Fundada en el 2010 por el cocinero español José Andrés, la ONG World Central Kitchen (WCK) ha brindado ayuda humanitaria con una sola premisa: enviar comida a quienes sufren crisis humanitarias, tragedias climáticas y guerras. Esa era la labor que estaba cumpliendo desde hace cinco meses en la franja de Gaza hasta que un bombardeo israelí mató a siete de sus trabajadores provocando dudas sobre el futuro de la ayuda en esta zona tan necesitada.
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Los cooperantes fueron atacados cuando viajaban a bordo de dos autos blindados e identificados con el logo de WCK, pese a que habían coordinado sus movimientos con las fuerzas israelíes, según afirmó la ONG en un comunicado. Los trabajadores humanitarios salían de un almacén de Deir el Balah, en el centro de Gaza.
El acto causó una inmediata conmoción. Los fallecidos son los primeros trabajadores humanitarios extranjeros asesinados en la guerra de Gaza. Las víctimas eran originarias de Australia, Polonia, Reino Unido, uno con doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá, y los Territorios Palestinos.
Mientras el Ejército israelí continúa investigando lo sucedido, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, calificó de “trágica” la muerte de los trabajadores humanitarios y reconoció que se produjo por un ataque “no intencionado” de las fuerzas de su país.
“Son cosas que suceden en una guerra (...), estamos en contacto con los gobiernos y haremos todo lo posible para que no se vuelva a producir”, declaró Netanyahu.
¿Ayuda en riesgo?
Tras el ataque, una flotilla que llevaba ayuda humanitaria para Gaza inició la ruta de regreso a su base en Chipre con buena parte de la carga sin entregar.
Según la agencia Efe, el operativo logró desembarcar unas 100 de las 400 toneladas que transportaba a través de un corredor marítimo de ayuda a Gaza inaugurado el 12 de marzo y en el que colaboran WCK y la ONG Open Arms.
Se trata de una segunda flotilla que llevaba ayuda a la zona, después de un primer envío a mediados de marzo.
Previamente, el WCK, que ha repartido decenas de millones de comidas entre la población gazatí, suspendió sus operaciones en territorio palestino por respeto a las víctimas y para revisar el protocolo de seguridad.
World Central Kitchen is devastated to confirm seven members of our team have been killed in an IDF strike in Gaza. Read our full statement on the loss of our team members here: https://t.co/gsijamzfMU pic.twitter.com/PtQCxX5XrW
— World Central Kitchen (@WCKitchen) April 2, 2024
“No se trata solo de un ataque contra WCK, sino también contra las organizaciones humanitarias que intervienen en las situaciones más terribles, en las que los alimentos se utilizan como arma de guerra. Es imperdonable”, denunció Erin Gore, directora general de la ONG.
Pese a ello, el presidente de Chipre, Nikos Jristodoulidis, aseguró que los envíos marítimos de ayuda humanitaria a Gaza continuarán, aunque la logística para garantizar mejores condiciones de seguridad podría aumentar algunos plazos.
Los temores en torno al impacto del ataque en la ayuda humanitaria se vieron alimentados por las declaraciones del coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos, Jamie McGoldrick, quien afirmó que lo ocurrido con los trabajadores de WCK no es un incidente aislado.
“Para el 20 de marzo, al menos 196 trabajadores humanitarios habían muerto en los territorios palestinos ocupados desde octubre de 2023″, dijo McGoldrick, una cifra tres veces superior a los que han perecido en cualquier conflicto previo en todo un año, señala Efe.
Críticas de aliados
El bombardeo provocó que buena parte de la comunidad internacional exigiera respuestas a Israel, incluso Estados Unidos, su principal aliado.
Washington exigió una investigación “rápida, completa e imparcial” sobre lo sucedido, indicó el secretario de Estado, Antony Blinken, quien agregó que su país ha hablado con el Gobierno Israelí para “hacerles comprender que hay que hacer más para proteger la vida de los civiles inocentes, sean niños palestinos o trabajadores humanitarios”.
WCK teams mobilize across Gaza daily to distribute food to displaced Palestinians. Our 60+ kitchens in southern and central Gaza are cooking hundreds of thousands of meals each day like this mujadara, a comforting dish of rice, lentils, and caramelized onions. #ChefsForThePeople pic.twitter.com/zHF3oVlKCJ
— World Central Kitchen (@WCKitchen) April 1, 2024
El Gobierno británico tomó acciones más concretas y convocó a la embajadora de Israel en Londres, Tzipi Hotovely, por la “inaceptable” y “horrorosa” muerte de los cooperantes británicos de WCK en el ataque israelí.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo estar “conmocionado y entristecido” por la noticia y reclamó una investigación urgente porque “claramente hay preguntas que necesitan respuestas”.
Además, Australia denunció lo ocurrido como un acto “completamente inaceptable” y Canadá solicitó una “completa investigación” del ataque israelí. España, Reino Unido, Polonia y Alemania también exigieron explicaciones de lo sucedido.
Francesco Tucci
Analista internacional
Este ataque tendrá un impacto en Gaza porque los cooperantes ahora deberán seguir un protocolo mucho más estricto. Una demora en la llegada de la ayuda podría ser un efecto secundario para garantizar la seguridad..
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo hace unas semanas que su país quería brindar ayuda directa a la franja de Gaza construyendo una infraestructura temporal para hacerla llegar. Desde un punto de vista logístico es probable que se vaya a ralentizar la llegada de la ayuda, pero no va a parar.
Lo más inquietante es que este ataque generará más tensión en las relaciones con Israel, sobre todo por las nacionalidades de los fallecidos. Habrá más críticas hacia Israel, primero por el ataque a la embajada de Irán en Damasco, y ahora porque se ha afectado a representantes de organizaciones internacionales que van brindando ayuda.
Israel no queda bien parado porque no puede garantizar la seguridad de quienes llevan ayuda internacional. Habrá mayores presiones, sobre todo de parte de Estados Unidos. El mensaje de lo que ha pasado es que nadie está seguro en Gaza y la situación no se va a tranquilizar. Israel sigue buscando objetivos militares, pero las consecuencias serán gravísimas.