La geocientífica y astronauta comercial estadounidense Sian Proctor revela ante un auditorio lleno de estudiantes peruanos que detrás de su pasión por el espacio hay un amor inigualable por la Tierra y las posibilidades en ella. Cuenta que pudo comprenderlo bien cuando, el 15 de setiembre del 2021, viajó a la órbita terrestre en la misión Inspiration4 de la compañía SpaceX, el primer vuelo con una tripulación completamente civil. La hazaña, que duró tres días, la convirtió en la primera mujer en pilotear una nave espacial comercial y también en la primera afroamericana en realizarlo.
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El hito, asegura durante la charla desarrollada en la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), es más especial cuando recuerda que fue el interés por la poesía y el arte que cultivó durante la pandemia lo que hizo que se ganara uno de los cuatro asientos en la histórica misión. Un poema escrito por ella sobre cómo el espacio puede ser inclusivo fue elegido en un concurso en las redes sociales. “¿Quieren ir al espacio? Todo es posible”, asegura la doctora Proctor, de 54 años, mientras muestra los ‘selfies’ que se sacó observando la Tierra desde el exterior.
-¿Será posible llegar a cansarse de recordar ese momento?
No lo creo. Yo tengo una sonrisa permanente cada vez que pienso en estar en el espacio y ver nuestra Tierra desde esa perspectiva. Y simplemente me encanta poder compartir mi experiencia y hablar de la luz de la Tierra porque la mayoría de la gente nunca ha oído ese término. Quiero que la gente sepa que nuestro planeta es increíblemente hermoso y que estamos rodeados por la luz de la Tierra todo el tiempo, pero no lo vemos.
-Usted intentó unirse a la NASA en el 2009 y, aunque fue finalista del proceso, no lo logró. ¿Pensó que llegaría a pilotear una nave espacial gracias a un poema?
Si me hubieras preguntado hace cinco años, yo habría respondido “¿Qué? No, no hay manera”. Pero creo que esa es una de las razones por la que es importante intentar ser uno mismo. A mí siempre me interesó la poesía, pero inglés siempre fue mi peor asignatura en la escuela. Así que me faltaba confianza y pensaba “yo no soy una escritora”. La forma en que hablamos de nosotros mismos, y la forma en que decimos “yo no soy esto” influye. Debemos tomar un tono negativo y convertirlo en un tono positivo y decir “un día voy a ser eso” o “voy a trabajar para convertirme en eso”. Así que ahora intento decirme a mí misma que puedo hacer cualquier cosa en cualquier momento, como me decía mi padre cuando era niña.
Y en lo que respecta a la poesía para ganar un asiento en el espacio, cuando fui capaz de darme a mí misma la confianza de que tenía una voz que podía compartir a través de la poesía, pude tener éxito. Ese es uno de los mensajes que quiero compartir: puedes expresar diferentes facetas de ti mismo para alcanzar tus sueños.
-Se habla cada vez más del turismo espacial, incluso se envían cenizas al espacio como homenaje. ¿Qué tan lejos estamos de hacer esos viajes más accesibles?
Estamos literalmente a punto de abrir el acceso al espacio a mayor escala, principalmente a través de SpaceX y Starship. SpaceX ha creado el cohete más grande jamás volado, y cada vez que prueban el cohete –están en fase de desarrollo– avanzan más. Ahí es donde pasaremos de enviar unas pocas personas al espacio a enviar decenas, potencialmente hasta cien personas. Si SpaceX logra que Starship tenga tanto éxito como el cohete Falcon 9, todos iremos al espacio.
-¿Cómo fue su preparación para convertirse en astronauta de SpaceX? ¿Se necesita alguna certificación de la NASA?
Tuve la gran suerte de convertirme en astronauta de SpaceX al ganar el concurso Inspiration4, gané el asiento de la prosperidad. Y como resultado de ello recibí seis meses de formación, que es exactamente el mismo tipo de formación que reciben los astronautas de la NASA, aunque sin el componente de la Estación Espacial Internacional porque no íbamos a ir ahí. Fuimos certificados por SpaceX. Para darme mi asiento como piloto, SpaceX se aseguró de que yo calificara y pudiera volar.
-¿Cuál es la diferencia entre un astronauta privado y uno de una institución oficial?
La principal diferencia es que como astronauta comercial me asignaron a una misión, entrené seis meses para ello y luego volví a mi vida, mientras que los de la NASA o la ESA son astronautas de carrera que se entrenan durante años antes de volar al espacio y a menudo lo hacen varias veces a lo largo de su carrera.
