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Chennai: La ciudad india donde 10 millones de personas se quedan sin agua
Redacción EC

Chennai. En total 20 distritos de Lima y Callao, en Perú, por tres días (desde el viernes 5 de julio al domingo 7). Esta situación ha generado gran preocupación en sus ciudadanos. El motivo de este corte es la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima.

Aunque el mencionado servicio administrado por regresará en Lima y Callao, existen otras partes del mundo donde la escacez del agua es una inmenso problema que se acentúa cada vez más.

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La situación en la ciudad de Chennai, en, es terrible. Se hacen largas filas para llenar bidones con agua. En muchas ocasiones esta espera origina peleas. La sequía ha obligado a todos a prácticamente luchar para poder llevar unos litros a sus casas. 

En medio de un chirrido de poleas y de salpicaduras, la gente tira lo más rápido que puede del fondo de los pozos para llenar sus bidones con el preciado líquido.

La ciudad de la India donde 10 millones sufren una extrema escasez de agua. Foto: AFP
La ciudad de la India donde 10 millones sufren una extrema escasez de agua. Foto: AFP

Duchas con 6 tazas de agua

G. Yogesh, un joven de 31 años, cuenta que esta situación ha afectado en la higiene de las personas. “Ya no hay duchas largas. Me baño con solo cinco o seis tazas. Usamos la lavadora con moderación, lavando solo lo que es esencial ”, menciona a The Washington Post. 

“Esto no fue una cosa repentina. Este es el resultado de una lenta degradación ", dijo Yogesh, culpando a la falta de voluntad política y la ignorancia pública de la difícil situación de la ciudad. 

Las escasas precipitaciones de los últimos 18 meses han sumido esta ciudad de diez millones de habitantes en el sur de en una desesperación que podría durar todavía semanas.

Chennai: La ciudad india donde 10 millones de personas se quedan sin agua
Chennai: La ciudad india donde 10 millones de personas se quedan sin agua

Escaso suministro

En tiempos normales Chennai, capital del estado de Tamil Nadu, dispone de 830 millones de litros de agua diarios. En la actualidad las autoridades sólo logran suministrar el 60%. Los depósitos están secos y los niveles de las capas freáticas bajan, según indica un informe de AFP. 

"No conseguimos dormir por la noche porque tenemos miedo de que se termine el agua del pozo", declara a la AFP Srinivasan V, un electricista de 39 años que llegó al alba para recoger la cantidad autorizada en su barrio, cercano al aeropuerto internacional. Los cubos bajan hasta veinte metros de profundidad.

Frente a esta penuria, los gerentes pusieron un candado al pozo y solo autorizan a 70 familias, que dependen de él, sacar cada una tres recipientes de 25 litros por día. Una cantidad insuficiente que los obliga a buscar otras fuentes o a comprar agua a empresas privadas.

Además, realizan un sorteo para determinar el orden para sacar agua. Los afortunados que salgan primero la tendrán clara y abundante y los últimos, de color marrón.

India
India

Srinivasan V se pasa casi cinco horas diarias buscando agua y desde hace un tiempo destina 2.000 rupias por mes (25 euros, 28 dólares) para comprar bombonas de agua o en cotizar para el paso de un camión cisterna privado, lo que le resulta una fortuna dado que cobra mensualmente 15.000 rupias (190 euros, 215 dólares), 

Para los salarios bajos como el suyo este gasto extra rompe la economía familiar. "Tengo varios préstamos -dice- sobre todo para la casa y no he podido hacerme cargo de los plazos".

- Ánimos enardecidos -

Toda la ciudad se ha visto obligada a adaptarse 

Algunos restaurantes prefieren servir la comida en las tradicionales hojas de banano para ahorrar agua en el lavado de loza. Los habitantes se levantan por la noche para abrir los grifos y esperar a que los recipientes se llenen gota a gota.

La extrema escasez lleva a que los niños discutan por la mañana para tener derecho a lavarse ese día y desde el alba se ven largas filas de gente pobre delante de las bombas que distribuyen agua gratis.

Los ánimos están caldeados. Suelen estallar discusiones, algunas de ellas violentas. En otra ciudad de Tamil Nadu, una familia dio una paliza mortal a un activista que la acusaba de recoger demasiada agua.

Mientras los maridos trabajan, las mujeres se pasan casi seis horas por día guardando fila, tres por la mañana y tres por la noche.

"Encontrar agua y transportarla hasta casa es un trabajo a tiempo completo", explica Nagammal Mani.

Lagos secos y falta de precipitaciones

Chennai obtiene el agua de cuatro grandes lagos cercanos, convertidos en desiertos agrietados en los que se pudren los cadáveres de peces.

La falta de precipitaciones es la principal responsable de la situación pero los expertos aseguran que la crisis se agravó por la poca agua de lluvia recogida en un país cada vez más urbano y con necesidades hídricas crecientes.

"En lugar de gastar 5.000-10.000 rupias urgentemente para traer una cisterna de agua privada, la gente debería gastarse ese dinero en un sistema de recogida de agua de lluvia, con el que podrían ser independientes", afirma a AFP Pradeep John, un bloguero muy seguido en Tamil Nadu por sus previsiones meteorológicas.

Por desgracia las previsiones son desfavorables para Chennai. Todos ponen sus esperanzas en el próximo monzón, previsto en octubre.

La ciudad de la India donde 10 millones sufren una extrema escasez de agua. Foto y video: AFP

"Si el agua no llega, la gente llorará lágrimas de sangre", teme un ama de casa, Parvathy Ramesh.

-Hoteles y hospitales-

Según detalla The Washington Post, la escasez de agua ha afectado ha empresas, escuelas, hoteles, restaurantes y hospitales.

R. Selvam es el administrador de un restaurante que lleva 40 años de atención. Debido a la situación se encuentra sirviendo solo desayunos.

The Washington Post también menciona el caso de Bala Kumari, una ginecóloga de 60 años que ha administrado un pequeño hospital de maternidad durante los últimos 15 años. Él cuenta que paga alrededor de $430 al mes para garantizar que el hospital cuente con un suministro proveniente de camiones privados.

Esa complicada situación obligó a Bala Kumari a tomar varias medidas que desfavorecieron a los trabajadores. Tuvo que reducir el personal y hasta rechazar pacientes. La ginecóloga le contó a The Washington Post que tiene planeado vender el hospital y dejar Chennai para siempre.

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