El velo islámico en entredicho: cómo la muerte de una joven desata protestas de las mujeres en Irán

Desde el fin de semana, en varias ciudades de Irán se vienen sucediendo protestas de mujeres. Ellas acusan a la policía de la moral de matar a Mahsa Amini, una chica de 22 años que fue detenida en Teherán supuestamente por no usar bien la hiyab, el velo de uso obligatorio. En respuesta, las fuerzas del orden las han reprimido de forma violenta.

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Según la BBC, “su muerte se produce en medio de crecientes informes sobre actos represivos contra mujeres, incluido prohibirles el ingreso a oficinas gubernamentales y bancos a aquellas que se considera no cumplen con el código de vestimenta islámico”.

Tal como lo anota “La Nación”: “El velo es obligatorio desde la revolución de 1979 liderada por el ayatollah Ruhollah Khomeini, quien declaró que sin el velo las mujeres estaban ‘desnudas’”.

No es la única forma en la que se las maltrata y se vulneran sus derechos. Valdría recordar que, en las elecciones presidenciales del 2021 tildadas de fraudulentas, se presentaron 600 postulantes -”entre ellos 40 mujeres”-, pero solo siete hombres llegaron a la instancia final debido a que es el Consejo de Guardianes el encargado de la decisión. En ese contexto es que el clérigo conservador, Ebrahim Raisi, ganó los comicios.

En el caso de Amini, como responsable del fallecimiento se señala a las Patrullas de Orientación, que según testigos la habrían golpeado. ¿Cuál es el trabajo de esta polémica institución? Hacer que se cumpla el “código de conducta islámico” en público.

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Su nombre real es Gasht-e Ershad (que se puede traducir también como Patrullas de Guía), organismo que “ha tenido varias formas”, pero que existe desde “el triunfo de la Revolución islámica en 1979″ y que suele desplegar agentes encubiertos en las calles. Dentro de sus prerrogativas está multar a las infractoras y hasta arrestarlas.

Por supuesto que las mujeres no son las únicas vulnerables en Irán. A inicios de este mes, dos activistas LGTB fueron sentenciados a muerte acusados de “corrupción en la Tierra” al promover la “homosexualidad, el cristianismo y comunicarse con medios opuestos a la República Islámica”. Primero, en el 2021, fueron arrestados por la Guardia de la Revolución Islámica y desaparecieron por 53 días en los que fueron interrogados violentamente.

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Una protesta genuina

Las protestas no han terminado. Este lunes 19, en Teherán y Mashhad, cientos de personas protestaron contra las autoridades y “varias mujeres se quitaron el velo”. Mientras tanto, en otros puntos de la nación se rompieron “ventanas de vehículos e incendiaron basura”, a lo que la policía respondió con gases lacrimógenos.

Al respecto, el internacionalista Francisco Belaúnde anota que en Irán, y con cierta regularidad, hay protestas, sobre todo porque el país vive momentos complicados a causa de la economía, “cuestiones sociales y represión”. “Pero no recuerdo que antes se haya sucedido una específicamente de mujeres”.

“Hay mucha gente que está harta de la situación, así que cuando sucede algo que indigna, hay quienes expresan su descontento. Es decir, en torno a una cuestión específica, aprovechan para mostrar su molestia sobre temas generales”.

La pregunta es qué tanto las autoridades están dispuestas a aceptar las marchas. Digamos que una de las características del régimen iraní es su alto nivel de represión a la población.

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El asunto podría generar mayor tensión justamente porque, en medio de las críticas al presidente Raisi, también se ha puesto en entredicho la idoneidad del sistema. Según la agencia AFP, este lunes hubo quienes también gritaron: “Muerte a la república islámica”.

Belaúnde anota: “Es verdad que la máxima autoridad es el líder de la revolución, el ayatolá Alí Jameneí, pero se supone que el presidente es quien tiene bajo su mando al Ministerio del Interior, que, a su vez, controla la policía de la moral”.

Y agrega: “En todo caso, cuestionar al ayatolá sería cuestionar al propio régimen y ahí la situación podría cambiar. Quizás el Gobierno permita ciertas protestas mientras no se ponga en cuestión la naturaleza del régimen, una crítica que no pueden tolerar”.

¿Cuál podría ser la trascendencia de estas protestas? ¿Será un primer paso o se quedará como un lugar en la historia de Irán? “Creo que es solo una muestra de indignación. Es posible que algunos piensen en extender las manifestaciones hacia otros asuntos, pero parece que esta es una reacción genuina a lo que le pasó a esta joven de 22 años”, concluye Belaúnde.