Los temores y preocupación han vuelto a aumentar en el Sáhara tras 30 años de tensa paz. El histórico conflicto que sostienen Marruecos y el Frente Polisario por el control de casi 270 mil kilómetros de la costa noroeste de África sufre una alarmante escalada desde finales del 2020. Y en medio de ello, el Perú ha girado el timón diplomático con un sorpresivo reconocimiento del movimiento que aboga por una República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
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El Frente Polisario fue creado en 1973 como un movimiento de liberación nacional que buscaba acabar con la colonización española. Dos años más tarde, con la retirada de los europeos, Marruecos organizó la Marcha Verde, en la que envió a más de 350 mil ciudadanos a poblar la región por considerarla históricamente parte de su territorio. Esto conllevó a una guerra que se extendió desde 1976 hasta 1991, cuando una tregua de la ONU determinó que la solución sería un referéndum.
Hasta la fecha, dicha consulta no se ha realizado y Marruecos controla dos tercios del Sáhara Occidental. “A partir de 1975 el movimiento fue apoyado por los entonces presidentes Gadafi y Houari Boumediene, de Libia y Argelia respectivamente. Apoyaron militarmente al Polisario desencadenando una guerra de 1976 hasta 1991. El alto al fuego de la ONU decía que iban a encontrar una salida definitiva al problema. Inicialmente la opción que ambas partes apoyaron fue un referéndum de autodeterminación. El problema es que nadie está de acuerdo sobre quién puede votar”, explica a El Comercio Mohamed Badine El Yattioui, profesor marroquí de Relaciones Internacionales en la American University in the Emirates de Dubai.
El Frente Polisario, apoyado por Argelia, sostiene que solo deben votar quienes vivieron en el Sáhara Occidental hasta 1975, pues considera que los actuales habitantes de la región apoyan a Marruecos. El problema está en que la mayoría de ese grupo se encuentra actualmente en Tinduf, un campo de refugiados que levanta diversas sospechas por las dificultades que ha mostrado a la comunidad internacional para acceder a su información y que en Rabat señalan como un “campo de secuestrados”.
En Marruecos, mientras tanto, se ha visto en los últimos años una corriente que aboga por darle autonomía regional dentro de la soberanía del reino. “Desde el 2008 Marruecos defiende un referéndum a la autonomía. Muchos saharauis lo ven con buenos ojos porque quieren acabar con el conflicto de 40 años, consideran que es mejor tener esa autonomía con el respaldo marroquí que ser independientes y pobres. Hay que ver que el 85% del Sáhara Occidental está administrado por Marruecos desde la Marcha Verde, se ve la bandera marroquí en todos lados, la policía es marroquí, los jueces son marroquíes y los servidores públicos también. La inversión del Gobierno Marroquí en estas casi cinco décadas ha sido enorme”, sostiene El Yattioui.
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La frágil calma que reinaba en la zona se rompió finalmente en noviembre del 2020, con una incursión militar marroquí en un paso fronterizo. Desde entonces, el Polisario asegura atacar a diario a las fuerzas del reino, aunque Marruecos no lo ha reconocido. “Hay una guerra. Marruecos siempre lo niega, pero la armada saharaui sigue bombardeando al ejército marroquí de forma diaria”, dijo hace dos semanas el líder saharaui, Brahim Ghali.
Aunque a simple vista se trata de una enorme franja de arena, inhóspita y con poco más de medio millón de habitantes, el Sáhara Occidental es un punto de gran importancia geoestratégica, además de poseer grandes reservas de fosfato.
“El Sáhara tiene una importancia geopolítica, geoestratégica y geoeconómica. El interés de Argelia, por ejemplo, está en conseguir una salida al océano Atlántico”, añade el experto.
LA POSTURA DEL PERÚ
En medio de dicha escalada, desde Torre Tagle anunciaron el 8 de septiembre que el Perú restablecería relaciones diplomáticas con la RASD y, por ende, con el Frente Polisario. El Perú había reconocido al grupo en 1984 durante el gobierno de Fernando Belaúnde, pero en 1996, con Alberto Fujimori en el poder, dejó de hacerlo y en su lugar extendió sus relaciones con Marruecos.
El anuncio ha llevado a que el canciller Óscar Maúrtua se presente ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso para explicar la decisión. El ministro argumentó que la nueva postura responde a la defensa del derecho internacional de autodeterminación para los pueblos. Para ello, citó la opinión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de 1975 que considera al Sáhara Occidental como territorio no autónomo.
“Se basa en una parte de la opinión de la CIJ, pero no en toda. Hay otra parte que dice que los saharauis antes de 1884 tenían una relación de soberanía con el sultán de Marruecos. El Polisario argumenta que esa relación era consecuencia del derecho islámico. La verdad es que es un conflicto de la Guerra Fría, Marruecos apoyaba a EE.UU. y el Polisario a los soviéticos”, asegura El Yattioui.
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El académico asegura que la decisión peruana estaba entre los escenarios contemplados tras la llegada de Pedro Castillo al poder, aunque admite que no deja de ser sorprendente.
