Hasta hace unos días, pocos fuera de Irán sabían quién era Amir Nasr-Azadani. Pero ahora su cara está en todas partes: en las peticiones de las organizaciones de derechos humanos, en las tapas de los diarios internacionales, en comunicados de entidades como la Fifpro, en las historias de Instagram de destacadas figuras, líderes políticos y deportistas de primer nivel. Todos comparten la imagen de este joven futbolista con un objetivo: frenar su ejecución.
Este martes, el exjugador del Rah-Ahan, el Tractor y el Gol-e Rayhan, de 26 años, fue acusado por el régimen iraní de un delito llamado moharebeh (“enemistad con Dios”), castigado con la ejecución en la horca, una pena que ya sufrieron los jóvenes Mohsen Shekari y Majid Reza Rahnavard, ambos de 23 años, por su participación en las masivas protestas en defensa de los derechos de las mujeres que se desataron en septiembre de este año a raíz de la muerte de Mahsa Amini.
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Amini, de 22 años fue detenida por la policía de la moral porque no llevaba bien puesto su velo y murió en custodia. Según testigos, las fuerzas de seguridad la golpearon en la cabeza cuando se encontraba dentro de una camioneta policial que la llevó a un centro de detención. El gobierno afirma que tuvo un problema de salud.
Amini, de 22 años fue detenida por la policía de la moral porque no llevaba bien puesto su velo y murió en custodia. Según testigos, las fuerzas de seguridad la golpearon en la cabeza cuando se encontraba dentro de una camioneta policial que la llevó a un centro de detención. El gobierno afirma que tuvo un problema de salud.
Desde entonces, miles de furiosos iraníes, incluido Nasr-Azadani, han salido a protestar a las calles por los derechos de las mujeres y la falta de libertades en el país.
La familia del futbolista también “ha sido amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica” si desvelaban que su familiar estaba detenido, algo que finalmente trascendió.
¿Quién es Nasr-Azadani?
Nasr-Azadani nació en febrero de 1996 en Isfahán, una ciudad ubicada en el centro de Irán, conocida por su arquitectura persa. Empezó a jugar al fútbol en las inferiores de Sepahan Sport Club en su ciudad natal. En 2014, pasó a formar parte del equipo Teherán Rah-Ahan, uno de los clubes de fútbol más antiguos de Irán, y jugó por primera vez en la Iran Pro-League (IPL), la máxima competición deportiva del país (más tarde el club descendió a Liga Azadegan).
Se incorporó al Tractor un año después y formó parte del equipo hasta 2019, cuando fue apartado un año después de sufrir una rotura del ligamento cruzado.
En 2020, pasó a formar parte del Gol-e Rayhan, pero volvió a lesionarse al poco tiempo y tuvo que someterse a una operación para tratar su pierna. También fue invitado a formar parte de la selección nacional juvenil de Irán.
Es por su profesión que la Fifpro, la asociación mundial de jugadores profesionales, fue quien primero alzó la voz por el caso de Nasr-Azadani.
“Fifpro está conmocionado y asqueado por los informes de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”, tuiteó el martes, y llamó la atención global sobre el tema.
Confesión forzada
La agencia de noticias Tasnim, afiliada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) de la República Islámica de Irán y citada por el medio IranWire, informó el 17 de noviembre de 2022 que el coronel Esmaeil Cheraghi había sido asesinado durante las protestas de ámbito nacional.
Tres días después, la emisora estatal IRIB hizo público un video de las confesiones forzadas de tres personas acusadas del asesinato de Cheraghi. Citando a las instituciones de seguridad iraníes, afirmaron que los culpables de la muerte de Cheraghi y otros dos miembros la fuerza paramilitar Basij, habían sido detenidos en la ciudad de Isfahán.
Los dos miembros Basij se llamaban Mohammed Hossein Karimi y Mohsen Hamidi. IRIB no mencionó los nombres de los acusados, pero tras la publicación de los videos, las identidades de los tres principales acusados se publicaron en las redes sociales: Amir Nasr-Azadani, Saleh Mirhashmi y Saeed Yaghoubi.
Fuentes de IranWire dijeron que Nasr-Azadani había participado en algunas protestas, pero que nunca estuvo presente en la zona en donde murieron los militares iraníes.
La fuente también afirmó que su presencia en las protestas fue breve y se limitó a corear eslóganes durante unas horas.
Según el presidente del Tribunal Supremo de la provincia de Isfahán, Asadolá Yafarí, “el acusado (Azadani) ha confesado abiertamente sus acciones criminales. También hay un video de cámaras locales y hay suficiente documentación de que esta persona es miembro de un grupo armado, y la acusación se ha emitido en base a estos documentos”.
Si las autoridades de Irán no retiran la condena, Nasr-Azadani sufriría el mismo destino que Majid Reza Rahnavard, un luchador de wrestling que fue ahorcado en público por participar en las mismas protestas, una ejecución que fue mostrada en los medios públicos y que también generó rechazo en todo el mundo.