La tensión en la península coreana está alcanzando uno de sus puntos más altos de los últimos años, en medio de una serie de ensayos armamentísticos norcoreanos y maniobras militares conjuntas entre los ejércitos de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
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En ese sentido, este lunes 17 los tres aliados llevaron a cabo ensayos militares navales en el mar de Japón en lo que se consideró como una prueba de seguridad ante los actos “provocativos” de Pyongyang.
La más reciente de aquellas provocaciones se produjo el jueves 13, cuando el régimen norcoreano probó su nuevo Hwasong-18, un misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido, lanzándolo sobre el mar de Japón y causando que se encendieran las alarmas en territorio nipón.
Con la prueba del Hwasong-18 Corea del Norte ha lanzado ya unos 100 misiles desde inicios del 2022, muchos de los cuales son capaces de alcanzar territorio estadounidense y de sus dos principales aliados en la región.
La situación, sin duda, ha llevado a que la península se caliente de forma amenazante.
ALIADOS RECONCILIADOS
Aunque Estados Unidos suele realizar este tipo de ejercicios con Seúl y Tokio, lo cierto es que la participación de los tres actores en conjunto resulta una particularidad que no se presenciaba desde hace por lo menos cinco años.
Esto se debe a que Japón y Corea del Sur vieron enfriarse sus relaciones por algunos episodios puntuales. “En el 2018 hubo dos problemas entre Tokio y Seúl. El primero fue un veredicto de una corte surcoreana que obligaba a algunas empresas japonesas a pagar una indemnización porque durante la invasión japonesa, en la Segunda Guerra Mundial, llevaron a trabajadores coreanos para cumplir labores forzadas. Esos trabajadores exigían una reparación y la justicia falló a su favor. Por otro lado, ese mismo año una fragata surcoreana puso en su radar a un avión militar japonés y generó un episodio de tensión”, explica a El Comercio el director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Carlos Aquino.
Por otro lado, explica el experto, influyó la postura del expresidente surcoreano, Moon Jae-in, quien se mostraba reacio a este tipo de ejercicios y apostaba mas bien por un acercamiento con Pyongyang, el cual no dejó mayores resultados.
El factor que terminaría acercando a Seúl y Tokio nuevamente sería, irónicamente, el enemigo en común: Corea del Norte. En ese tablero, según Aquino, Estados Unidos habría jugado un papel fundamental instando a ambos a dejar de lado las diferencias para reforzar la seguridad.
“Hace un mes, el nuevo presidente surcoreano visitó Japón por primera vez en 12 años. Hoy hay ministros surcoreanos en Tokio para reiniciar las colaboraciones conjuntas para compartir información sobre los misiles norcoreanos”, destaca el experto.
Los ejercicios entre las tres partes se reiniciaron en febrero. El ensayo de este lunes 17 se llevó a cabo en el mar de Japón e incluyó a tres destructores, informaron en un comunicado recogido por la agencia de noticias Yonhap.
En las semanas anteriores se supo que los tres ejércitos también habían realizado ensayos de sus fuerzas aéreas, con aviones caza surcoreanos y al menos uno estadounidense disparando misiles aire-aire y aire-tierra con la intención de medir su capacidad para neutralizar una amenaza nuclear norcoreana.
LAS ARMAS DE PYONGYANG
El ensayo norcoreano del jueves último provocó que millones de japoneses recibieran una J-Alert en sus dispositivos. Dicha alarma instaba a los ciudadanos a que evacuaran y buscasen un refugio ante la posible caída de un misil en la isla de Hokkaido y fue levantada recién después de 30 minutos.
El viernes 14 se pudo conocer que el misil disparado había sido un Hwasong-18 de combustible sólido, un arma de última generación norcoreana que había sido presentada en febrero del 2023 durante un desfile militar.
Que Pyongyang haya podido desarrollar un misil de combustible sólido en apenas 9 años refleja un incansable trabajo detrás, recordando que lo mismo fue posible en China tras 19 años de investigaciones y en la India luego de 13 años.
“A diferencia de todos los misiles que había lanzado, el Hwasong-18 requiere mucha menos preparación para ser lanzado, entonces complica su detección. Además, tiene un mayor alcance y es más difícil determinar donde caerá porque su trayectoria es irregular. Por eso se desató la alerta en Japón el último jueves”, explica Aquino.
Este ensayo se suma al que hace unas semanas realizó Pyongyang en el que probó un nuevo dron submarino de propulsión nuclear que, según Pyongyang, “podría provocar tsunamis radiactivos capaces de penetrar en aguas costeras”.
TABLERO GEOPOLÍTICO
Dicho dron trae a la memoria al temido sistema Poseidón desarrollado por Rusia y que se volvió más conocido durante la actual guerra de Ucrania por la amenaza que representa para el continente europeo.
Esta relación no sería casual pues, según el análisis de Aquino, lo que estaríamos presenciando sería la alineación de dos bandos en un conflicto internacional que se estaría trasladando a Asia.
“Algo innegable es que se ve una colaboración más estrecha entre Corea del Norte y Rusia. Se está configurando una situación en la que los norcoreanos son más agresivos y los rusos están ofreciendo apoyo, al igual que China. Se ve que Pyongyang tiene respaldo de ambos. Eso ha provocado que los aliados busquen reforzar sus lazos ante la amenaza”, señala el experto.
Aquino recuerda que parte de esta tensión se pudo apreciar durante la histórica visita del primer ministro nipón Fumio Kishida a Ucrania a fines de marzo. Mientras el mandatario asiático abordaba el tren rumbo a Kiev, Rusia envió dos aviones Tupolev 95MS -capaces de trasladar cargas nucleares- a sobrevolar el mar de Japón durante siete horas.
Por otro lado, el analista resalta que dichas tensiones también se ven reflejadas en los nuevos debates que se han abierto en las naciones asiáticas. “Se está configurando una situación: por un lado, China, Rusia y Corea del Norte; por el otro, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Por eso también Japón ha anunciado que aumentará su gasto militar, pasará al 2% de su PBI en los próximos años. Corea del Sur ahora discute abiertamente si debe tener la bomba atómica, algo que antes solo se hablaba en la academia. Definitivamente se viene una carrera armamentista en la región”, afirma.
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