Milagros Asto Sánchez

La misión diplomática en la que Emmanuel Macron se embarcó esta semana fue bastante intensa. El lunes, se reunió durante más de cinco horas en Moscú con su par ruso, Vladimir Putin, antes de mantener un encuentro con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, un día después. Su siguiente parada fue Alemania, donde mantuvo encuentros con los líderes de ese país y de Polonia. En todos los puntos de su viaje, el presidente francés no dejó de repetir su objetivo: contribuir a rebajar las tensiones por el temor a una agresión militar de Rusia contra Ucrania.