Ucrania podría perder el 18,5% de su territorio en mayo

Los separatistas ucranianos no dan tregua. Numerosos prorrusos ocuparon el martes un edificio del Ministerio del Interior en la ciudad de Lugansk, en el este del país, mientras los activistas de Slaviansk que mantienen retenidos a observadores militares europeos demandaron el retiro de las sanciones de la Unión Europea para liberarlos.

Una multitud de más de 2.000 personas ingresó al edificio estatal, informaron medios locales. Los manifestantes, muchos de los cuales vestían máscaras y ropa de camuflaje, no enfrentaron resistencia de la policía e izaron la bandera rusa.

En total, son tres las regiones ucranianas que buscan realizar consultas independentistas este 11 de mayo: Járkov, Donetsk y Lugansk. De ganar los separatistas en esos lugares cuya mayoría habla ruso, Ucrania perdería el 26,2% de su población y el 18,5% de su territorio (incluida la anexión de Crimea por parte de Rusia), según un análisis del diario chileno “La Tercera”.

Además, el país se quedaría sin vitales ingresos económicos. Por ejemplo, Donetsk es considerada el corazón industrial del país. En esta región hay importantes plantas metalúrgicas, minas de carbón, laboratorios donde se procesan productos químicos, industria energética, alimentaria, de bienes de consumo, etc.

De acuerdo con datos de la Universidad Técnica Nacional de Donetsk, entre el 10% y el 15% del PBI ucraniano proviene exclusivamente de la producción industrial en las regiones independentistas. 

Además, alberga el 12% de los recursos naturales del país.

Según una encuesta del Instituto para la Investigación Social y Análisis Político, divulgada por el diario británico “The Guardian”, el 18,6% de los habitantes de Donestk se opone a los cambios en la estructura del gobierno, un 47% quiere que el territorio sea una federación o al menos con más independencia económica de Kiev, un 27% está a favor de unirse a Rusia de alguna forma y solo un 5% quiere ser un país independiente.

LA NUEVA RUSIA
La operación separatista en Lugansk les da a los partidarios de Moscú el control de una segunda capital de provincia, pues ya tienen bajo su mando a gran parte de la vecina Donetsk.

Dominar Lugansk significa controlar la cuenca minera de Donbass –una franja continua de terreno adyacente a Rusia–, donde las gigantescas fundiciones de acero y otras plantas arrojan alrededor de un tercio de la producción industrial de Ucrania.

La región tomada por los separatistas está en el centro de un sector que el mandatario ruso, Vladimir Putin, describió a principios de mes como “nueva Rusia”, reviviendo un término de cuando fue conquistada por los zares en los siglos XVIII y XIX.