Faltaba poco para su ejecución. El Tribunal Internacional de Nuremberg había dictado la sentencia de muerte contra Hermann Goering, pero este logró cumplirla en sus términos. Horas antes, un 15 de octubre de 1946, él tomó una capsula de cianuro. “Elijo morir como el gran Aníbal”, escribió para la posteridad.
¿Quién fue Goering y cuál fue su papel durante el auge y caída del nazismo?
Nació en Baviera, el 12 de enero de 1893, siendo hijo de un “exoficial de caballería y exgobernador general del protectorado alemán de África del Sudoeste (actual Namibia)”. Cuando cumplió 16, se sumó a una academia militar en Berlín.
Luego vino la Primera Guerra Mundial, donde se destacó en la aviación. El final del conflicto y las pocas oportunidades, lo obligaron a convertirse en un piloto comercial en Dinamarca y Suecia.
Se integró al Partido Nacional Socialista Obrero Alemán en 1922 y rápidamente se convirtió en uno de los predilectos del dictador Adolf Hitler. De hecho, este último lo “puso al frente de las temibles Secciones de Asalto (SA)”. No podría ser de otra forma con alguien que lo acompañó desde el “fallido golpe de Estado” de 1923 en Múnich.
Según National Geographic, la ayuda de Goering fue “vital” para el ascenso del Führer. En agradecimiento, en 1933 Hitler lo nombró ministro del Interior de Prusia. El mismo portal cuenta que las motivaciones de Goering para seguir al genocida no fueron ideológicas sino por su “espíritu de lucha”.
Ascenso y caída
En Prusia, Goering empezó a experimentar y logró la ‘nazificación’ de la policía que, más tarde, se convertiría en la Gestapo, “el principal instrumento utilizado por el Estado para infligir terror entre la población y neutralizar a los elementos de la sociedad que el gobierno consideraba ‘peligrosos’”.
Nat Geo escribe: “Curiosamente, y pese a su carácter sombrío, Göring era uno de los líderes más populares del partido nazi y no solo entre la población, sino también entre los embajadores y los diplomáticos extranjeros. No cabe duda de que era un hombre que sabía aprovecharse de la situación, y usó su posición para enriquecerse y para liderar el expolio económico de los judíos y de todos los territorios que caían bajo el yugo alemán”.
Por esos crímenes fue juzgado en Nuremberg.
Infobae anota que, para ese momento, casi todos los miembros de la cúpula del nazismo (Adolf Hitler, Joseph Goebbels y Heinrich Himmler) se habían quitado la vida. Solo quedaba él.
El portal anota: “El antiguo mariscal del Reich fue encontrado culpable de todos los cargos y el 1 de octubre de 1946 fue condenado a morir en la horca, al igual que otros diez acusados. Las sentencias se iban a cumplir dos semanas después”.
Sin embargo, el 15 de octubre de 1946, Goering fue hallado sin vida.
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