El presidente Yoweri Museveni, en el poder en Uganda desde 1986, fue reelegido para un sexto mandato con un 58,64% de los votos, anunció el sábado la comisión electoral, después de que su principal adversario, Bobi Wine, denunciara fraudes en los comicios.
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En los días previos a las votaciones, las autoridades suspendieron el acceso a Internet y las redes sociales tras una campaña marcada por la violencia en la que murieron decenas de ciudadanos. Las votaciones se llevaron a cabo el jueves en una aparente calma, pero en medio de una fuerte presencia de la policía antidisturbios y del ejército.
Así como Yoweri Museveni, todavía quedan en el mundo presidentes que llevan varios años en el poder, aunque oficialmente ganan las elecciones de manera democrática, manejan sus países como verdaderas autocracias.
Teodoro Obiang Nguema, Guinea Ecuatorial
42 años en el cargo
Es militar de carrera y llegó a la presidencia de Guinea Ecuatorial en 1979 luego de liderar un golpe de Estado contra su tío Francisco Macías Nguema, el primer mandatario electo tras la descolonización del país. Así lo señala un perfil elaborado por el diario El Mundo.
Sin embargo, con once años en el poder, Macías Nguema se había convertido en un dictador que gobernó a su país por medio del terror. Luego de derrocar a su tío y ejecutarlo, Obiang se hizo muy popular y formó el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. Cuando convocó a elecciones presidenciales en 1989 ganó con el 90% de los votos, y la misma historia se repitió extrañamente en todas las elecciones en las que participó, por lo que especialistas señalan al fraude como elemento central de estos resultados.
En agosto del 2020, Obiang, de 78 años, destituyó a todo su Gobierno debido a la profunda crisis económica que atraviesa el país, motivada por las medidas adoptadas para contener la extensión del COVID-19 y por la caída de los precios del petróleo, del que depende en gran medida.
La oposición siempre tuvo tres espacios posibles: el exilio, la cárcel o el cementerio, señala “El Mundo”. Obiang ha colocado a su familia en los mayores puestos de responsabilidad de Guinea Ecuatorial, uno de los países más ricos en hidrocarburos de toda África, pero donde tres cuartas partes de la población sobrevive con menos de dos dólares al día.
El primogénito de Obiang, Teodorín es primer vicepresidente del país y ministro de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente y en los últimos meses ha ido ganando protagonismo en actos públicos como reuniones con embajadores, inauguraciones y apariciones en televisión, en sustitución de su padre.
Es considerado el sucesor natural de Obiang, pese a sus problemas judiciales en Estados Unidos, Francia, Brasil y su ostentoso tren de vida, que se expresa mediante sus apariciones en redes sociales al volante de autos de lujo.
Obiang es polígamo y tiene cinco esposas con hijos de cada matrimonio, a los que ha posicionado en su régimen. Por ejemplo, Gabriel Ngema Obiang, hijo de su segunda esposa, Celestina Lima, es ministro de Hidrocarburos.
Paul Biya, Camerún
39 años en el cargo
El presidente de Camerún, Paul Biya, de 88 años, es uno de los mandatarios más veteranos de África. Estudió Derecho público y Relaciones Internacionales en París y cuando regresó a su país consiguió trabajo en el gobierno del presidente Ahmadou Ahidjo.
Biya fue escalando posiciones hasta llegar al cargo de ministro secretario general de la Presidencia en 1968 y primer ministro en 1975. En 1982, Ahmadou Ahidjo renunció al cargo de presidente debido a problemas de salud y Biya fue escogido como su sucesor; sin embargo, en 1984 enfrentó un golpe de Estado liderado por el mismo Ahidjo, por lo que debió destituir a sus colaboradores cercanos al expresidente.
En 1984 y 1988 se presentó como único candidato a las elecciones presidenciales, ingeniándoselas para ganar siempre, como en 1992, cuando tuvo que convocar a elecciones autorizando a otros partidos a participar. El Frente Democrático Social de John Fru Ndi se proclamó ganador con el 38,6%, pero el Tribunal Supremo, controlado por Biya, resolvió que él fue el verdadero vencedor por un inexplicable 75% de los votos.
En el 2008, Biya revisó la constitución de 1996 para eliminar los límites del mandato presidencial, lo que le permitió postularse para las elecciones de 2011, las cuales ganó, como indica un artículo del portal DW.com.
Camerún es uno de los países más corruptos del mundo, según un ránking del año 2018 de Transparencia Internacional, que lo sitúa en el puesto 145 de 176 países. Además, el Fondo Monetario Internacional ha denunciado que más de 300 millones de dólares de beneficios de la empresa estatal de petróleo, que supervisa el presidente, desaparecieron en 2017.
Idriss Déby, Chad
30 años en el cargo
Se graduó como piloto de combate en Francia. A su regreso a Chad participó de la Guerra Civil, que terminó con la victoria de su bando, liderado por Hissène Habré, que gobernó desde 1982 hasta 1990.
En 1990, las tropas de Déby se enfrentaron a las del expresidente Hissène Habré, hasta que el 2 de diciembre ocuparon la capital del país, haciéndose del gobierno y nombrando a Déby nuevo presidente. Fue así como derrocó a la terrible dictadura que él había contribuido a consolidar.
A diferencia de otros dictadores africanos, el presidente de 68 años aceptó desde un comienzo la participación política de otros partidos, aunque siempre se aseguró de que su permanencia en la presidencia no estuviera en peligro.
Chad debería ser un país estable y rico debido a que se asienta sobre las reservas de algunos de los recursos naturales más preciados del mundo, incluidos el uranio y el oro, y bombea alrededor de 130.000 barriles de petróleo crudo al día, generando miles de millones de dólares en ingresos anuales. Pero, muy poco ha llegado a la población, que sigue siendo pobre.
Según un informe de The Guardian, en octubre, el Índice Global del Hambre enumeró a Chad como experimentando niveles “alarmantes” de hambre. Este desgarrador nivel de pobreza y el mal gobierno de Déby, no son una coincidencia. Es parte de un patrón que causa devastación en todo el continente.
Isaías Afewerki, Eritrea
29 años en el cargo
Afewerki, de 74 años, se incorporó en 1966 al Frente para la Liberación de Eritrea (FLE) y viajó a China donde se formó como un militar. Años más tarde cofundó el Frente Popular para la Liberación de Eritrea y fue nombrado secretario general en 1987.
Tras la independencia de Eritrea, se convirtió en el primer presidente de ese país y dirigió los enfrentamientos armados que se sucedieron después con Etiopía. No ha convocado elecciones libres desde su acceso a la presidencia.
Eritrea es uno de los países que tienen menor desarrollo humano en el mundo, y es además uno de los mayores expulsores de personas: todos los años, miles de eritreos se lanzan al Mar Mediterráneo buscando llegar a Europa para refugiarse del hambre y de la violencia.
En julio de 2018, Afwerki, y el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, declararon el fin del estado de guerra entre sus dos países y la normalización de sus relaciones. Este hecho histórico fue informado por medios en todo el mundo.
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