Este viernes 18, diez años después de haber sido extraditado para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional (CPI), el expresidente de Costa de Marfil Laurent Gbagbo regresó a su país absuelto de las acusaciones en su contra.
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Gbagbo, cuya historia política está llena de polémicos y violentos episodios, es una de las principales figuras en la aún joven república africana. Su llegada se justifica en gran parte en la búsqueda de una “reconciliación nacional”, según palabras del actual mandatario y su eterno rival, Alassane Ouattara.
El otrora mandatario había sido extraditado a los Países Bajos en el 2011 acusado de provocar la muerte de al menos 3 mil personas durante el conflicto social desencadenado tras las elecciones del 2010, en las que negó su derrota e intentó mantenerse en el poder.
Esta es su historia.
LUCHA SINDICAL Y ASILO EN FRANCIA
Gbagbo nació hace 76 años en la región de Gagnoa, en el centro-oeste de Costa de Marfil, y pertenece a la etnia bété. De acuerdo a una biografía publicada en el centro de investigación en relaciones internacionales de Barcelona (Cidob), estudió la primaria en su pueblo natal para luego trasladarse a la sede de gobierno, Abiyán, a cursar la secundaria. En 1965 obtuvo el bachiller en Filosofía y posteriormente emigró a Francia para estudiar Humanidades en la Universidad de Lyon. En 1969 se licenciaría en Historia por la Universidad de Abiyán.
Su gusto por el latín llevó a que fuera apodado como “Cicerón”, en honor al político y filósofo romano, según diferentes reseñas sobre Gbagbo.
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Desde su época universitaria, apostó por el multipartidismo en su país. Esta postura, en una Costa de Marfil dominada desde su independencia de Francia en 1960 por Félix Houphouët-Boigny y el único Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI), fue considerada subversiva y provocó que fuera encarcelado junto a su esposa, Simone Gbagbo, entre 1971 y 1973.
Fue liberado al considerarse que había renunciado a sus ideas y el Gobierno intentó asegurar su lealtad otorgándole un trabajo como investigador en el Instituto de Historia, Arte y Arqueología africana de la Universidad de Abiyán (Ihaaa).
La biografía publicada por Cidob detalla que en 1979 obtuvo un doctorado en Historia por la Universidad de París-VII, y un año después fue nombrado director del Ihaaa.
Sin embargo, el deseo de diversificar la escena política de su país y hacer frente al totalitarismo impuesto por Houphouët-Boigny seguían vigentes en la mente de Gbagbo. En 1982, mientras aún trabajaba como académico y pertenecía al Sindicato Nacional de Investigación y Enseñanza Superior, formó en secreto el Frente Popular Marfileño (FPI) de línea socialista y directamente opositor.
El Gobierno no tardó en detectar a su organización y comenzó una redada en la que las células partidarias fueron cayendo una a una. Gbagbo logró escapar del país antes de ser detenido y llegó a Francia. En el país europeo sembró buenos lazos con los políticos socialistas y fue reconocido como refugiado político en 1985
ENFRENTADO AL ‘PADRE’ DEL PAÍS
Desde Francia, Gbagbo fortaleció aún más su discurso en favor del multipartidismo marfileño. Esta postura, dicho sea de paso, no agradaba al Gobierno Francés, que por entonces mantenía buenos lazos con Houphouët-Boigny.
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El mismo mandatario, considerado el “padre” del país, temía el fortalecimiento de la imagen de Gbagbo desde Europa. Por ello, cuando el opositor decidió regresar en 1988 para ser electo secretario general del FPI no solo decidió no reprimir a sus partidarios sino que además lo invitó a Palacio para conversar.
Houphouët-Boigny, entonces de 83 años, y Gbagbo sostuvieron una conversación en la que el mandatario le habría dado una reprimenda verbal por sus actividades subversivas.
Esto, sin embargo, fue insuficiente. El mandatario, impulsado por la presión social, tuvo que reconocer el multipartidismo en 1990, lo que fue celebrado por Gbagbo con una multitudinaria marcha en la capital.
Ese mismo año Houphouët-Boigny y Gbagbo se volverían a encontrar, aunque esta vez no sería en una sala de Palacio sino en las urnas de votación. La elección presidencial, empañada por evidentes fraudes y persecución contra miembros del FPI, se decantó a favor del “padre” nacional por 81,6% de los votos frente a 18,3% del rival.
EL LÍDER DE LA OPOSICIÓN
El primer acercamiento del poder del FPI, y por defecto de Gbagbo, se produjo en los comicios de 1990. Al convertirse en el líder de la oposición, aunque esto solo significaba contar con 9 de los 175 escaños existentes en la Asamblea Nacional.
Ese mismo año también entraría en escena Alassane Ouattara, quien fungiría como primer ministro hasta 1993.
Los dos años siguientes a las elecciones estuvieron marcados por la férrea postura opositora, especialmente ante el accionar de las fuerzas policiales contra los manifestantes que día a día salían a las calles marfileñas. Finalmente, en febrero de 1992 Gbagbo volvió a ser arrestado junto a otros 90 opositores por incitar a las protestas.
El 31 de julio, sin embargo, Houphouët-Boigny cedió una vez más ante la presión internacional y le otorgó el perdón presidencial a los presos políticos. Gbagbo salió a pedir la renuncia de Ouattara y el llamado a unas nuevas elecciones.
Un año más tarde, en diciembre de 1993, Houphouët-Boigny falleció. Su lugar fue ocupado por Henri Konan Bédié, hasta entonces presidente del Parlamento.
