El brusco cambio de política china pilló desprevenido a un frágil sistema sanitario.
El brusco cambio de política china pilló desprevenido a un frágil sistema sanitario.
/ THOMAS PETER / REUTERS
Agencia Reuters

espera un pico de infecciones por dentro de una semana, según declaró un funcionario de sanidad, y las autoridades prevén una carga adicional para el sistema sanitario del país, pese a que están restando importancia a la gravedad de la enfermedad y siguen sin notificar nuevas muertes.

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Ante el aumento del brote y las protestas generalizadas contra su régimen de confinamiento y pruebas de “COVID cero”, China comenzó a desmantelarlo este mes, convirtiéndose en el último gran país en pasar a convivir con el virus.

Sus medidas de contención desaceleraron la economía hasta su tasa de crecimiento más baja en casi medio siglo, atascando las cadenas mundiales de suministro y el comercio. Ante el aumento de las bajas por enfermedad, se esperan más trastornos a corto plazo antes de que la economía se recupere a fines de 2023.

China informó de menos de 4.000 nuevos casos locales sintomáticos de COVID en todo el país para el 22 de diciembre, y ninguna nueva muerte por COVID por tercer día consecutivo. Las autoridades han restringido los criterios para determinar las muertes por COVID, provocando las críticas de muchos expertos.

El medio de comunicación The Paper, participado por el Gobierno de Shanghái, recogió comentarios de Zhang Wenhong, director del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas, en las que indicó que se espera que China “alcance el pico de infecciones dentro de una semana”.

El pico de infección también aumentará la tasa de enfermedades graves, lo que tendrá un cierto impacto en todos nuestros recursos médicos”, dijo, añadiendo que la ola durará uno o dos meses más después de eso. “Debemos mentalizarnos de que la infección es inevitable”.

No obstante, Zhang dijo que había visitado residencias de ancianos en los alrededores de Shanghái, observando que el número de ancianos con síntomas graves era bajo.

Cerca de 37 millones de personas podrían haberse infectado con COVID-19 en un solo día de esta semana en China, informó Bloomberg News el viernes, citando estimaciones de la máxima autoridad sanitaria del gobierno.

La preocupación por el impacto a corto plazo de la ola china de COVID-19 hizo bajar las bolsas de China, Hong Kong y otros países asiáticos. El yuan también se debilitaba.

Según la empresa británica de datos sanitarios Airfinity, es probable que en China se produzcan más de un millón de infecciones al día y más de 5.000 muertes diarias, lo que supone un “marcado contraste” con los datos oficiales.

Un hospital de Shanghái calculó que la mitad de los 25 millones de habitantes del gran polo comercial se infectarán a finales de la próxima semana. Expertos consultados afirman que China podría enfrentarse a más de un millón de muertes por COVID el próximo año.

IMPREVISTOS

El brusco cambio de política china pilló desprevenido a un frágil sistema sanitario, por lo que los hospitales necesitan más camas y sangre, las farmacias piden más medicamentos y las autoridades están construyendo clínicas a toda prisa.

Más de una docena de expertos mundiales de salud, epidemiólogos, residentes y analistas políticos entrevistados por Reuters señalaron el fracaso a la hora de vacunar a los ancianos y comunicar al público una estrategia de salida, así como la excesiva atención prestada a la erradicación del virus, como causas de la sobrecarga de la infraestructura médica china.

La campaña de vacunación de ancianos iniciada hace tres semanas aún no ha dado sus frutos. La tasa de vacunación general de China supera el 90%, pero la de los adultos con la dosis de refuerzo desciende al 57,9%, y al 42,3% en el caso de los mayores de 80 años, según datos del gobierno.

China gastó mucho en instalaciones de cuarentena y pruebas durante los últimos tres años, en lugar de reforzar los hospitales y clínicas y formar al personal médico, dijeron estas personas.

Hay una increíble falta de preparación ante la llegada del virus, a pesar de haber recibido (...) amplias advertencias”, afirmó Leong Hoe Nam, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Clínica Rophi de Singapur.

La Comisión Nacional de Salud de China no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las críticas.

El país cuenta con nueve vacunas contra el COVID-19 de desarrollo nacional aprobadas para su uso, todas ellas consideradas menos eficaces que las fabricadas en Occidente que utilizan la nueva tecnología de ARNm.

Un cargamento de 11.500 vacunas de ARNm de BioNTech para ciudadanos alemanes residentes en China llegó a la embajada alemana en Beijing, según declaró el viernes a Reuters un portavoz de la legación. La embajada espera que las primeras dosis se distribuyan “lo antes posible”, dijo el portavoz.

La Organización Mundial de la Salud no ha recibido datos de China sobre nuevas hospitalizaciones por COVID-19 desde que Beijing abandonó su política de cero COVID. La OMS ha afirmado que las lagunas en los datos podrían deberse a que las autoridades chinas tienen dificultades a la hora de contabilizar los casos.

En un contexto de crecientes dudas sobre las estadísticas de Beijing, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó el jueves que todos los países, incluida China, deben compartir información sobre sus experiencias con el COVID-19.

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