Uno de los medios emblemáticos de Rusia a nivel mundial, RT, ya no podrá emitir sus contenidos en alemán porque YouTube decidió bloquear su canal en la poderosa plataforma de videos argumentando que violaron su política de desinformación sobre el COVID-19.
Para la editora jefa de RT, Margarita Simoyan, se trata de una “auténtica guerra de medios de Alemania contra Rusia”. Pero también se trata de una nueva confrontación entre el Kremlin y las gigantes tecnológicas estadounidenses, con el trasfondo de la renovada rivalidad entre Berlín y Moscú.
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“Estoy deseando que mi estado natal prohíba Deutsche Welle y otros medios alemanes en Rusia sin demora, además de cerrar las oficinas de ARD y ZDF”, reaccionó Simoyan, refiriéndose a las televisoras públicas alemanas.
Aunque el Gobierno Alemán ha señalado que no ha ejercido ninguna influencia en la decisión de YouTube, el ambiente ha vuelto a tensarse entre ambos países.
“Quiero decir en términos cristalinos que esta es una decisión de YouTube, y el gobierno alemán, o los representantes del gobierno alemán, no tienen nada que ver con este decisión”, dijo a los periodistas el vocero del Ejecutivo en Berlín, Steffen Seibert. “De modo que cualquiera que argumente eso está construyendo una teoría de la conspiración”, replicó.
Sin embargo, el Ministerio ruso de Exteriores dijo que pedirá que se trabajen medidas de represalia contra YouTube y otros medios alemanes, y añadió que esa respuesta era “no solo apropiada, sino también necesaria”.
Los servicios de seguridad alemanes consideran al servicio en alemán de RT como una rama de propaganda del estado ruso.
RT, antes conocida como Russia Today, ofrece su cobertura en alemán a través de Internet, pero hasta ahora no ha conseguido una licencia para emitir en Alemania a través de una señal terrestre o de satélite.
El Kremlin vs. Google
La decisión de YouTube, propiedad de la estadounidense Google, motivó que la agencia estatal rusa que supervisa las comunicaciones, Roskomnadzor, amenazara con bloquear la popular plataforma de videos, que es la segunda página de Internet más vista del país.
Para el gobierno ruso, se trata de otro intento de Occidente de “acallar las fuentes de información incómodas”.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, denunció que la prohibición de RT en alemán se trata de una restricción ilegal que “viola groseramente” las leyes de Rusia, además de ser un acto de censura que obstaculiza el trabajo de los medios rusos.
Sin embargo, las disputas entre el Gobierno de Rusia y las gigantes tecnológicas no son nuevas.
La agencia EFE explica que el origen de los desencuentros datan del 2017, cuando Estados Unidos obligó a RT a registrarse como agente extranjero para seguir operando en el país.
“A partir de ese momento, el Kremlin emprendió una cruzada contra las tecnológicas estadounidenses para proteger su espacio digital de las injerencias externas y a la vez limitar las actividades en Internet de activistas y opositores”, explica EFE.
El gobierno, entonces, creó RuNet, una especie de Internet ruso que tiene la capacidad de desmarcarse de la red global y funcionar de manera independiente, en el caso de una agresión extranjera, pero que apunta a neutralizar cualquier información incómoda para el gobierno, al puro estilo chino.
Como parte de la estrategia de Vladimir Putin de regular el espacio digital, se exigió a Google, Facebook, Twitter, Telegram y TikTok a retirar “información prohibida” relativa a “propaganda extremista”, como protestas no autorizadas vinculadas a la oposición rusa y una de sus figuras emblemáticas, como Alexei Navalni.
El opositor incómodo y los ‘hackers’
Navalni, que se encuentra preso en un campo penitenciario cerca de Moscú, volvió a Rusia a inicios de año luego de pasar varios meses en Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento.
El opositor sigue acusando al Kremlin del intento de asesinato, mientras que al Gobierno Ruso no le agradó en absoluto que fuese Alemania el país que lo acogió.
Un nuevo diferendo entre ambos países se dio hace pocas semanas, cuando autoridades alemanas no dudaron en acusar a los servicios de inteligencia rusos de estar detrás de un amplio pirateo informático contra computadoras del Parlamento alemán, el partido de Angela Merkel y el Partido de la Social Democracia (SPD), justo antes de las elecciones legislativas del pasado 26 de setiembre.
Según dijo el 10 de setiembre la portavoz de la cancillería alemana, Andrea Sasse, se temía que este hackeo influyera en los comicios a través de una “campaña de desinformación”.
El Kremlin, por supuesto, negó estar detrás de cualquier intento de ‘hackeo’.
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