La política del hijo único en China está a punto de ser modificada, según insinuó el primer ministro del país, Li Keqiang, una decisión que –de acuerdo con especialistas– tiene que ver con que la política ha sido perjudicial para la economía de este país.
La estrategia demográfica más ambiciosa, controversial e inútil –a juicio de algunos– podría, incluso, eliminarse, después de 36 años.
Y aunque con la política del hijo único (que no ha sido acatada por el 100 por ciento de los ciudadanos) se efectuaron aproximadamente 336 millones de abortos, 196 millones de esterilizaciones y se insertaron 403 millones de aparatos intrauterinos, de acuerdo con cifras oficiales, el resultado pudo haber malogrado la economía en lugar de haberla salvado de la sobrepoblación.
“Haremos ajustes y mejoras en la política, según los procedimientos legales”, dijo el mes pasado Li Keqiang, el primer ministro de China, “Sopesaremos las ventajas y las desventajas antes de tomar decisiones, según las condiciones para nuestro contexto de desarrollo”.
Primer Ministro de China, Li Keqiang. (Internet)
Aunque no se conocen más detalles, esta enrevesada retórica anticipa un cambio para una política que, en caso de ser violada, lleva a la pérdida de las generosas ayudas estatales, o incluso a enormes multas.
El director de cine Yang Zhimou –que hizo películas como Héroe y La casa de las dagas voladoras– fue multado con 1,2 millones de dólares por tener tres hijos; vale aclarar que el monto de las penalidades impuestas ha variado dependiendo de la situación de cada persona.
“Los comentarios de Li toman una distancia significativa con respecto a los últimos 30 años, cuando los líderes centrales siempre se referían a la política del hijo único como algo ‘inamovible’ y ‘fundamental”, dijo Rachel Murphy, directora de Estudios Contemporáneos sobre China, de la Universidad de Oxford.
“Creo que eventualmente llegará el momento en el que a todas las parejas se les permitirá tener dos hijos. Los líderes chinos parecen estar escuchando la opinión de varios demógrafos, para determinar cuándo hacerlo para que ello no genere una explosión demográfica. Algunos creen que hacerlo ahora no excedería lo que la nación puede absorber; otros sugieren esperar hasta el 2020”, añadió.
El Gobierno lleva modificando esta política desde noviembre del 2013, cuando abrió la posibilidad para que las parejas en las que al menos un padre es hijo único puedan postularse para tener dos hijos.
Sin embargo, cuando terminó el 2014 habían hecho la solicitud menos del 3 por ciento de los 11 millones de parejas que se preveía serían aprobadas.
Después de décadas de terror maltusiano a una sobrepoblación que consumiera sus recursos, China puede estar ahora enfrentando otro problema: la incapacidad de aumentar las tasas de fertilidad en un país con cada vez más ancianos.
La política del hijo único está abriendo fisuras en la economía a causa de la presión sobre el sistema de pensiones y de la inminente caída en el número de personas en edad de trabajar.
“Los líderes se han dado cuenta de que en este nuevo régimen demográfico la población está envejeciendo rápido. La política de tener un solo hijo, o enfrentar penalidades por tener más de uno, está generando un enorme reto para la economía durante los próximos años”, afirmó Jean-Joseph Boillot, demógrafo y economista francés.
“Si esta tendencia se mantiene, durante los próximos 10 a 20 años el Producto Interno Bruto (PIB) de China pasará a ser, máximo, 4 o 5 por ciento, y luego la economía crecerá solo 2 por ciento”, agregó Boillot.
Xiao Mei es una madre gestante con nueve meses de embarazo, esta joven estudiante, que cursa un doctorado en comunicaciones, es representativa de una nueva generación que prefiere limitar la cantidad de hijos, no por imposiciones legales, sino por cuestiones cotidianas: “No tengo tiempo para enterarme de lo que está haciendo el Gobierno con esta política, pero no quiero más de un hijo”, dijo. “Trabajo mucho y no puedo dedicarme a dos hijos. Además, el costo de vida es alto”.
“Es estúpido pensar que revertir la política arrojará una mayor cantidad de hijos”, señaló Boillot.
“Los líderes se están comportando como el viejo Partido Comunista, y eso no va a funcionar. Al igual que en Europa occidental, la caída en la tasa de natalidad está ligada a dinámicas laborales e inmobiliarias”.
Boillot sugiere, finalmente, que la salida de este aprieto demográfico no se solucionará relajando la política del hijo único, sino abriendo el país a la inmigración, una estrategia que Corea del Sur ya aplicó con éxito.
Fuente: El Tiempo, Colombia / GDA