Tokio (EFE)
Al menos 18 personas han muerto y otras 13 han desaparecido debido a las lluvias torrenciales registradas en la prefectura de Hiroshima (oeste de Japón), informaron las autoridades niponas.
La Agencia Meteorológica nipona (JMA) ha declarado la alerta por precipitaciones en esta región montañosa, en la que se ha registrado la cantidad récord de 243 milímetros en las últimas 24 horas, lo que ha provocado inundaciones y desplazamientos de tierra.
La policía y los bomberos han recibido una veintena de avisos por casos de personas que quedaron enterradas vivas o arrastradas por crecidas de canales y ríos, según recoge la agencia de noticias Kyodo.
Entre las víctimas mortales se encuentra un niño de dos años que quedó enterrado en un flujo de lodo en una zona rural, así como un anciano de 77 años que fue arrastrado por el agua cerca de la ciudad de Hiroshima, donde el río Nenotanigawa (afluente del Ota) ha registrado crecidas.
Un bombero que participaba en las operaciones de rescate también resultó muerto, según la cadena estatal de televisión NHK.
Las autoridades locales han aconsejado la evacuación a unas 65.000 personas de unas 26.000 viviendas de las áreas montañosas más afectadas por las precipitaciones.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, anunció el envío de "centenares de efectivos" de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) para participar en las operaciones de rescate, cuyo número superará los 600 efectivos según la citada televisión.
A ellos se sumarán más de 200 agentes de policía de la ciudad de Osaka y de otras provincias cercanas.
Abe ha abandonado sus vacaciones en la prefectura de Yamanashi (centro) para coordinar las operaciones y ha dado instrucciones para hacer "todos los esfuerzos posibles" para ayudar a los afectados, según dijo en una intervención ante los medios.
El primer ministro envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y desaparecidos, y afirmó que "en cuanto la situación lo permita" se desplazará a la región el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y responsable de gestión de desastres, Keiji Furuya.
La televisión japonesa mostró imágenes de casas derrumbadas por los desplazamientos de tierra y de barro, coches enterrados en escombros o volcados por las inundaciones, calles anegadas y terrenos agrícolas arrasados.
El alto nivel de víctimas y de daños materiales se debe a la intensidad de las precipitaciones combinada con la orografía y el tipo de terreno blando de esta región, así como a la ubicación de muchas casas en las faldas de las montañas, señalaron los medios nipones de informacación.