El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que ya sobrepasó los dos meses y medio de duración, tiene en estos momentos dos frentes de lucha: el que los ejércitos de ambos países libran en el este del país invadido (específicamente las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk) y el que se abrió hace menos de un mes, el 6 de agosto, en la región rusa de Kursk tras una incursión sorpresa de las fuerzas de Kiev.
Moscú continúa siendo dominante en el primer escenario, pero en el segundo Ucrania ya tiene bajo su control un centenar de localidades y casi 1.300 kilómetros cuadrados de territorio ruso, según el jefe del Ejército, Oleksandr Sirski.
Los combates en Kursk han venido aparejados con otra preocupación: la seguridad de la planta nuclear en dicha región. De hecho, la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de haber intentado bombardear la central, que posee cuatro reactores. El régimen de Volodimir Zelenski lo negó.
Es por ello que el OIEA, la agencia nuclear de la ONU liderada por el argentino Rafael Grossi, advierte de los riesgos que ello entraña.
Apenas diez días después de comenzada la invasión de Rusia a Ucrania, en febrero del 2022, una noticia inquietó al mundo: las tropas rusas habían tomado la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, luego de un ataque armado que causó un incendio en un edificio administrativo. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) comprobó que no hubo fugas de radiactividad, pero desde entonces ha tenido mucho trabajo en la zona en guerra, siguió monitoreando la situación allí y en la central inoperativa de Chernóbil, y hoy está pendiente de la planta de Kursk.
Rafael Grossi, director general del OIEA, acaba de decir que es “extremadamente grave” que el conflicto se desarrolle hoy tan cerca de una central que no posee “las estructuras de defensa y contención de otras plantas más modernas” y que está muy expuesta a un ataque de artillería o de drones. La preocupación aumenta porque la ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk ha entrado en su cuarta semana y los combates arrecian.
¿Busca Ucrania capturar la central de Kursk para su intercambio por la de Zaporiyia, que continúa bajo control ruso? El gobierno de Volodimir Zelenski lo ha negado enfáticamente y señala que se trata de una operación defensiva y no de ocupación. ¿Resultan alarmistas las advertencias de Grossi y el OIEA sobre una catástrofe nuclear como la de Chernóbil? Ninguna precaución es suficiente en dos países que están entre los ocho con mayor cantidad de reactores nucleares operativos en el mundo: Rusia tiene 37 repartidos en 11 plantas y Ucrania posee 15 en 4 centrales.