“El Frente Polisario ha tenido muchos enlaces con la izquierda latinoamericana, gracias a la diplomacia de Argelia en los 70. Tenían una relación increíble con Fidel Castro y Cuba, a su vez, tenía gran influencia en la región. Hay una visión romántica del Polisario. Lo que siempre han reivindicado es que son la última colonia de África. Lo que nadie dice en América Latina es que muchos líderes históricos del Polisario pidieron perdón al rey Hassan II desde 1992 y terminaron siendo hasta ministros de Marruecos”, señala asegurando que se trata de una distorsión de la realidad que cala en nuestra región por desconocimiento.
El académico, quien ha estado en incontables ocasiones en la zona, es un abierto opositor al mensaje del Polisario sobre la situación de colonia de los saharauis. “Marruecos no hace nada parecido a una forma parecida de colonización. El PBI por habitante en el Sáhara es más alto que en el resto de Marruecos, su población recibe apoyos especiales del Gobierno, todos reciben un sueldo mínimo. Los productos básicos cuestan la mitad que en el resto del país porque están subvencionados. Y para concluir, cómo una colonia habría tenido el nivel más alto de votación en las elecciones del 8 de septiembre. Hay una distorsión entre la realidad y la comunicación del Polisario”, asegura.
Sobre las relaciones con Marruecos tras la nueva postura del Perú, El Yattioui no duda en que estas se verán afectadas. “Yo creo que no cerrará su embajada en Lima, pero reducirá su nivel de cooperación. El Gobierno Peruano está apoyando a sus enemigos”, señala.
LA ACTUALIDAD DEL FRENTE POLISARIO
Tras la muerte de su histórico líder Mohamed Abdelaziz, Brahim Ghali asumió la conducción del Polisario.
La mayoría de saharauis se concentran en Tinduf, un campo de refugiados en Argelia. Ghali, por su parte, ha sido acusado de agredir sexualmente a varias mujeres durante su estancia en Tinduf.
En su momento, la RASD fue reconocida por 80 países. Actualmente, la lista se reduce a menos de la mitad. “Está frente a una crisis, en los 70 era un movimiento de liberación nacional, pero se transformaron en un partido único que toma las decisiones por todos, sin consulta y por cooptación. Hoy los apoyan principalmente Venezuela, Nicaragua, Cuba, Argelia, Sudáfrica e Irán. Y ahora el Perú. A partir de quién es tu aliado yo puedo decir quién eres”, señala El Yattioui.
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POSTURA ARGELINA
La embajada de Argelia en Lima envió una carta a El Comercio mostrando su desacuerdo con lo expresado por el experto consultado por este diario. A continuación, procedemos a hacer uso del derecho de respuesta solicitado por la oficina diplomática de dicho pais.
“Con fecha 25 de octubre de 2021, su periódico publicó, bajo la pluma del Sr. RENZO GINER VÁSQUEZ, un artículo sobre el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, titulado «¿Cuál es el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario y qué consecuencias puede acarrear la nueva postura del Perú?».
En su desarrollo, el periodista ha servido como portavoz de la propaganda marroquí, concluyendo que la culpa es de Argelia, a través de falsos argumentos para engañar a la opinión pública peruana e internacional, a pesar de que dispone de una amplia gama de fuentes de las Naciones Unidas y de África sobre esta cuestión, que constituyen el marco jurídico en el que se aborda esta cuestión de descolonización.
Un pequeño esfuerzo de investigación le habría permitido descubrir que esta colonia española está en el orden del día de la ONU desde 1966, en vez de intentar incriminar a Argelia, ya que, según el artículo, toda esta cuestión no es más que el deseo de Argelia de lograr acceso al Atlántico.
Una parte de la población saharaui que huyó de su territorio, a raíz de la agresión que sufrió en 1975, solicitó y obtuvo refugio en Argelia. Es un deber y una obligación humanitaria de un país vecino.
La propaganda marroquí recogida en este artículo acusa a Argelia de secuestrar a la población saharaui. No se le ocurriría al periodista que en esta tierra hay pueblos que quieren vivir libres e independientes, y que luchan por alcanzar ese objetivo.
Los refugiados saharauis presentes en Argelia desde 1975 están bajo la responsabilidad directa de las Naciones Unidas, a través de sus organismos especializados presentes en los campamentos de refugiados, como la ACNUR, el PMA, el CICR, Oxfam y otras organizaciones humanitarias.
Los campamentos de refugiados saharauis son administrados por los propios saharauis, a través de sus representantes, bajo la supervisión de las Naciones Unidas.
Cabe recordar que Marruecos había aceptado en 1991 la organización de un referéndum de autodeterminación, en el marco del plan de arreglo Naciones Unidas/OUA, tras lo cual las Naciones Unidas habían enviado una misión para la organización de ese referéndum, en este caso, la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO).
Esta misión está presente en Argelia y en el Sahara Occidental y puede, eventualmente, atestiguar si el pueblo saharaui está secuestrado en Tinduf, mientras este pueblo pide ejercer su derecho a la autodeterminación, tal como lo reconoce la ONU desde 1966.
La preocupación por la búsqueda de una información justa, neutral y creíble, destinada a aclarar a la opinión pública peruana, debería haber dado la palabra a los dos protagonistas de este conflicto, así como a las organizaciones internacionales presentes en el terreno.
Para concluir, se recordará la frase célebre del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa: ‘La claridad es la obligación del periodista’″.
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