe. Yo creo que con la declaración de Trump todo vuelve al ‘status quo’ previo a la crisis.
¿Podemos pensar en un Medio Oriente más alejado de EE.UU. y Europa?
Por lo menos hoy parece que todo está mejor que lo que pensábamos anoche. Pero no creo que Trump tenga interés en “aplastar a Irán”. Sin embargo, ahora el gran temor de muchos es que nadie controla a los grupos terroristas vinculados a Teherán ni a las reacciones anti-trumpistas que pueda haber en el mundo. Ellos pueden dar respuesta a esto, no dirigidas por Irán pero el momento les da esa oportunidad.
¿Toda esta crisis favorecería o perjudicaría electoralmente a Trump?
Creo que el incidente sitúa a Trump en una situación favorable, especialmente con su propio electorado, uno que cree ciegamente en él y está convencido en que cualquier cosa que haga Trump es absolutamente válida.
El canciller iraní aseguró que su país no busca una guerra, Washington aparentemente tampoco. Pero el ayatola Jamenei señaló que el bombardeo había sido insuficiente. ¿Cuánto podría influir eso?
El ayatola es el líder espiritual, el que sigue la línea islámica chiita, él siempre va a dar declaraciones en esa línea radical. Básicamente lo que ha dicho es que quiere expulsar a EE.UU. del Medio Oriente, ese es su objetivo final. Y creo que mucha gente en el Medio Oriente coincide con él. Lo veo como una declaración extrema, al igual que Trump cuando dice cosas extremas e imposibles de cumplir, como que Irán deje de perseguir sus iniciativas nucleares. Hoy, en especial, Irán no tiene razón para detenerse en ese sentido.