La detención en Francia de Pavel Durov, el fundador de Telegram, ha significado un dolor de cabeza global, pues puso en la mesa el eterno debate sobre la batalla entre la libertad de expresión sin restricciones, la protección de la privacidad y el encubrimiento de crímenes.
MIRA: Cómo la detención del fundador de Telegram en Francia puso a Rusia a defender la libertad de expresión
Como dueño y administrador de Telegram, la justicia francesa acusa a Durov de no poner suficientes controles en la plataforma de mensajería, lo que permite a los delincuentes utilizarla sin impunidad para sus delitos, que incluyen el narcotráfico, el terrorismo y la pornografía infantil. Aunque ya fue puesto en libertad bajo fianza, el empresario nacido en Rusia no podrá abandonar Francia mientras siga siendo investigado.
Telegram -creada en Rusia por Pavel y su hermano Nikolái en el 2013- siempre ha estado bajo el escrutinio de las autoridades debido a las características de la aplicación, que van más allá de la mensajería instantánea. Se trata de una plataforma encriptada que aloja canales de difusión y se ha convertido en el principal medio de comunicación sobre lo que ocurre en la guerra entre Rusia y Ucrania debido a la popularidad que tiene en ambos países y en varias de las exrepúblicas soviéticas.
Si bien en Rusia, Whatsapp sigue siendo la principal herramienta de mensajería (72%), Telegram le sigue los pasos (51%) y, paradójicamente, es muy utilizada por el Kremlin y sus detractores. Así, la detención de Durov hizo que las críticas contra Francia y la Unión Europea llovieran desde el propio Gobierno Ruso y, al mismo tiempo, de los opositores que están en el exilio.
Herramienta de guerra
Según el Centro Levada, una encuestadora independiente rusa, uno de cada dos rusos utiliza actualmente Telegram, sea para obtener información o para comunicarse, un aumento exponencial considerando que antes del comienzo de la guerra la cifra era del 38%.
Telegram cuenta con un sistema cifrado de mensajes, la misma función que tiene WhatsApp, pero también permite crear canales de difusión para audiencias ilimitadas, crear grupos de hasta 200 mil usuarios y enviar archivos de hasta 2 GB cada uno.
Esto debido a que Rusia ha bloqueado la mayoría de redes sociales occidentales, como Facebook e Instagram, así como periódicos independientes impresos y digitales, canales de televisión y estaciones de radio que no eran adeptos al régimen. Esta aura de “libertad” que Telegram ha sabido exponer ha servido para que muchos rusos recurran a ella para informarse del curso de la guerra, sobre todo porque los mismos soldados que están en el frente informan de sus avances o retrocesos.
En Ucrania, las cifras también son sorprendentes. Según datos del 2022 analizados por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, el 65,7% de los ucranianos prefería Telegram para obtener noticias, por encima de redes occidentales como YouTube (51,2%), Facebook (57,8%) o X (8,9%).
Por ello, el propio presidente Volodmir Zelensky publica en Telegram todas las noches su discurso, porque sabe que tendrá llegada en el frente de guerra y en todos los dispositivos móviles de ucranianos y rusos.
Pero su importancia como medio de comunicación en la guerra va más allá. Para el think tank basado en Washington, Institute for the Study of War, Telegram “es la principal alternativa a las comunicaciones oficiales para el personal militar ruso en Ucrania”.
“No es solo una fuente de noticias, sino que es una especie de mensajero clave que se utiliza para la coordinación de acciones a diferentes niveles, pues permite compartir archivos de gran tamaño y además tiene muchos canales más o menos directamente conectados con el Kremlin o con el Departamento de Defensa de Rusia”, explica a Euronews Christine Dugoin-Clément, investigadora de la Escuela de Negocios de la Universidad La Sorbona.
“La transferencia de inteligencia, la corrección del rumbo de la artillería, la transmisión de video desde los helicópteros y muchas otras cosas se llevan a cabo con la ayuda de Telegram”, asegura a la misma cadena Alexei Rogozin, director del Centro para el Desarrollo de Tecnologías de Transporte en Moscú. “Es como si hubieran detenido al jefe de comunicaciones de las fuerzas armadas”.
Por eso, la detención de Durov alertó tanto al Kremlin, pues había preocupación de que se filtrara información sensible de las fuerzas armadas rusas a los países occidentales.
¿Protegido de Putin?
Sin embargo, Durov no ha sido precisamente un aliado del Gobierno Ruso. De hecho, Putin intentó bloquear Telegram en el 2018 pero no lo consiguió, y cuatro años antes le exigió que entregara los nombres de los usuarios de la red social Vkontakte (la versión rusa de Facebook que había creado con solo 22 años), lo que lo llevó a abandonar el país y establecerse en Dubái.
La fortuna personal de Durov asciende a US$15.500 millones
Desde entonces, Durov defiende ferozmente la confidencialidad en Internet y ha rechazado cualquier tipo de intervención o moderación en su plataforma. Sin embargo, la realidad dista un poco del discurso.
El experto Dmytro Zolotukhin, de acuerdo a la cadena BBC, señala que el Kremlin ha conseguido manipular Telegram sabiendo la popularidad de la plataforma y su inmenso alcance, algo que -al parecer- no disgusta tanto a Durov. “La ley rusa señala que si tienes un canal que siguen más de 500 mil usuarios tienes que proporcionar toda la información sobre tus usuarios si Roskomnadzoror o el FSB te la piden. Así que no hay exactamente un control, pero digamos que es una especie de cooperación”. Roskomnadzoror es la organización que controla los medios de comunicación y las redes sociales rusas, mientras que la FSB es la agencia de inteligencia.
Un acuerdo bajo la mesa que estaría asegurando que Telegram siga funcionando como hasta ahora y Durov no termine “saltando” de algún edificio de Moscú.
Jesús Véliz
Periodista de tecnología e innovación.
Telegram tiene un cúmulo de herramientas que ha venido incrementando y es como una navaja suiza para las comunicaciones. Entonces, diversos grupos se dieron cuenta que no había tanto sensor de contenido, por eso casi se ha usado como una nube clandestina de información. Justamente por eso los entes regulatorios le caen encima pues al ser una interfaz de usuario a usuario, Telegram responde que no tiene responsabilidad sobre el contenido.
Del otro lado, Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) ha suscrito más acuerdos comerciales y de cooperación internacional y gubernamental, por eso tiene más restricciones. Por ejemplo, sí cierra contratos con disqueras, empresas de libros o gente que les da contenido para poder ofrecerlo como un servicio agregado al usuario. Telegram no se rige con esas condiciones, y la distribución de contenido no está regulado pues la empresa señala que la plataforma es un espacio personal y cada uno tiene el derecho de compartir ese espacio personal como mejor le plazca.