Seúl. Corea del Sur informó hoy de un nuevo fallecimiento a causa del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) o nuevo coronavirus, lo que eleva a siete los muertos por la enfermedad, mientras el número de afectados se sitúa en 95.
La última persona fallecida es una mujer de 68 años que ya sufría desde hace tiempo problemas cardíacos de tipo crónico, informó el Ministerio de Salud y Bienestar.
La mujer, séptima víctima desde que se detectara la enfermedad en el país asiático el pasado 20 de mayo, permaneció hospitalizada los pasados 27 y 28 de mayo en el Centro Médico Samsung -el hospital con más casos hasta ahora- donde entró en contacto con un paciente que había contraído el coronavirus.
Por otro lado, dos personas que contrajeron la enfermedad fueron hoy las primeras dadas de alta tras recuperarse completamente, informó el Ministerio, mientras una tercera paciente podría regresar a casa en las próximas horas.
Tras detectarse 8 casos hoy -una cifra inferior a los 23 de ayer- el Gobierno se ha mostrado optimista y se ha marcado el objetivo de "eliminar" la enfermedad del país antes de que acabe esta semana, según afirmó el primer ministro surcoreano en funciones, Choi Kyung-hwan.
De momento todos los contagios se han producido en hospitales (hay 29 centros afectados por el momento) por lo que el Ejecutivo surcoreano sostiene que la enfermedad puede ser contenida.
En cualquier caso, las autoridades han puesto en cuarentena a más de 2.500 personas, incluidos familiares de personas a las que les ha sido diagnosticada la enfermedad.
El virus también ha provocado el cierre temporal de 2.199 guarderías y centros de enseñanza de primaria, secundaria y bachillerato hasta el día de hoy.
Con los 95 casos confirmados, Corea del Sur es el segundo país en el que mayor número de casos se han dado después de Arabia Saudí, algo que hace preguntarse a los expertos por la inusual rapidez y la amplitud que ha tenido el brote en el país asiático.
El MERS, que alcanzó su punto álgido hace aproximadamente un año en varios países de Medio Oriente, tiene una mortalidad del 40 por ciento aproximadamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no puede ser combatido con vacunas o tratamientos, aunque su contagio tampoco es fácil y requiere un contacto muy directo.
Fuente: EFE