Redacción EC

Buenos Aires. Los cruces con acusaciones por corrupción entre el mandatario liberal Mauricio Macri y el peronista de centro-izquierda Alberto Fernández marcaron este domingo el último debate antes de la elección presidencial del 27 de octubre en Argentina que los analistas consideran prácticamente decidida a favor del opositor.

Más agresivos de lo que se mostraron hasta ahora en la campaña electoral, los candidatos se concentraron en los ataques sin profundizar en sus propuestas de gobierno.

“Resulta difícil de creer que no vio nada”, lanzó Macri a Fernández, ex jefe de gabinete en los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner (2003-2015), al referirse a ex funcionarios implicados en causas de corrupción.

“Cuando tuve diferencias renuncié y me fui a mi casa. Nunca un juez me citó. No tengo nada que ver con la corrupción. Puedo dar clases de decencia”, se defendió Fernández.

Macri, un ingeniero de 60 años, aspira a un segundo mandato. Pero la persistencia y profundización de la crisis económica, con recesión y altos índices de inflación y pobreza, le pasa una pesada factura.

Fernández, un abogado de 60 años, es favorito en los sondeos luego de que en las primarias de agosto consiguiera el 48% de los votos, frente al 32% de Macri.

Varias encuestadoras prevén incluso una diferencia mayor a favor de Fernández en la primera vuelta del próximo domingo. Si obtiene 45% de los votos o 40% y una diferencia de 10 puntos sobre el segundo candidato quedará ya como presidente electo.

En el debate, Fernández atacó a Macri por los altos índices de pobreza y lo acusó de favorecer desde el gobierno a sus “amigos empresarios” y “a su familia”.

También aludió a las investigaciones judiciales a un primo y a un hermano del presidente por el supuesto pago de sobornos en la obra pública, una causa que involucra como principal acusada a Cristina Kirchner, compañera de fórmula de Fernández.

Macri designó jueces a su antojo y persiguió a otros jueces. Hay que terminar con los empresarios que corrompen y los funcionarios que se dejan corromper”, lanzó Fernández.

El presidente argentino y candidato presidencial para el partido Juntos por el Cambio, Mauricio Macri y el candidato presidencial del partido Frente de Todos, Alberto Fernández, juntos despues del segundo debate de candidatos presidenciales en Buenos Aires. (AFP)
El presidente argentino y candidato presidencial para el partido Juntos por el Cambio, Mauricio Macri y el candidato presidencial del partido Frente de Todos, Alberto Fernández, juntos despues del segundo debate de candidatos presidenciales en Buenos Aires. (AFP)
/ JUAN MABROMATA

- Consolidar el electorado -

“Cada candidato trabajó para consolidar su propio electorado. Macri apuntó al núcleo duro del antikirchnerismo y Fernández al de sus apoyos. Consciente de su amplia ventaja electoral, Fernández no arriesgó demasiado y desaprovechó la oportunidad de hablar del futuro”, consideró el analista político Enrique Zuleta Puceiro.

Pero Marcos Novaro, sociólogo y doctor en filosofía de la Universidad de Buenos Aires, opinó que el debate “no es determinante en cuanto a la elección. La gente está muy decidida”.

“El peronismo fue muy hábil y muy eficaz en unificarse. La crisis económica fue clave para ese fenómeno”, añadió Novaro, en referencia al entorno de apoyo de Fernández, que incluye a todas las tendencias políticas desde la derecha hasta la izquierda y tiene un importante peso territorial.

Macri, consciente de la fuerza del peronismo, escogió como su compañero de fórmula a Miguel Angel Pichetto, quien era el jefe de la bancada del Partido Justicialista (peronista). Sin embargo, no logró arrastrar a otros dirigentes y las encuestas no muestran que ello haya mejorado la intención de voto a su favor.

- Sin preguntas directas -

El debate se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Sin preguntas directas, los candidatos disertaron en torno a los temas de seguridad, empleo, producción, infraestructura, federalismo, calidad institucional, rol del Estado, desarrollo social, ambiente y vivienda.

Al final, los candidatos se estrecharon las manos y posaron para las fotos. Pero Macri y Fernández evitaron saludarse.

“Si no hay un cambio de actitud después de las elecciones, la transición va a ser extremadamente difícil”, señaló el analista político Rosendo Fraga.

Argentina atraviesa desde 2018 por una grave crisis económica que llevó al gobierno a pactar un auxilio con el Fondo Monetario Internacional por 57.000 millones de dólares, de los cuales ha recibido hasta ahora 44.000 millones. Pero un tramo por 5.400 millones que era esperado en septiembre aún no ha sido entregado.

En las últimas semanas se ha planteado una renegociación de la deuda, de 315.000 millones de dólares, que según las calificadoras de riesgo se acerca a 100% del Producto Interno Bruto.

En el debate también participaron los otros candidatos, que entre todos no superan el 15% de la intención de voto: el centrista Roberto Lavagna, exministro de Economía, el liberal José Luis Espert, el militar retirado José Gómez Centurión y el izquierdista Nicolás del Caño.

Fuente: AFP