Una nueva portada de la revista satírica francesa, Charlie Hebdo, ha vuelto a generar polémica y levantar una ola de críticas en su contra. Esta vez, la publicación gala estuvo en la mira de los principales políticos turcos luego de que le dedicara la tapa a Recep Tayyip Erdogan, el presidente que busca ampliar su ya largo mandato por cinco años más.
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En la ilustración recién publicada se puede ver una representación de Erdogan electrocutándose al interior de una bañera mientras toca una bombilla.
La caricatura haría alusión a la muerte del cantante francés Claude François, más conocido como Cloclo, en 1978, quien falleció tras colocar una bombilla. Y, al mismo tiempo, al foco que sirve como logo del oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK Parti, en turco).
La imagen está acompañada del texto “Solo el destino nos liberará de él”, en referencia a la enorme posibilidad de una nueva reelección de Erdogan en la segunda vuelta del estado otomano el domingo 28.
Pese a que la web de Charlie Hebdo está bloqueada en Turquía desde el 2015, la publicación consiguió levantar un polvorín de críticas en dicha nación.
El ministro de Exteriores Mevlüt Çavusoglu fue de los primeros en expresar su rechazo, al escribir en Twitter que Charlie Hebdo “denigraba” a la nación turca.
“El miserable Charlie Hebdo, sin pizca de humanidad, sigue denigrando la nación turca. Quienes no consiguen someter a la nación turca con sus juegos se agarran desesperadamente al destino”, señaló.
Ömer Çelik, portavoz del AK Parti, por su parte, acusó a la revista de mantener una “mentalidad fascista” y la calificó como un “panfleto de delitos de odio”.
Las portadas e ilustraciones de Charlie Hebdo son protagonistas constantes de polémicas y críticas, especialmente debido a los debates que se generan en torno a cuáles son los límites de la libertad de expresión y de la libertad religiosa, principalmente. A continuación pasaremos a recordar algunas de las que más críticas o consecuencias levantaron.
El 7 de enero del 2015 dos hombres enmascarados y armados con fusiles entraron a las oficinas del Charlie Hebdo en París. Los atacantes, quienes luego fueron identificados como miembros de una célula de Al Qaeda, desataron un ataque que dejó a 11 trabajadores de la revista muertos, incluídos cinco caricaturistas, y un policía que se enfrentó a los terroristas al exterior del edificio. Además, se registraron once heridos en total.
La razón detrás del ataque fue la publicación en el 2012 de una serie de ilustraciones que representaban al profeta musulmán Mahoma y que le valieron una serie de amenazas a lo largo de los años. Según la ley islámica, está prohibido ilustrar al profeta. El ataque generó un movimiento global, con millones de personas y líderes mundiales marchando en distintas ciudades bajo el lema de "Je Sui Charlie" (Yo Soy Charlie) en defensa de la libertad de expresión.
El 17 de agosto del 2017 se registraron una serie de atentados terroristas en las ciudades catalanas de Barcelona y Cambrils. El más letal, por mucho, fue el registrado en el icónico paseo de Las Ramblas donde un atropello masivo dejó 15 muertos y un centenar de heridos. Una semana después, la polémica revista francesa dedicó su portada al trágico evento.
"Islam, religión de paz... eterna", se puede leer en la caricatura que muestra a una furgoneta blanca avanzando mientras deja dos cadáveres detrás de ella. Como era de esperarse ,la publicación generó la indignación dentro de diferentes grupos islámicos y mereció un pronunciamiento de parte de diversas autoridades francesas El exportavoz del gobierno, Stéphane Le Foll, comentaba que "las amalgamas son muy peligrosas. Decir que el islam es una religión de paz dando a entender, de hecho, que es una religión de muerte resulta extremadamente peligroso".
En las redes sociales, mientras tanto, el Charlie Hebdo era calificado de "islamófobo" y "racista".
La muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la policía de la moral iraní desató a finales del 2022 una ola de manifestaciones sin precedentes en la república islámica. Junto a las manifestaciones, sin embargo, llegó una violenta represión por parte del régimen que habría dejado en torno a 300 muertos según estimaciones de organizaciones defensoras de derechos como Amnistía Internacional. A raíz de ello, el 9 de diciembre, Charlie Hebdo lanzó un concurso por redes sociales para que se envíen caricaturas en contra del ayatolá Ali Jameneí, el máximo líder religioso del país.
El concurso fue un éxito para la publicación, recibiendo más de 300 caricaturas y eligiendo las 35 mejores para luego publicarlas en su edición impresa. Como era de imaginarse, el concurso provocó el repudio del régimen iraní, desde donde tildaron de "insultante" la decisión de la revista. "El acto insultante e indecente de una publicación francesa sobre caricaturas de la autoridad religiosa y política no quedará sin una respuesta efectiva y decisiva", dijo al respecto el ministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahian.
"Las caricaturas del guía supremo que hemos recibido son la prolongación de lo que los dibujantes de 'Charlie Hebdo' asesinados siempre denunciaron", respondió en una editorial el semanario francés.
Un año después del atentado contra su redacción, Charlie Hebdo publicó un número especial que llevaba en la portada una ilustración de un dios barbudo que llevaba un fusil de asalto Kaláshnikov y estaba manchado de sangre. Aquella edición, además, estaba titulada como "Un año después, el asesino sigue corriendo".
La comunidad cristiana se sintió especialmente ofendida por aquella edición especial, pues sentían que su dios era el que aparecía representado en la portada. El autor de la caricatura, Riss, sin embargo, justificó que con esta portada "sobrepasar tal o cual religión y tocar cosas más fundamentales. Es la propia idea de Dios que nosotros, en Charlie, contestamos. Afirmar las cosas claramente hace reflexionar. Hay que zarandear un poco a la gente, de lo contrario permanecen en sus carriles".
Desde el Vaticano, criticaron, sin embargo, que en Charlie Hebdo parecían haber olvidado que numerosos dignatarios religiosos han condenado la violencia en nombre de la religión, mientras que el semanario recibió cartas de católicos que los acusaban de haber olvidado que ellos salieron a marchar por la revista tras el atentado del 2015.
Una semana después del atentado contra su sede, Charlie Hebdo lanzó una edición especial en el que se puede ver una nueva representación del profeta Mahoma sosteniendo un cartel que dice "Je Sui Charlie" y titulada "Todo está perdonado".
Esta nueva ilustración, sin embargo, volvió a desatar la ira de los musulmanes. En Egipto calificaron la publicación como un "acto injustificablemente provocativo para los sentimientos de mil millones y medio de musulmanes que en todo el planeta aman y respetan al profeta". En Cisjordania, miles de palestinos salieron a marchar en contra del semanario por considerarlo también ofensivo.
En consecuencia, el gobierno egipcio prohibió la difusión de la revista en su territorio. Similar decisión adoptó Turquía.
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