-SpaceX quiere ir a otro planeta. ¿Está cerca de conseguirlo?
Es una gran pregunta. Me gustaría decir que SpaceX está a una década de distancia. Y la razón es que está sucediendo exponencialmente rápido. Si podemos llegar a la Luna en los próximos cinco años, entonces muy probablemente cinco años después de eso vamos a ser capaces de ir a Marte con éxito. Yo diría que estamos a 10 o 15 años de las primeras huellas humanas en Marte.
-Los vuelos espaciales comerciales son cada vez más populares, incluso entre los gobiernos. ¿El futuro de los viajes fuera del planeta está en las naves de las empresas privadas?
Sí. Siempre habrá un papel gubernamental en la exploración espacial, sobre todo cuando empecemos a empujar la frontera del espacio. Pero los vuelos comerciales hacen un cambio mayor para los ciudadanos privados. Ahora tenemos la oportunidad de ir al espacio, sea para avanzar en los vuelos espaciales tripulados o para el turismo espacial, y eso solo va a hacerse más popular. A medida que el precio baje y el acceso sea más abundante, habrá más oportunidades para ir al espacio y muchas se darán en el ámbito comercial.
-¿Se está preparando la infraestructura para eso?
Se están planificando y construyendo muchas estaciones espaciales nuevas que abrirán el acceso. Y de nuevo, a medida que los nuevos proveedores de lanzamientos, no solo SpaceX, sino Blue Origin, Sierra Space y algunos de los otros que están en desarrollo, tengan más éxito en alcanzar la órbita terrestre baja y más allá, eso solo significa que se está abriendo la capacidad para que ese mercado crezca. Si nos fijamos en la industria espacial en este momento, 600 mil millones de dólares al año es lo que está sucediendo, pero se espera que se convierta en una industria de mil millones de dólares a finales de esta década.
-¿Qué opciones hay para los civiles en el mercado espacial?
Hay muchas oportunidades para los civiles, desde aprovechar la tecnología espacial para mejorar nuestro mundo hasta convertirse en un astronauta analógico que vive en simulaciones lunares o marcianas.
- TRAYECTORIA
Proctor cuenta con una licenciatura en Ciencias Ambientales, una maestría en Geología y un doctorado en Educación Científica. Trabajó por más de dos décadas como profesora de Geología, Sustentabilidad y Ciencias Planetarias.
- ARTE Y CONFERENCIAS
Se considera una artista de afrofuturismo. A través de la Fundación Proctor para el Arte y la Ciencia, defiende un espacio justo, equitativo, diverso e inclusivo. También es una conferencista internacional, embajadora del Sistema Solar de la NASA y promotora de la inclusión de mujeres afrodescendientes en la industria espacial.
-¿Cómo se ven los problemas y guerras de la Tierra desde el espacio?
Cuando vas al espacio, tienes una nueva perspectiva. Creo que muchos de los problemas que tenemos aquí en la Tierra, sean medioambientales o creados por la humanidad como las guerras, pueden resolverse yendo al espacio y aprendiendo de lo que estamos haciendo. La Estación Espacial Internacional es un excelente ejemplo de cooperación desde hace más de 20 años. A medida que llevamos a la humanidad a la Luna, Marte y más allá, estamos desarrollando tecnología y eficiencia exactamente en las áreas en las que tenemos problemas en la Tierra.
“Diría que estamos a 10 o 15 años de las primeras huellas humanas en Marte”.
-De hecho, una de sus mayores creencias es que “cuando resolvemos problemas en el espacio, también resolvemos los de la Tierra”. ¿Qué lecciones podemos aprovechar hoy?
La vida en el espacio gira en torno a la eficiencia. Tratar de ser lo más eficiente posible en cuanto a alimentos, agua, energía, vivienda, gestión de recursos y gestión de residuos. Así, a medida que desarrollamos nuevas tecnologías y herramientas para poder sobrevivir y prosperar en la Luna y Marte, esa tecnología y esas eficiencias nos harán más sostenibles aquí en la Tierra. Y si somos capaces de unirnos en torno a eso, podremos marcar la diferencia en el ámbito mundial.
-¿Qué consejo daría a los civiles que podrán ir al espacio?
Para los que quieren ir al espacio, se trata de prepararse para el vuelo y eso se consigue encontrando tu pasión y aprendiendo continuamente nuevas habilidades e información.
-¿Y para los apasionados del espacio que prefieren quedarse en la Tierra?
Hay formas increíbles de contribuir al avance del espacio simplemente siguiendo tus pasiones. Desde los negocios al derecho, pasando por el diseño gráfico. Hay un lugar en el espacio para ti.