Nueva York, EFE
Más de 1.000 millones de dólares de fondos iraquíes que desaparecieron después de la caída de Saddam Hussein terminaron en un búnker en el Líbano, sin que se sepa cómo pudo llegar hasta allí el dinero, informó hoy el diario "The New York Times".
El diario adelantó parte de la información recogida en un libro que será lanzado el próximo martes, cuyo autor, James Risen, firma también la nota del Times.
De acuerdo con los datos aportados, en el búnker situado en un lugar secreto del Líbano llegó a haber entre 1.200 y 1.600 millones de dólares que fueron sacados clandestinamente de Iraq después de haber sido enviados desde Estados Unidos.
Los fondos eran iraquíes y procedían de cuentas del Gobierno y del Fondo para el Desarrollo de Iraq, creado por la ONU para retener ingresos petroleros de ese país y destinarlos a la reconstrucción de esa nación.
Tras la derrota del dictador Sadam Husein, en el 2003, desde esas cuentas abiertas en Estados Unidos salieron entre 12.000 y 14.000 millones de dólares que fueron enviados en efectivo a Iraq, además de unos 5.000 millones en transferencias bancarias.
El destino final de mucho de ese dinero es incierto, indica la información, debido a la extendida corrupción en Iraq y el caos generado con la caída de Saddam Hussein y la ocupación militar del país por una coalición encabezada por Estados Unidos.
La información publicada por el Times toma datos aportados por Stuart W. Bowen, quien en el 2004 fue nombrado inspector general especial para indagar actos de corrupción en Iraq y que mantuvo ese puesto hasta el año pasado.
Los datos revelados ahora por Bowen indican que no pudo seguir la pista de miles de millones de dólares de esos fondos, pero en el 2010 un informante le señaló que más de 1.000 millones de dólares llegaron a un búnker secreto en el Líbano.
"No sé cómo llegó el dinero al Líbano", sostiene Bowen en declaraciones recogidas por el periódico. "Miles de millones de dólares fueron sacados de Iraq ilegalmente en los últimos diez años", agregó.
Según "The New York Times", aunque tanto la CIA como el FBI fueron informados de estos hechos oportunamente, no prosperó una investigación al respecto porque "era dinero iraquí robado por iraquíes".
Ni Bowen ni funcionarios de su oficina pudieron llegar al lugar del Líbano donde fue escondido el dinero, en una zona rural no precisada, pero fue informado al respecto el Gobierno de Bagdad, aunque, según la nota, nunca se dieron pasos para recuperar los fondos.
Además del dinero en efectivo, se cree que había 200 millones de dólares en oro.
Bowen piensa que parte del dinero salió del búnker y no se puede establecer si todavía hay fondos en ese lugar.