Las fotografías muestran docenas de documentos con las marcas características de ultrasecreto y con información del Pentágono altamente sensible. Se trata de un material del que solo las autoridades y oficinas gubernamentales de Estados Unidos tendrían conocimiento si no fuera porque apareció en Twitter, Telegram, Discord y otras plataformas en los últimos días, provocando un nuevo escándalo de filtración que complica a Washington.
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Aunque los documentos comenzaron a recibir atención pública en los últimos días, es probable que lleven semanas o incluso meses en Internet. En ellos se habla principalmente de detalles sobre la guerra en Ucrania, pero también se revela que Estados Unidos habría espiado a países aliados.
Para mitigar los daños, el Departamento de Justicia abrió una investigación de caracter criminal sobre la posible filtración del Pentágono, que afirmó que esa fuga de secretos representa un riesgo “muy grave” para la seguridad nacional.
Washington también ha puesto en duda la veracidad de parte de los documentos y ha afirmado que al menos algunos de los papeles “han sido alterados”. Pese a ello, los funcionarios han reconocido que muchos de los documentos son genuinos y que inicialmente se publicaron en Internet sin modificaciones.
Al ser preguntado sobre si Estados Unidos se estaba preparando para más filtraciones en línea, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, afirmó: “La verdad y la respuesta honesta a su pregunta es: no lo sabemos. ¿Y eso nos preocupa? Por supuesto que sí”.
¿Qué dicen los documentos?
La mayoría de los documentos militares y de inteligencia filtrados están relacionados con la guerra en Ucrania. En ellos se dan detalles sobre los planes de Estados Unidos y la OTAN para reforzar a las fuerzas de Kiev en su ofensiva contra Rusia.
Entre las últimas revelaciones está que la inteligencia estadounidense tiene serias preocupaciones sobre la viabilidad de una próxima contraofensiva ucraniana contra Rusia debido a problemas con el entrenamiento y los suministros.
El fin de semana los medios internacionales hicieron eco de documentos que revelaban la profundidad del espionaje estadounidense en Rusia, pues Washington tendría información sobre los estragos sufridos por las fuerzas de Moscú en terreno ucraniano.
Se detalla información sobre el estado del conflicto a principios de marzo, el estado del conflicto en frentes específicos, como la ciudad de Bakhmut, y datos sobre las defensas aéreas ucranianas.
El lunes último, el diario “The Washington Post” difundió que parte del material filtrado afirmaba que el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, ordenó producir más de 40.000 cohetes para enviar a Rusia. Tanto Egipto como Rusia desmintieron esa aseveración este martes 11.
Pero los documentos también apuntan a que Washington habría estado espiando a algunos de sus aliados, como la propia Ucrania y también Corea del Sur e Israel.
En los documentos se señala que el Mosad, el servicio de espionaje exterior de Israel, podría haber funcionado como motor de las protestas contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu y que Estados Unidos habría espiado en marzo a altos cargos surcoreanos que estaban hablando sobre la presión que Washington había ejercido sobre Seúl para que enviara armas a Ucrania.
Esta filtración podría ser la más grave desde el 2013, cuando el exanalista Edward Snowden expuso el alcance de los programas de espionaje masivo que Estados Unidos puso en marcha tras los atentados del 11 de setiembre del 2001.
Tensión con los aliados
Las revelaciones no solo han puesto bajo escrutinio a la inteligencia de Estados Unidos, sino que ha generado desconfianza hacia Washington. En Corea del Sur, por ejemplo, algunas voces de la oposición han pedido al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, que cancele la visita de Estado que tiene previsto hacer este mes a Washington.
Por ello, el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, ha estado en contacto en los últimos días con algunos de sus aliados más cercanos para tranquilizarlos tras la filtración. Según el Pentágono, Austin se enteró de la fuga de documentos recién el jueves de Semana Santa.
Al informar sobre este plan de contención, John Kirby aseguró que el Gobierno de Joe Biden está haciendo todo lo posible para identificar la fuente de filtración, pero todavía no ha podido encontrarla.
“No sabemos quién está detrás de esto, no sabemos cuál es el motivo o que más puede haber ahí fuera”, reconoció.
Aunque la transparencia sería la respuesta lógica a este impasse, los funcionarios de la Casa Blanca, del Departamento de Justicia y del Pentágono han dicho poco sobre la investigación de los materiales filtrados.
