Gisella López Lenci

Desde que el 2 de noviembre, la tenista china decidió hacer público un episodio desgarrador de su vida personal, cambió su destino y, de paso, marcó otra raya más en la deteriorada imagen de ante el mundo.

Para el Gobierno Chino, se trata de “exageración”, “publicidad maliciosa” y la “politización” de un caso que sigue indignando al deporte mundial y a las organizaciones de derechos humanos sobre las prácticas del régimen.

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Peng, de 35 años, excampeona de Wimbledon y exnúmero uno del tenis femenino en dobles, se atrevió a denunciar en Weibo, la red social china por excelencia, al ex viceprimer ministro del país Zhang Gaoli, de 75, de haberla forzado a tener relaciones sexuales en su casa en el 2018, años después de que ambos habían mantenido un vínculo sentimental, pese a que el político es casado y tiene dos hijos.

El ex viceprimer ministro Zhang Gaoli, acusado por Peng Shuai de agresión sexual, ascendió al Politburó chino en el 2012 y se convirtió en uno de los políticos más influyentes. Se retiró en el 2018.
El ex viceprimer ministro Zhang Gaoli, acusado por Peng Shuai de agresión sexual, ascendió al Politburó chino en el 2012 y se convirtió en uno de los políticos más influyentes. Se retiró en el 2018.

La publicación desapareció pocos minutos después -el régimen chino controla estrictamente el Internet- pero el tiempo fue suficiente para que su denuncia se hiciera conocida en todo el mundo. Desde aquel día, no se supo nada de Peng.

En este puedes leer la denuncia de Peng

El hashtag #WhereisPengshuai (¿Dónde está Peng Shuai?) se hizo viral, mientras íconos del tenis, como Naomi Osaka, Roger Federer, Novak Djokovic o Serena Williams exigían conocer su paradero.

Pero no solo deportistas. Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido exigían a Beijing que aporte pruebas sobre la situación de Peng.

La tenista pasaba a engrosar la lista de desapariciones sospechosas, como la ocurrida con el millonario Jack Ma algunos meses atrás quien se atrevió a cuestionar el sistema financiero chino.

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Sin embargo, hace unos días, la tenista reapareció, pero las dudas continúan. ¿Está realmente bien como se muestra en los videos difundidos por la prensa estatal? El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, pudo comunicarse con ella el fin de semana a través de una videollamada, en la que se le vio sonriente y despreocupada.

“Explicó que está a salvo y bien, viviendo en su casa en Beijing, pero que le gustaría que se respetara su privacidad en este momento”, dijo el COI en un comunicado.

Pero lo que hay detrás de su sonrisa solo lo saben los funcionarios chinos. Haber acusado directamente a un exmiembro del poderosísimo Politburó chino no es poca cosa.

El presidente del COI, Thomas Bach, conversó a través de una videollamada con la tenista china Peng Shuai, quien dijo que quería mantener su privacidad. AFP
El presidente del COI, Thomas Bach, conversó a través de una videollamada con la tenista china Peng Shuai, quien dijo que quería mantener su privacidad. AFP
/ GREG MARTIN

Aparición controlada

El caso de Peng ha estallado a menos de tres meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se realizarán en Beijing, y en los que el régimen está apostando para lavar su imagen, mellada por el origen del coronavirus, las denuncias de abusos contra la minoría uigur en Xinjiang y la persecución a la disidencia en Hong Kong, por citar algunos temas sensibles ante la comunidad internacional.

“El COI está siendo cómplice de la maquinaria de propaganda y de un caso de coerción y de desaparición forzada por parte del Gobierno Chino”, tuiteó la activista Yaqiu Wang, de Humans Right Watch.

La ONU, además, insistió que deben investigarse las acusaciones hechas por la tenista. “Lo más importante es que las autoridades chinas garanticen una investigación transparente”, señaló la portavoz Marta Hurtado.

