En algún punto del partido, varios futbolistas cambiaron los chimpunes por la política -ahí tiene a Gianni Rivera, Pelé o Romario-, pero solo uno llegó a la presidencia de su país. George Weah ya era una leyenda mundial antes de convertirse en mandatario de Liberia en el 2018. El prodigioso delantero conquistó en los años 90 los estadios más famosos de Europa y logró la hazaña de ser el primer y hasta hoy único africano que ha ganado el Balón de Oro en la historia. Sus seguidores lo apodaron “King George”.
Pero esa es la parte bonita de su historia. Weah, nacido en en los barrios pobres de Monrovia, empezó a jugar al fútbol en la liga en Liberia cuando era adolescente y pronto abandonó la escuela para dedicarse al deporte. En ese entonces, el liberiano vivía con su abuela en el suburbio marginal de Clara Town, una zona pantanosa plagada de enfermedades y hacinamiento. Sus padres, que tenían once hijos más, vivían cerca al condado de Grand Kru, una de las zonas menos desarrolladas de Liberia.
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La vida de Weah cambió por primera vez en 1987. Tenía 21 años cuando el técnico francés Arsene Wenger lo vio jugando en el club camerunés Tonnerre Yaoundé y se lo llevó a Europa para ficharlo por el AC Mónaco, donde estuvo cinco temporadas. Fue el despegue de su carrera. El liberiano pasó por el París Saint Germain, AC Milan, Chelsea, Manchester City y Olympique Marseille.
Su talento y determinación lo llevaron a ganar el título de Jugador del Año de la FIFA y el Balón de Oro en 1995. Rápidamente empezó a ser considerado como uno de los mejores futbolistas del mundo.
Weah era para entonces un héroe nacional en Liberia. Y no solo por el fútbol. Durante la guerra civil (1989-2003), el futbolista fue el gran respaldo para que la selección nacional de Liberia no sucumbiera ante el conflicto. El delantero jugó, entrenó y financió al equipo que, bajo su tutela, casi logra clasificar a un mundial.
El liberiano también entró en el mundo de la filantropía, convirtiéndose en embajador de Unicef, y apoyando la lucha por los derechos humanos en su país.
Weah incluso llamó a la ONU a salvar su país durante la guerra civil. Como represalia, rebeldes de la milicia de Charles Taylor quemaron su casa de Monrovia y secuestraron a dos de sus primas.
Su camino a la presidencia
Weah, posiblemente el hombre más famoso de su país, colgó los chimpunes en el 2003 y, tras pasar unos años con su familia en Estados Unidos, regresó a Liberia en el 2005, dos años después del final de la guerra civil. Tenía 38 años y el propósito de sumar otra hazaña a su historial: ser presidente.
Según un artículo de “The New York Times”, el día que anunció que se presentaría a las elecciones, miles de sus fanáticos bailaron en las calles de Monrovia. “Su llegada cerró la capital por un día. Mientras el tráfico se enredaba, los hombres de negocios cerraban sus tiendas y los estudiantes gritaban en la calle desde el aeropuerto. ‘Weah en la ciudad’, corearon. ‘¡Los políticos se preocupan!’”, indica el medio.
Pero Weah perdió las elecciones del 2005. Su popularidad no fue suficiente para contrarrestar su imagen de inexperto en la materia y fue Ellen Johnson Sirleaf quien se convirtió en presidenta de Liberia, en la que fue la primera transición democrática en el pequeño y pobre país africano desde 1944.
Tras esa derrota, Weah decidió prepararse. Según la BBC, el ya exfutbolista reveló en el 2007 que había terminado la escuela secundaria. Cuatro años más tarde, se graduó en Administración de Negocios de la Universidad DeVry de Florida, Estados Unidos.
Su segundo intento para llegar a la política ocurrió en el 2011 cuando postuló a la vicepresidencia junto con Winston Tubman, pero tampoco lo consiguió. Su primer triunfo llegó en el 2014: ganó el puesto de senador para su condado de Montserrado, en Monrovia.
Desde entonces se mantuvo en la política hasta que ganó la presidencia de Liberia el 26 de diciembre del 2017 y asumió el cargo en el 2018, sustituyendo a la Nobel de la Paz Ellen Johnson-Sirleaf. Weah, que llegó al poder a los 51 años, prometió que ofrecería un nuevo enfoque a la política del país, que frenaría la corrupción y acabaría con el estancamiento político.
“No pensaba que fuera a convertirse en presidente”, declaró por entonces Arsene Wenger, quien lo llevó a jugar a Europa. El técnico contó que recuerda haberlo “visto llorar cuando la guerra causaba estragos en Liberia”.
Dos años de gestión
Pero en la presidencia no todo ha sido color de rosa. Desde junio del 2019, el descontento hacia la gestión de Weah empezó a crecer hasta llegar a las calles de Liberia. Miles de personas protestaron por la dramática crisis económica que vive esta antigua colonia de esclavos liberados, así como por el manejo de las finanzas públicas.
Weah, cuya popularidad está a la baja, respondió a las protestas enviando a las fuerzas del orden a reprimir a los manifestantes e incluso cerró medios de comunicación.
Además, el gobierno ha debido afrontar un oscuro caso de presunta corrupción en el Banco central y ha decepcionado a las víctimas de las guerras civiles al frenar la creación de un tribunal para los crímenes de guerra.
Las misiones diplomáticas extranjeras también han sido afectadas por la crisis. La embajada de Estados Unidos anunció en diciembre pasado que tuvo que suspender el trabajo de sus voluntarios del Cuerpo de Paz en 12 de los 15 condados de Liberia debido a las dificultades para “obtener de manera confiable los fondos necesarios de los bancos”.
Meses atrás, el gobierno de Weah se encontró en una disputa con nueve embajadores, incluidos los de EE.UU., Reino Unido, Francia, Noruega y la Unión Europea, luego de que retiró dinero de las cuentas de los donantes en el banco central sin su aprobación.
En estos dos años de gobierno, Weah también ha usado su poder para fines relativos al fútbol, algunos de ellos bastante cuestionados.
En agosto del 2018, el presidente liberiano condecoró con la máxima distinción de su país al francés Arsene Wenger por haberlo llevado a jugar a Europa. Luego de que la oposición afirmara que la distinción no debería ser entregada a individuos que hicieron algo personal por Weah, el Gobierno dijo que el entrenador sería reconocido no solo por lo que hizo por Weah, sino por su apoyo “a los deportes en África y por darle oportunidades a varios africanos”.
Ahora, con el avance de la pandemia de coronavirus, Weah enfrenta un recrudecimiento de la crisis económica mientras lidia con la enfermedad. El mandatario se ha mantenido poco activo de sus redes sociales en los últimos meses. No publica en su cuenta de Twitter desde junio, a excepción de un retuit hecho en setiembre. El mensaje es sobre su paso por el fútbol.
25 years ago today, King @GeorgeWeahOff scored his first brace in Rossonero 👑 #OnThisDay nel ‘95, George Weah realizzò la sua prima doppietta rossonera 👑 #SempreMilan pic.twitter.com/JewEcoIEta
— AC Milan (@acmilan) September 17, 2020
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