Una vez más en el ojo de la tormenta. El multimillonario heredero del imperio tecnológico Samsung, Lee Jae Yong, encarcelado desde el 2020, enfrenta ahora una nueva investigación por el supuesto uso ilegal de un anestésico con fines recreativos, informó la policía surcoreana.
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Según fuentes de la policía de Gyeonggi, provincia vecina a Seúl, Lee es investigado por el presunto uso indebido de propofol el año pasado en una clínica de cirugía estética de la capital surcoreana, indica la agencia de noticias Yonhap.}
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No sería la primera vez. Esta investigación se suma a otra abierta en 2020 por la Fiscalía Surcoreana por la misma causa en otra clínica distinta de Seúl. Samsung insistió entonces en que Lee utilizó el propofol con fines médicos, señala la agencia AFP.
El propofol se utiliza como anestesia en determinados procedimientos médicos; sin embargo, en Corea del Sur algunos suelen usarlo con fines recreativos, pese a que está prohibido. En el país asiático se le suele llamar “inyección de leche” por su aspecto y por la facilidad para obtenerlo en comparación con otras sustancias ilegales, explica también la AFP.
Divorciado y con dos hijos, Lee Jae Yong, de 52 años, es considerado como el cuarto hombre más rico de Corea del Sur, con una fortuna estimada en 9.400 millones de dólares, según Forbes. Estudió historia de Asia Oriental en la Universidad Nacional de Seúl y luego hizo una maestría en administración de empresas de la Universidad de Keio. Además, asistió a Harvard Business School durante unos cinco años para obtener su doctorado en administración de empresas.
Desde que su padre, Lee Kun-hee, se retiró por problemas de salud en el 2014, Lee es considerado como la cabeza del gigante tecnológico. El papá de Lee falleció en octubre del año pasado tras pasar seis años en cama debido al infarto que sufrió en el 2014. Fue presidente de Samsung desde 1987 a 2008 y de 2010 a 2020.
Escándalo de la “Rasputina”
En enero de este año, el heredero de Samsung fue condenado a dos años y medio de prisión por su rol en la llamada trama de corrupción de la “Rasputina”, que llevó a la destitución y encarcelamiento de la presidenta surcoreana Park Geun-hye. A través de Park, Lee trató de conseguir el apoyo del Gobierno surcoreano para allanar el proceso sucesorio en el consorcio empresarial de Samsung.
Actualmente, Lee está en la prisión de Seúl, en la localidad de Uiwang, a 25 kilómetros al sur de la capital surcoreana, donde cumplirá condena hasta principios o mediados del 2022.
El millonario, también conocido como Jay Y. Lee, ya había sido sentenciado a cinco años de prisión por cargos de corrupción en el 2017; sin embargo, salió libre en menos de un año debido a que un tribunal de apelaciones desestimó algunos cargos y suspendió su sentencia.
Especialistas indicaron a la BBC que la situación de Lee genera un vacío de liderazgo en Samsung y obstaculiza la toma de decisiones de la empresa sobre futuras inversiones a gran escala. Por su parte, Kim Dae-jong, profesor de negocios en la Universidad de Sejong, señaló a la agencia AFP que la sentencia era un gran golpe y una gran crisis para Samsung.
En medio de estas polémicas, Lee pidió disculpas en mayo del año pasado luego de haber cumplido una mínima parte de su primera condena por corrupción. “Nuestra tecnología y productos son considerados de primera clase, pero la mirada pública hacia Samsung sigue siendo dura [… ] Esto es mi culpa. Pido disculpas”, dijo Lee en esa fecha.
“Me aseguraré de que no habrá más controversias sobre la sucesión en la administración [ … ]Y nunca tomaré ninguna medida que vaya en contra de la ley”, agregó. Sin embargo, sus disculpas no evitaron que la justicia emitiera una nueva condena.
Según el veredicto de la corte, al que tuvieron acceso diversos medios de comunicación como la BBC, Lee “entregó activamente sobornos e implícitamente pidió a la presidenta que usara su poder para ayudarlo en su sucesión sin problemas” al frente de la firma.
“Es muy lamentable que Samsung, la principal empresa del país y orgullosa innovadora mundial, esté involucrada repetidamente en delitos cada vez que hay un cambio de poder político”, agrega el fallo.
La corte declaró al directivo de Samsung culpable de soborno, malversación y ocultación de ganancias delictivas por un monto aproximado a los 7.8 millones de dólares. A lo que la defensa de Lee respondió: “La naturaleza de este caso es el abuso de poder de la expresidenta que viola la libertad corporativa y los derechos de propiedad. Dada esa naturaleza, la decisión del tribunal es lamentable”.
Samsung es el más grande de los imperios familiares industriales de Corea del Sur, su volumen de negocio global representa cerca de un quinto del Producto Interno del Bruto (PIB) del país, según la BBC.
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