El desafío geopolítico de China a Estados Unidos corre de manera acelerada y ahora apunta al poderío nuclear. En poco más de 10 años, el país asiático tendrá una cantidad de ojivas que se acercará a la de los países poseedores de los más grandes arsenales de estas armas de destrucción masiva.
Este objetivo de Xi Jinping se da en un contexto de acercamiento entre China y Rusia y del papel cada vez más protagónico que está tomando Estados Unidos en la Península de Corea, un área de influencia geopolítica de Beijing.
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La semana pasada, durante un encuentro en la Casa Blanca entre el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y su par de EE.UU., Joe Biden, ambos países firmaron la Declaración de Washington, un pacto de defensa encaminado a disuadir cualquier intento de agresión de Corea del Norte. El anuncio más fuerte fue el envío a la región de un submarino estadounidense con armas nucleares por primera vez en 40 años.
En la actualidad, China tiene 350 ojivas nucleares, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Pero un informe del Pentágono de noviembre del año pasado reveló que Beijing planea alcanzar las 1.500 ojivas nucleares para el año 2035.
Con ese fin, China construye “rápidamente” instalaciones para misiles balísticos intercontinentales, con más de 300 silos en total, dijo el Pentágono.
Hay que tener en cuenta que según la ONU, actualmente hay en el mundo 13.400 armas nucleares entre listas para ser usadas y en camino a ser desmanteladas. Es decir, China posee una pequeña fracción de dicho arsenal. Las dos mayores potencias son Estados Unidos y Rusia.
En octubre del 2021, Estados Unidos reveló las cifras de su arsenal nuclear: 3.708 ojivas y 2.000 más a la espera de ser desmanteladas.
Mientras que Rusia posee 1.444 ojivas nucleares desplegadas en 527 misiles balísticos. Si se cuentan también las ojivas no desplegadas, el arsenal total ruso llegaría a 4.477 armas. A eso hay que añadir unas 1.893 ojivas listas para ser desmanteladas.
Entonces, lo que busca China de acá al 2035 es igualar la capacidad de armamento nuclear estratégico estadounidense y ruso.
Los planes de China
El primer ensayo nuclear de China fue en el año 1964, y desde esa fecha Beijing ha mantenido un arsenal comparativamente modesto y ha dicho que nunca será el primero en usar armas nucleares en un conflicto, reseñó la agencia AFP.
Pero ahora, bajo el mandato de Xi Jinping, comenzó una gran modernización militar que incluye la actualización de sus armas nucleares, no solo para disuadir rivales, sino para poder contraatacar en caso de que falle la disuasión.
China gastó 11.700 millones de dólares en el 2021
en su programa nuclear, menos de un tercio de lo que se cree que gastó Estados Unidos, según la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares
Andrés Gómez de la Torre, especialista en defensa, le dijo a El Comercio que China está fortaleciéndose en temas de poder nacional y poder militar con miras a convertirse en el 2050 en una potencia de primer orden que le dispute a Estados Unidos el liderazgo global.
“China tiene un plan para fortalecer al máximo el Ejército Popular de Liberación (EPL), y en general la presencia de sus Fuerzas Armadas en muchas áreas geográficas está creciendo en la medida en la que hay esta estrategia de poder nacional diseñada para el año 2050. Y el poder nuclear encaja en esa estrategia, por su carácter disuasivo”, sostiene Gómez de la Torre.
Agrega que antes del conflicto ruso – ucraniano, la OTAN ya era consciente de que su objetivo para el siglo XXI era claramente China popular, por el desafío estratégico y militar que representa.
“Estados Unidos sabe perfectamente que si hablamos de una nueva Guerra Fría, está proyectada para ser con China, por este crecimiento de la estatura estratégica china en términos comerciales particularmente, en expansión política y en la consolidación de su poder militar, tanto en medios convencionales como en nucleares, que son armas de destrucción masiva”, agrega Gómez de la Torre.
Por su parte, el Observatorio de la Política China, un grupo de trabajo de estudio y análisis sobre el gigante asiático, confirmó que el país gobernado por Xi Jinping está en proceso de construir cientos de silos fijos (plataformas parcialmente subterráneas para el lanzamiento de misiles) para sus 1.500 ojivas nucleares proyectadas para el 2035.
“El armamento nuclear busca dos propósitos: una capacidad de amedrentamiento apto para inducir a un comportamiento dado en una contraparte más débil y una capacidad de retaliación que disuada del primer uso del mismo a un rival nuclear. Lo segundo, ya lo tenía garantizado China y lo primero es algo que está en condiciones de evitar dado su firme control del teatro de operaciones en su parte del mundo. Esto último significa que la posesión y posicionamiento de la mayor fuerza naval del mundo en sus mares adyacentes, su militarización de los espacios insulares en estos, la cercanía de sus costas y la tenencia de un poderoso arsenal misilístico, bastan por si solos para evitar cualquier posibilidad de amedrentamiento por parte de Washington”, según el análisis del Observatorio de la Política China.
“Así las cosas, igualarse en armamento nuclear estratégico a Estados Unidos no alteraría de manera significativa la correlación de poder o la ecuación militar entre las partes. Por el contrario, ello tan solo inmovilizaría al grueso de su capacidad nuclear estratégica, haciéndola susceptible de fácil localización y destrucción por parte de Estados Unidos”, agregó.
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Pero si se tiene en cuenta el actual acercamiento entre China y Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania, país abiertamente apoyado por Estados Unidos y la OTAN, el propósito chino de ser una gran potencia nuclear cobra mayor relevancia.
