Tokio. El gobierno de Japón decidió reanudar el viernes las obras de construcción de una base de Estados Unidos en una bahía de Okinawa, en contra de los deseos del gobernador y de la población local.
"Solo puedo sentir una fuerte ira al ver esas obras de terraplenes, que ignoran los deseos de la población de Okinawa", reaccionó el gobernador Denny Tamaki, recientemente elegido, precisamente porque es un ardiente opositor a la construcción de esta base, que en principio acogerá a las fuerzas que en la actualidad se encuentran en Futenma, en el centro de la ciudad de Ginowan.
Los gobiernos japonés y estadounidense acordaron que Futenma sería desplazado a la región litoral menos poblada de Henoko por razones de seguridad. La decisión se remonta a 1996, pero numerosos habitantes se oponen a ella desde entonces y reclaman la eliminación de esta base del territorio.
Ocupada por los estadounidenses tras la Segunda Guerra Mundial y retrocedida a Japón en 1972, la isla de Okinawa, que representa menos del 1% del territorio nipón pero que tiene una localización estratégica, alberga a cerca de la mitad de los 47.000 soldados estadounidenses presentes en Japón.
Tamaki, también de origen estadounidense, visitó Estados Unidos para explicar el rechazo que genera entre los habitantes de Okinawa la construcción de la base.
Además, algunos de ellos protestaron el viernes en el sitio de Henoko, intentando bloquear las obras, en vano.
Pero el gobierno de Shinzo Abe se muestra inflexible: la reubicación de Futenma en Henoko "es la única solución" para mantener la presencia estadounidense sin que los aviones sobrevuelen la ciudad, defendió el viernes su portavoz, Yoshihide Suga.
Por su parte, el gobernador de Okinawa organizará un referéndum al respecto el próximo 24 de febrero, aunque este no tendrá validez jurídica.
Fuente: AFP