La fábrica estadounidense Union Carbide Corporation fue el centro de la tragedia
La fábrica estadounidense Union Carbide Corporation fue el centro de la tragedia
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El Tiempo de Colombia / GDA

Un diciembre sin cantar villancicos, sin entregar regalos, sin abrazar familiares; un diciembre desolador y marcado por la tragedia de 1984 en , a causa de un accidente en la planta de pesticidas Union Carbide Corporation (UCC) en la ciudad de Bhopal.

Un 3 de diciembre, en la madrugada, una nube de gas sumamente tóxico invadió Bhopal, por un accidente que se presentó en la fábrica de plaguicidas de la compañía estadounidense Union Carbide. Todo indica que el accidente se produjo por un escape ocasionado por la mala gestión y la ineficiencia del mantenimiento, lo cual provocó un aumento de presión en el tanque de almacenamiento e hizo que se abriera la válvula de seguridad y liberara el gas a la atmósfera.

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En el momento que se extendió el gas tóxico formando una enorme nube, todos los habitantes comenzaron a sentir un fuerte ardor en los ojos hasta llegar al punto de no poder ver. Otros se desmayaron. Algunos mientras corrían desesperadamente quedaban sin aire en sus pulmones por lo que morían al instante. Asimismo, los ciudadanos de Bhopal morían a causa de hemorragias internas o convulsiones.

Y aunque trataban de ser atendidos en el hospital, muchos no contaron con mucha suerte, ya que los médicos no sabían cómo controlar la situación, dado que la empresa nunca comunicó ni informó qué productos se almacenaban en la fábrica y, por tanto, no tenían medicamentos para combatir la la intoxicación.

En esa madrugada hubo más de 500.000 personas envenenadas por el gas isocianato de metilo extremadamente tóxico que les hizo lagrimear sus ojos, retorcerse del dolor de estómago, vomitar sin parar y tener diarrea. Lakshmi Thakur, una de las sobrevivientes, vio morir a su hija de 20 años mientras trataba de escapar del lugar. Ante el fuerte nivel de toxicidad que se esparcía por las cercanías de su casa, pues quedaba detrás de la fábrica, le fue imposible salvarla a ella y muchos de sus vecinos quienes corrían con sus manos sobre los ojos mientras pedían ayuda.

Entre la noche y la madrugada de aquel día, el gobierno de Madhya Pradesh declaró la catástrofe como una de las peores que se había vivido en el mundo. De hecho, es y fue incierta la cifra de muertos, heridos y damnificados en Bhopal. Según datos de BBC, el Gobierno cifró en 5295 el número de muertes, en 4902 el de personas con incapacidad permanente y en 42 el de heridos graves. No obstante, los datos siguen sin cuadrar y se convirtió en un rompecabezas en el que hace falta la ficha para descifrarlo.

La empresa nunca comunicó ni informó qué productos se almacenaban en la fábrica y, por tanto, no tenían medicamentos para combatir la la intoxicación.
La empresa nunca comunicó ni informó qué productos se almacenaban en la fábrica y, por tanto, no tenían medicamentos para combatir la la intoxicación.
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La fábrica del desastre

El propietario de la fábrica Union Carbide India (UCIL) era el accionista mayoritario de UCC, quien, además, tenía bancos controlados por el gobierno indio con una participación del 49,1%. En 1989, UCC pagó 470 millones de dólares para indemnizar a las víctimas de la tragedia. No obstante, dado que nunca existió un número exacto de víctimas en ese año, las indemnizaciones no fueron realizadas correctamente, según el ministro indio de Productos Químicos y Fertilizantes, Ananth Kumar.

En esa madrugada hubo más de 500.000 personas envenenadas por el gas isocianato de metilo
En esa madrugada hubo más de 500.000 personas envenenadas por el gas isocianato de metilo
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Por ello, año tras año después de la tragedia, hay manifestantes que piden que el gobierno revise el número de muertos y heridos reconocidos para que puedan reclamar las indemnizaciones a Union Carbide Corporation (UCC), matriz estadounidense de Union Carbide India (UCIL) cuando sucedió el fatal accidente y a Dow Chemical Company, que compró UCC en 2001.

Sin embargo, solo hasta el 2014 el ministro indio de Productos Químicos y Fertilizantes, Ananth Kumar, prometió revisar los datos y acordó que los sobrevivientes serán compensados a como dé lugar.


Los datos erróneos que obstaculizan una indemnización

Como se dijo anteriormente, en 1989, la empresa norteamericana Unión Carbide tuvo que aceptar la sentencia del Tribunal Supremo de la India que condenó a la compañía el pago de 470 millones de dólares, o sea un aproximado de dos billones sesenta y ocho mil millones de pesos colombianos.

Dado que nunca existió un número exacto de víctimas en ese año, las indemnizaciones no fueron realizadas correctamente
Dado que nunca existió un número exacto de víctimas en ese año, las indemnizaciones no fueron realizadas correctamente
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“Un 93% de las víctimas se quedaron sin indemnización”, aseguró Satinath Sarangi en la BBC, del Grupo de Bhopal para la información y la acción, uno de los cinco que lideran la protesta, dado que los activistas, así como el gobierno de India, reconocen que el acuerdo inicial está basado en datos incorrectos. Los manifestantes le estuvieron solicitando a Dow Chemical Company que se encargue de las indemnizaciones, como la que le corresponde a Lakshmi Thakur. Sin embargo, la multinacional argumenta que no tiene nada que ver con la tragedia, dado que adquirió UCC 17 años después.

“En términos legales puede decirse que el asunto se resolvió en el máximo tribunal, la Corte Suprema de India, y Union Carbide o sus sucesores no son responsables”, contó el profesor de Derecho de la Universidad de Warwick, Upendra Baxi. En la actualidad, los activistas siguen en la lucha por la exactitud de las cifras de damnificados de Bhopal, ya que quieren justicia ante un tema con muchos cabos sueltos y con trabas en cada procedimiento judicial.

Quieren justicia ante un tema con muchos cabos sueltos y con trabas en cada procedimiento judicial.
Quieren justicia ante un tema con muchos cabos sueltos y con trabas en cada procedimiento judicial.
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Asimismo, Krishna Bai, una de las protestantes, asegura que no se detendrán hasta lograr una respuesta ante sus peticiones. Afirma que aún sigue padeciendo reacciones secundarias al envenenamiento por el gas. “Después de 30 años todavía sufro dolores de cabeza, no puedo ver ni andar con normalidad y la indemnización se acabó hace tiempo. Por eso no dejaremos de luchar. Lucharemos hasta el final”, explicó en la BBC.

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