“La estrategia de Xi Jinping cobraría sentido si en lugar de pensarse en un juego a dos se pensase en un juego a tres. En otras palabras, para China igualar a Estados Unidos en armamento nuclear estratégico adquiriría plena razón de ser dentro del contexto de un bloque China-Rusia. Ello entra en consonancia con las declaraciones dadas por el Ministro de Relaciones Exteriores chino Qin Gang el pasado 7 de marzo. Según él, no solo China y Estados Unidos se encuentran en curso de colisión, sino que mientras más inestable resulte el mundo más imperativa se vuelve la relación de su país con Rusia. Medido en términos actuales, la capacidad conjunta de armamento nuclear estratégico que podrían tener China y Rusia duplicaría a la de Estados Unidos, lo cual acorralaría a este último”, refirió el Observatorio de la Política China.
Un aliado poderoso
Expertos consultados por la agencia AFP remarcaron que hay obstáculos para un rápido aumento del arsenal atómico chino, en particular debido a sus medios limitados para producir los materiales fisibles requeridos para las ojivas.
En esta falencia de China entra en juego Rusia. En marzo de este año, en la cumbre entre Xi Jinping y Vladimir Putin, Beijing y Moscú acordaron aumentar la cooperación nuclear.
AFP indicó que altos oficiales de energía atómica rusos acordaron apoyar a China a completar los “reactores rápidos” que puedan generar el material fisible más rápidamente de lo que lo consumen.
Si bien Beijing dice que el acuerdo es para su programa nuclear civil, los expertos le dijeron a AFP que puede ser utilizado para aumentar sus existencias de material fisible.
“Sería técnicamente posible que China aumente sustancialmente sus acopios de plutonio con sus nuevos reactores civiles rápidos que utilizan combustible suministrado por Rusia... Sin embargo, no hay indicaciones públicas de que China pretenda hacerlo”, afirmó a AFP Matt Korda, de la Federación de Científicos Estadounidenses.
Marco Carrasco, docente de Estudios de Asia Oriental de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de de San Marcos
Es conocido el avance de China en términos económicos y geopolíticos. Pero como parte de ese avance, un aspecto donde está “relativamente relegado” en comparación con otras potencias como Estados Unidos y Rusia es en el poderío militar que puede ejercer. Y uno de los aspectos que se suele medir para el momento de delinear qué tan influyente es un Estado frente a otros es su capacidad nuclear.
Lo que en la actualidad llama la atención es la celeridad con la que China está desarrollando su programa nuclear con el propósito de incrementar el número de sus ojivas. Ello como parte de su mecanismo de autodefensa, de disuasión.
Hay factores que explican la prisa de China en este tema. El último ha sido la visita del presidente de Corea del Sur a Estados Unidos y la firma de la Declaración de Washington, donde Seúl autoriza a EE.UU. para que sus submarinos con carga nuclear circunden sus mares. Si bien públicamente se dice que este acuerdo es contra Corea del Norte, China lo interpreta como un espacio de vulneración de sus intereses.
Esta visita del presidente de Corea del Sur también abre una puerta para permitir la formación de lo que se ha venido hablando en Moscú y Beijing: una versión de la OTAN en Asia, en la región denominada Indo-Pacífico. Es decir, Estados Unidos busca desarrollar un acuerdo de mutua defensa entre países asiáticos, similar al de la Alianza Atlántica. Y al estar esta región cerca de China, pone en alerta a Beijing.
Ello empuja al acercamiento entre China y Rusia para una mayor coordinación con el objetivo de contrabalancear los avances de Estados Unidos.
En cuanto a lo que puede ofrecer Rusia a China para el desarrollo acelerado de sus ojivas nucleares, puede haber una suerte de cooperación, asesoramiento dada la experiencia de los científicos rusos en el desarrollo de estas armas. Pero claramente ello no va a estar explicitado públicamente.
El armamento convencional chino
China también ha estado igualando con armamento convencional el poder de fuego de los misiles nucleares tácticos de Estados Unidos. Por ejemplo, su misil DF-26 cuenta con gran precisión de tiro, un alcance de hasta 4.000 kilómetros y una carga explosiva de 1.497 kilos. ¿Su misión? Contrarrestar a los misiles nucleares tácticos estadounidenses, aquellos de menor potencia nuclear destinados a ser usados en el campo de batalla.
En cuanto a armamentos nucleares estratégicos, China cuenta con el misil balístico intercontinental DF-41 de movilidad por carretera, capaz de transportar hasta 12 cabezas nucleares que pueden ser disparadas a 15.000 kilómetros de distancia. También tiene el misil balístico de lanzamiento por submarino JL-3, que supera los 9.000 kilómetros de distancia. Para el lanzamiento de estos últimos China cuenta con seis submarinos nucleares, cada uno de los cuales puede transportar 12 misiles.
En el 2021, China también probó con éxito un misil hipersónico apto para llevar una cabeza nuclear. Esta arma también busca hacer inoperante la superioridad numérica estadounidense. Tiene una velocidad cinco veces mayor a la del sonido, puede seguir una trayectoria indeterminada, por lo que podría no ser detectado a tiempo por las defensas estadounidenses.
En resumen, con sus armas actuales China está en capacidad de destruir Los Ángeles, Chicago, Filadelfia o Nueva York, o todas esas ciudades juntas, indicó el Observatorio de la Política China.
“Los cambios en marcha o encaminados son muy significativos... China pasará de ser un país con capacidad de respuesta nuclear en la actualidad, a uno que es la tercera mayor potencia nuclear del mundo”, dijo a AFP Eric Heginbotham, principal investigador del Centro de Estudios Internacionales del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
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