La muerte de una mujer de 22 años tres días después de ser detenida por la conocida como la policía de la moral de Irán por infringir supuestamente las estrictas normas del uso del velo, desató fuertes protestas en el país en las que al menos dos personas perdieron la vida por enfrentamientos con la policía antidisturbios.
Mahsa Amini, de etnia kurda y originaria de la ciudad occidental de Saqez, en la provincia del Kurdistán, fue detenida el pasado martes a la salida de una estación de metro de Teherán por la policía de la moral.
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La joven había acudido a la capital a visitar a la familia. La acusaron de infringir la ley que obliga a las mujeres a cubrirse el pelo con un pañuelo, y los brazos y las piernas con ropa holgada.
Los testigos acusaron a los agentes de golpear a Mahsa Amini mientras estaba dentro de un furgón policial que la llevó a un centro de detención.
Según los informes, la joven de 22 años fue "golpeada en la cabeza con una porra y su cabeza fue golpeada contra el vehículo por la llamada policía de la moral".
Pero el jefe de policía de Teherán, el general Hossein Rahimi, negó tales "acusaciones cobardes".
Versiones contradictorias
La policía informó que la joven sufrió un "fallo cardíaco repentino" mientras esperaba con otras mujeres en el centro para ser "educada".
Las autoridades hicieron públicas las imágenes de las cámaras de seguridad que mostraban a una mujer que identificaron como Amini hablando con una funcionaria, que le agarraba la ropa. A continuación se la ve sujetándose la cabeza con las manos y desplomándose en el suelo.
"No ha habido ninguna negligencia de parte nuestra. Hemos realizado investigaciones y todas las pruebas muestran que no ha habido negligencia o comportamiento inapropiado por parte de los policías", dijo el lunes Rahimi.
"Este es un incidente lamentable y deseamos no volver a presenciar tales incidentes", agregó, al mismo tiempo que volvió a insistir en que la joven había violado el código de vestimenta y que la policía había pedido a los familiares de Mahsa que le llevaran "ropa decente".
El ministro del Interior iraní, Ahmad Vahidi, informó el sábado que Amini "aparentemente tenía problemas físicos previos" y que "se sometió a una cirugía cerebral cuando tenía cinco años".
Esta información fue desmentida por el padre, Amjad Amini, quien aseguró que su hija se encontraba "en perfecto estado de salud".
Agregó que su hija había sufrido contusiones en las piernas y que las imágenes de las cámaras de seguridad mostraban una "versión editada" de los hechos. Asimismo, acusó a la policía de trasladar tarde a su hija al hospital.
Ola de protestas
Las protestas fueron cobrando fuerza desde que las autoridades iraníes anunciaran el viernes la muerte de Amini en el hospital después de tres días en coma.
Esta unidad policial se encarga de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de las mujeres en Irán, que incluye el uso del pañuelo en público.
Las protestas estallaron en Saqez tras el funeral de la joven y las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una multitud que se dirigió a la oficina del gobernador local.
También hubo enfrentamientos entre manifestantes y policías antidisturbios en Sanandaj, la capital del Kurdistán, el sábado y el domingo.
El grupo kurdo de derechos humanos Hengaw declaró el domingo que al menos 38 personas resultaron heridas en las dos ciudades.
Hengaw informó de la muerte de dos manifestantes tras los enfrentamientos del lunes en Divandarreh, situada entre Saqez y Sanandaj. También dijo que una niña de 10 años recibió un disparo en la cabeza en Bukan, una ciudad de la provincia de Azerbaiyán Occidental.
Por su parte, la ONU denunció este martes la muerte de Amini y la violenta represión de las protestas por su muerte, y exigió una investigación independiente.
"La trágica muerte de Mahsa Amini y las acusaciones de tortura y malos tratos deben ser investigadas con prontitud, imparcialidad y eficacia por una autoridad competente e independiente, que garantice, en particular, que su familia tenga acceso a la justicia y a la verdad", afirmó Al-Nashif en el comunicado.
La portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, dijo a los periodistas que, al parecer, las fuerzas de seguridad iraníes habían respondido a las masivas protestas que estallaron por la muerte de Amini "con munición real".
Los videos publicados en las redes sociales parecen mostrar a una multitud que lanza piedras en la ciudad de Divandarreh y que después corre tras recibir disparos.
Otras imágenes mostraban protestas en la capital, donde las mujeres se quitaban el pañuelo y gritaban "muerte al dictador", un cántico que suele utilizarse en referencia al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
La muerte de Amini se produce en medio de crecientes informes sobre actos represivos contra mujeres, incluido prohibirles el ingreso a oficinas gubernamentales y bancos a aquellas que se considera no cumplen con el código de vestimenta islámico.
Muchos iraníes, incluidos algunos partidarios del gobierno, están expresando su indignación en las redes sociales por la existencia misma de las Patrullas de Orientación de la policía moral, que se encargan de hacer cumplir los códigos de vestimenta, a las que han apodado con el hashtag "Patrullas Asesinas".
Han aparecido videos en las redes sociales que parecen mostrar a agentes deteniendo a mujeres, arrastrándolas por el suelo y llevándoselas a la fuerza.
Muchos iraníes culpan directamente de estos casos al líder supremo Ali Jamenei.
Un antiguo discurso suyo que se está compartiendo a través de las redes sociales justifica el papel de la policía de la moral e insiste en que, bajo el régimen islámico, las mujeres deben ser obligadas a observar el código de vestimenta islámico.
Este último episodio parece profundizar la división entre una gran parte de la joven y vibrante sociedad de Irán y sus gobernantes radicales, una brecha que parece cada vez más difícil de reparar.