Citando a Javed Ali, un ex senior funcionario antiterrorista de EE.UU. que ocupó cargos de inteligencia en el FBI, la Agencia de Inteligencia de Defensa y el Departamento de Seguridad Nacional, “The New York Times” destaca que “los materiales de inteligencia parecen haber sido fotografiados primero y luego subidos en línea, una especie de procedimiento descuidado que sugiere que la persona que filtró los documentos probablemente tomó algunas medidas para ocultar las direcciones IP utilizadas o los sellos de fecha de las fotografías”.
María Puerta Riera
Analista internacional
- ¿Por qué el Pentágono califica esta filtración de "grave riesgo" para la seguridad del país?
En principio porque ellos todavía no han identificado la procedencia y los actores involucrados en la filtración y creo que no lo van a hacer. Yo dudo que sepamos cómo ocurrió porque para Estados Unidos hacerlo no solamente sería reconocer su debilidad -desde el punto de vista de la seguridad- o la vulnerabilidad que pueden tener internamente, sino porque tampoco van a compartir detalles para que más personas sepan cómo se hace. Se entiende que el hermetismo es una manera de protegerse y de no verse tan vulnerables.
- ¿Qué tan perjudicial es esto para EE.UU.? ¿Qué consecuencias puede tener?
Yo creo que la gravedad de esta situación -y hacia allá es que se dirigen los esfuerzos de control de daños- es que Estados Unidos desde que está Joe Biden en la presidencia ha sido muy eficiente en este aspecto y quedó claro cuando la inteligencia del país informó de la inminente amenaza rusa a Ucrania. Esto lo que revela, por una parte, es que los si los cuerpos de inteligencia de Estados Unidos no tienen penetrado el sector militar ruso o al menos quienes están al frente de la estrategia en Ucrania, al menos lo que hay es un enorme esfuerzo del punto de vista de las redes de inteligencia de Estados Unidos con Europa. Ahí lo que se evidencia es que han sido muy efectivos, han penetrado en Rusia y en su estamento militar, pero, de igual forma, son vulnerables a que haya este tipo de filtraciones.
- La filtración no solo ha involucrado documentos sobre la guerra en Ucrania, sino también espionaje a aliados, como Israel y Corea del Sur. ¿Cómo puede mellar la confianza que ellos tienen con EE.UU.?
No es la primera vez que Estados Unidos tiene información sobre sus aliados, pero los aliados también tienen información sobre Estados Unidos. Lo que se está haciendo público es algo que se sobreentiende que ocurre. No hay completa confianza en Estados Unidos, no solo por Biden y los organismos de inteligencia estadounidenses, sino por los antecedentes mismos del país, como lo prueban los documentos que Trump mantuvo en su poder hasta hace poco. Se ha dicho que el expresidente tiene documentación no solo catalogada como ‘top secret’, sino de que hay indicios que hay información mucho más sensible. Entonces hay una profunda desconfianza hacia Estados Unidos, quizá también aumentada por la manera de cómo se manejó el tema de inteligencia en la presidencia de Trump.
- ¿Qué estrategia debería adoptar Washington ante ello?
El control de daños que tiene que hacer el Pentágono ahora es, por una parte, garantizarles a los aliados que va a haber corrección, que se va a buscar a los culpables y que se aclarará cómo se filtró esto. Por otro lado, el Pentágono ha estado insistiendo en que la información filtrada parecía originalmente cierta, pero que ha sido alterada. Eso también tiene que generar algún tipo de debate sobre a quién le interesa alterar esa información. A mí me parece que hay un tema de desconfianza y de lograr mantener el foco en la necesidad de apoyar a Ucrania, pero sobre todo de prevenir que Rusia utilice estos eventos a su favor, que es lo que está haciendo. Rusia está usando esto para manipular y para hacerle daño a la alianza, a Estados Unidos y a Europa, sino también para socavar las bases de apoyo a Ucrania.
- ¿Cómo esta política de vigilancia afecta la imagen de Estados Unidos?
Estas son cosas que han pasado antes. Durante la presidencia de Barack Obama hubo una filtración que revelaba que Estados Unidos espiaba a Ángela Merkel. Eso lo hacen todos los gobiernos porque esa es una manera no solo de saber en qué andan, sino también se protegerse. Recabar información un tema de seguridad nacional. Si no fuese por esa política de vigilancia, Estados Unidos no hubiese sabido que Rusia iba a invadir Ucrania. Suena terrible, pero a veces no se trata ni siquiera de falta de confianza hacia los aliados, sino que forma parte de mecanismos de seguridad y defensa. Aquí lo grave es que se utilice esa información para generar conflicto entre aliados.