Somalia es el peor país del mundo para ser madre

Somalia es considerado en el 2014 como el peor país en el cual ser madre, según la clasificación anual realizada por la ONG caritativa Save the Children, que fue dada a conocer el lunes de noche, reseñó la agencia AFP.

Esta clasificación compara las condiciones en las cuales se encuentran las madres de familia en 178 países del mundo, analizando en particular su estado de salud, su nivel de formación, e indicadores claves concernientes a los niños, como la salud de estos y su nutrición.

Desde la primera publicación de este informe, en el 2000, 28 países han figurado en los diez últimos puestos de la clasificación. Entre todos estos, solo cuatro no han sido teatro reciente de conflictos armados y dieciocho fueron sacudidos de manera frecuente por catástrofes naturales.

"La incapacidad de responder a las necesidades básicas ha sido a la vez causa y consecuencia en países como República Centroafricana, Somalia y Sudán. Y, las familias más pobres, esencialmente las mujeres y sus hijos, tienen tendencia a ser los más afectados por toda esta catástrofe, ya sea de origen natural o provocada por el hombre", subraya la ONG en su informe.

En la clasificación del 2014, así como el año anterior, los diez últimos puestos fueron ocupados por países africanos.

En el otro extremo, Finlandia supera a Noruega, Suecia, Islandia, Holanda, Dinamarca y España. Francia ocupa el puesto 20 junto a Grecia, y Estados Unidos el 31.

Somalia, un país devastado por la guerra civil desde 1991, cierra la lista detrás de la República Democrática del Congo, última en 2013, Níger y Malí.

La ONU manifestó el viernes pasado su temor ante la posibilidad de que haya una crisis alimentaria de gran amplitud en ese país a causa de la guerra y la ausencia de lluvias, sobre todo en las zonas donde los soldados de la Unión Africana combaten junto a las tropas gubernamentales contra los insurgentes islamistas Al Shabab.

Somalia fue el país más perjudicado por la gran sequía registrada en el 2011, que afectó a más de 11 millones de personas en todo el Cuerno de África. Casi 260.000 fallecieron, la mitad eran niños, que murieron de hambre entre el 2011 y el 2012, según estadísticas de la ONU.