LLEGADA AL PODER
Los nuevos comicios se llevaron a cabo en 1995, aunque el Gobierno de Bédié había logrado deshacerse de la mayoría de candidatos para la contienda, incluidos Gbagbo y Ouattara. Esto motivó a que ese año se registran nuevos enfrentamientos entre partidarios del FPI y la policía.
Ese mismo año el partido de Gbagbo se fortaleció en el Parlamento y un año siguiente fue nombrado presidente del FPI. Cuatro años más tarde, en 1999, el Gobierno de Bédié cayó tras un golpe militar comandado por Robert Guéi, quien se comprometió a convocar a nuevos comicios en las que, por primera vez, todas las fuerzas políticas participarían.
Fue en ese proceso, también señalados por haber sido amañado desde el régimen militar, en el que Gbagbo finalmente se hizo con la presidencia. Su llegada, sin embargo, fue interrumpida por Guéi, quien disolvió a la Comisión Nacional Electoral y recién cedió el poder ante el estallido social que causó su decisión. El país terminó dividido entre el suroeste cristiano que apoyaba a Gbagbo y el norte musulmán que apoyaba al Reagrupamiento de Republicanos encabezado por Djéni Kobina.
La llegada al poder de Gbagbo estuvo marcada inicialmente por su llamado a Ouattara, quien se encontraba refugiado en la embajada alemana por la amenaza de los partidarios del FPI, para iniciar la primera reconciliación nacional.
En el 2001, sin embargo, soldados leales a Ouattara iniciaron una asonada que fue reprimida y posteriormente se descubrió que Guéi, quien había vuelto para expresar lealtar a Gbagbo, estaba reclutando soldados en Liberia para presuntamente derrocarlo.
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Durante su presidencia, Gbagbo comenzó el camino hacia la despaternalización presidencial instaurada por Houphouët-Boigny. Aunque, a la vez, las diferencias y la polarización en el país se hicieron más evidentes. No solo por motivos políticos, como en el caso de Ouattara, sino también por motivos tribales y religiosos, principalmente entre musulmanes y cristianos, llevando a una partición casi total entre el norte y el sur del país.
De esta forma, en el 2002, mientras Gbagbo se encontraba en un viaje oficial en Italia, estalló un enfrentamiento armado que desencadenó en la primera guerra civil marfileña. El conflicto se resolvió con la mediación de Francia y la ONU en el 2003, consiguiendo una tregua que solo duró hasta el 2004.
Posteriormente hizo falta una intervención diplomática regional que terminó dando pie a los Acuerdos de Uagadugú y cerrando el conflicto en el 2007.
JUSTICIA INTERNACIONAL
El 2010 representó el año de la caída de Gbagbo. Tras celebrarse unos nuevos comicios presidenciales y luego de que la Comisión Electoral declarara ganador a Ouattara, el presidente recurrió ante el Consejo Constitucional que terminó nombrándolo vencedor con el 51,4% de los votos.
La democracia que profesaba Gbagbo había degenerado en una dictadura que se asemejaba más al régimen de Houphouët-Boigny, origen de su lucha.
La comunidad internacional, encabezada por otros gobiernos africanos y la ONU, rechazó abiertamente la permanencia de Gbagbo en el poder, según reseña un artículo de la BBC.
El mandatario, sin embargo, se rehusó a abandonar el cargo, degenerando en una nueva guerra civil. Gbagbo no solo fue sancionado económicamente por la comunidad internacional sino que además hizo falta la intervención del Ejército Francés para la resolución del conflicto. El mismo en el que se calcula que murieron al menos 3 mil opositores al Gobierno, lo que posteriormente terminaría llevando a Gbagbo ante la justicia internacional.
El 11 de abril del 2011 Gbagbo fue detenido junto a su esposa, ambos estaban refugiados en un búnker ante el avance de las fuerzas de Ouattara. Ese mismo año, en noviembre, fue extraditado a los Países Bajos para ser juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI).
Su proceso en la CPI se considera como la primera vez en la que un exjefe de Estado se sentó en el banquillo de los acusados del tribunal internacional.
“Laurent Gbagbo está acusado de haber asumido su responsabilidad penal individual por cuatro cargos de crímenes de lesa humanidad, en Abiyán, Costa de Marfil, junto con miembros de su círculo íntimo y a través de miembros de las fuerzas proGbagbo o, alternativamente, por ordenar que se solicite e induzca a la comisión de estos crímenes o, alternativamente, por contribuir de cualquier otra manera a la comisión de estos crímenes: asesinato, violación, otros actos inhumanos o, alternativamente, intento de asesinato, y persecución”, reseñaba la acusación fiscal presentada en la CPI.
El caso se prolongó durante siete años, tras los que finalmente la corte supranacional ordenó absolver y liberar a Gbagbo, en enero del 2019, una decisión recogida en este artículo del diario “El País” de España. Desde entonces, Gbagbo residió en Bruselas, Bélgica, a la espera de la resolución sobre la apelación presentada por la Fiscalía.
El resultado de la misma llegó en marzo del 2021, cuando el tribunal de apelación de la CPI ratificó la absolución del exmandatario, reseñó en su momento la web del canal galo France24.
La liberación de Gbagbo ha sido recibida en medio del júbilo de sus seguidores, quienes se acercaron masivamente a recibirlo en el aeropuerto de Abiyán, y el lamento de los familiares de las víctimas del conflicto del 2010, quienes aseguran que es un caso más de “impunidad”, según informó la agencia AFP.
Una cicatriz más en la dividida Costa de Marfil.
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