El Cairo, Egipto (AP)
Islamistas de línea dura aseguran haber tomado el control de Bengasi, la segunda ciudad de Libia, después de vencer a soldados del gobierno, apoderándose de barracas militares, tanques, cohetes y cientos de cajas de municiones, mientras los mortales enfrentamientos en la capital provocan la huida de extranjeros, diplomáticos y libios.
No está claro hasta dónde avanzaron los islamistas en Bengasi. El jueves las calles de la ciudad estaban casi vacías, los habitantes estaban enclaustrados y las tiendas cerradas; tampoco había movimiento en los puestos de control, no tenían milicianos ni fuerzas de seguridad. La principal comisaría seguía ardiendo a fuego lento un día después de ser alcanzada por granadas de los milicianos; salía humo de las barracas de las Fuerzas Especiales, que alguna vez fue el órgano de seguridad más fuerte en la ciudad.
Los logros de los extremistas en la ciudad son parte de una poderosa respuesta de las fuerzas islamistas en Libia luego de varios reveses a comienzos de este año. En Trípoli milicias encabezadas por islamistas se han enfrentado semanas con rivales en un intento por capturar el aeropuerto internacional de la capital en la peor violencia que ha surgido desde que una guerra civil en 2011 derrocó al dictador Moamar Gadafi.
España anunció que retirará a su embajador y sacará a la mayoría de su personal de Trípoli, una decisión adoptada ya por Estados Unidos. China envió un barco griego a evacuar a cientos de chinos y Filipinas está trabajando para sacar a unos 1.300 ciudadanos que están en Libia.
Solo el jueves, más de 10.000 libios huyeron por tierra hacia el vecino Túnez y se unieron a los miles que ya han salido del país en días recientes.
Taxistas tunecinos esperan a los clientes que huyen de Libia en el puesto fronterizo de Ras Ajdir. (AP)
En la capital, la gente está reportando escasez de combustibles e incrementos en los precios de los alimentos. "Todo esto es causado por los partidos políticos que están peleando por el poder, por posiciones del gobierno y dinero", dijo Abdelfattah Alghanai, un hombre que compraba vegetales.
El avance de las milicias en Bengasi es un revés para el general Khalifa Hifter, un militar renegado que durante meses encabezó unidades militares en una campaña personal encaminada a acabar con los grupos islámicos armados.
Después de que sus fuerzas perdieran sus bases dentro de Bengasi hace unos días, parece que a los leales del militar ahora sólo les queda el aeropuerto en la orilla de la ciudad.