Peng Shuai tiene 35 años. En el mejor momento de su carrera fue ganadora -entre el 2013 y 2014- en dobles de los torneos de Wimbledon y Roland Garros. EFE
Peng Shuai tiene 35 años. En el mejor momento de su carrera fue ganadora -entre el 2013 y 2014- en dobles de los torneos de Wimbledon y Roland Garros. EFE
/ RITCHIE B. TONGO

“En el pasado hemos visto varios casos similares en los que las personas no tenían más opción que decir lo que se les había dicho”, ha dicho Alkan Akad, investigador de Amnistía China, para quien la videollamada es apenas convincente. “El Gobierno Chino tiene un historial -especialmente los medios de comunicación estatales- de fabricar declaraciones o hacer que la gente dé testimonios forzados”, agregó.

Para los chinos, sin embargo, el tema ya está zanjado. “Este no es un asunto diplomático”, dijo este martes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, en una rueda de prensa. “Creo que todos habrán visto que ella asistió recientemente a algunas actividades públicas y también realizó una videollamada con el presidente del COI. Espero que algunas personas dejen de exagerar de forma maliciosa, además de la politización”, agregó.

¿Es suficiente?

“Hay que entender que la característica de China es que es un régimen que busca controlar todo desorden social”, explica a El Comercio el economista Carlos Aquino, profesor y coordinador del Centro de Estudios Asiáticos (CEAS) en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

“Además, cualquier crítica a las autoridades políticas es un tabú, más si es alguien como un viceprimer ministro. Por eso, apenas la tenista hizo esta denuncia, la publicación se borró y la discusión sobre el tema está prohibida en las redes sociales chinas”, acota.

Sin embargo, este escándalo es mayúsculo pues se trata nada menos que de una estrella deportiva. Como señala la agencia AP, los deportistas tienen un carácter político especialmente sensible porque son conocidos, admirados por sus logros y utilizados para proclamar el éxito del partido.

En las imágenes difundidas por un periodista chino, se ve a Peng Shuai en un torneo juvenil y de tenis, y en un restaurante. (Foto: @HuXijin_GT)
En las imágenes difundidas por un periodista chino, se ve a Peng Shuai en un torneo juvenil y de tenis, y en un restaurante. (Foto: @HuXijin_GT)

“A diferencia de años atrás, China es un país con mayor presencia internacional, su poderío económico se está traduciendo en influencia política y no quiere que esto dañe su reputación. Entonces, pone más énfasis en intentar conservar una buena imagen en el extranjero”, considera Aquino.

Sin embargo, lo que es convincente para ellos no necesariamente lo es para la comunidad internacional y las dudas sobre su desaparición durante más de dos semanas siguen en el aire.

“La única opción sería que la tenista le dé una entrevista a CNN o BBC, pero eso es improbable, o que vaya un periodista extranjero al país, y China tiene una buena excusa pues el ingreso de los extranjeros está muy controlado debido a la pandemia. Más allá de eso, el régimen no dará más evidencia. Y, obviamente, el ex viceprimer ministro acusado no va a hablar”, expresa.

Zhang Gaoli, el político en cuestión, fue viceprimer ministro entre el 2013 y 2018 durante el primer mandato del presidente Xi Jinping, y luego se retiró. En el 2012 ya había sido elevado a la cúpula del poder político en China al ser uno de los siete miembros del Politburó.

En las últimas fotos de la tenista china Peng Shuai se le ve un un cuarto rodeada de peluches. (@shen_shiwei / Twitter).
En las últimas fotos de la tenista china Peng Shuai se le ve un un cuarto rodeada de peluches. (@shen_shiwei / Twitter).

La relación entre el político y la tenista habría empezado en el 2011, cuando él tenía 65 y ella 25, es decir, 40 años de diferencia, algo que suele ser común en las relaciones extramaritales de políticos chinos, que suelen vincularse con actrices, estrellas de televisión, modelos o deportistas.

Aquino comenta que los políticos chinos, tras su retiro, desaparecen de la vida pública, salvo en el caso de los expresidentes. “Todos viven en una especie de búnker en Beijing, una zona que está separada del resto de la ciudad y que está vigilada las 24 horas por un tema de seguridad. Salvo que luego se le acuse de malversación de fondos o corrupción, no va a salir a la luz pública”.

Aunque Gaoli no aparezca y Peng siga saliendo en fotos y videos en actividades inofensivas, el escándalo ya afectó al núcleo del régimen chino, aunque se intente demostrar lo contrario.

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