La revolución silenciosa del capitalismo en Corea del Norte
La revolución silenciosa del capitalismo en Corea del Norte
Redacción EC

Una revolución podría estar en marcha en Corea del Norte: la revolución del capitalismo. Sin embargo, se trataría de una revolución silenciosa. Todos hemos escuchado la revolución estruendosa: la que se ha estado desarrollando desde que el Ejército Rojo de la Unión Soviética arrebató a los japonenes la mitad de la península en 1945.

Desde entonces la dinastía de los Kim patrocinó el comunismo y proclamó sus méritos.

Pero ahora, sorprendentemente, parece que el capitalismo está aumentando en el país. Y por supuesto esto ocurre con sigilo.

Kim Jong-un ha estado mirando hacia el norte, a través de la frontera china, y ha decidido que las reformas de mercado similares a las que han permitido sus camaradas en Beijing, podrían permitir la preservación de la actual estructura y a la vez elevar los estándares de vida.

La primera etapa fue darse cuenta de que tras la hambruna de los noventa, la producción agrícola tenía que ser incrementada.

Consecuentemente, el padre de Kim Jong-un, Kim Jong-il, permitió a los agricultores mantener parte de la producción de sus tierras.

Podían formar equipos para arar para su propio beneficio y quedarse con lo que cosecharan.

La segunda etapa está ahora en camino en lo que ha sido llamado "Medidas del 30 de Mayo", porque fueron aprobadas sin fanfarrias en mayo del año pasado.

¿QUÉ ES UNA EMPRESA PRIVADA?

El profesor Andrei Lankov, de la Universidad de Kookmin en Seúl, le dijo a la BBC que ahora hay empresas que son capitalistas en todos los aspectos menos en el nombre.

Técnicamente, pertenecen al Estado pero, de hecho, están dirigidas por un gerente o gerentes que se encargan de maximizar las ganancias y quedarse con mucho de lo que producen.

(Foto: Reuters)

El líder norcoreano Kim Jong-un. (Foto: Reuters)

"Estas empresas nunca han sido aceptadas por el gobierno. Oficialmente no existen. Pero muchas son bastante grandes", dice.

"Hay compañías privadas de autobuses, compañías privadas de producción de carbón y compañías privadas de producción de oro".

El profesor Lankov cita una empresa de carbón que conoce, que un gerente maneja con fines de lucro, que contrata y despide y que solicita préstamos para cavar un nuevo pozo.

Cuando el gerente exporta, invariablemente a China, se queda con una porción y le da al Estado una contribución.

"Hay una agencia gubernamental que otorga el derecho de vender carbón a China pero ésta no tiene ni idea sobre minería o sobre cómo comenzar una mina, así que hace un acuerdo con un hombre o mujer ricos –en este caso es un hombre– que invierte su propio dinero".

"El gerente contrata mineros. Contrata ingenieros. Paga el equipo y comienza a dirigir la mina. El carbón que se produce se exporta a China. Y las ganancias se comparten entre el Estado –que ofrece protección casi legal porque, en papel, la mina pertenece al Estado–, y el actual propietario que toma todas las decisiones gerenciales diarias. ¿Es esto una empresa privada? Para mí, lo es", explica.

"IDEA POCO PROBABLE"

El profesor Lankov asegura que el capitalismo en Corea del Norte definitivamente está creciendo: "El gobierno norcoreano está comenzando a admitir que la única forma de manejar una economía eficiente es depender de la iniciativa privada".

Afirma que tal como lo establecen las medidas del 30 de mayo, que comienzan este año, los gerentes industriales, que son técnicamente funcionarios públicos, tendrán tanta libertad como tendrían los gerentes privados en las economías capitalistas de mercado.

"Se les permitirá obtener la materia prima del mercado. Se les permitirá –o de hecho, se les requerirá– vender productos en el mercado y su principal obligación es ofrecer una cierta cantidad como pago, lo cual no es muy distinto a pagar tus impuestos sobre ingresos o corporativos".

Incluso existía una Escuela de Negocios de Pyongyang que colapsó hace relativamente poco cuando las relaciones entre las dos Coreas pasaron de gélidas a congeladas.

Fue establecida por Felix Abt, un empresario suizo que representaba a empresas occidentales en Corea del Norte.

"Parecía una idea poco viable pero cuando comenzamos a desarrollarla en el 2002, vimos que había escasez de alimentos", explica Abt.

"Muchos trabajadores no tenían trabajo y no tenían ingresos, así que pensamos que debíamos ayudar a los gerentes a adaptarse al nuevo ambiente y volverse más eficientes".

"Tenían que aprender lo que no habían aprendido: cómo establecer una estrategia de mercado, cómo tratar con el servicio para clientes y las finanzas".

¿COMPROMETERSE O REHUIR?

Pero la gran pregunta es: ¿cómo equilibras cualquier beneficio que logres al comprometerte con el apoyo a un régimen desagradable?

"Si no tienes una presencia en el país no tienes ninguna influencia para lograr una mejora", dice Felix Abt.

"He visto que puedes hablar con la gente e influenciarlos y ayudar a cambiar mentes".

"¿Cuál es la alternativa al compromiso? ¿Quieres destruirlos con armas nucleares y aislarlos para que su pueblo muera de hambre? Lo mejor, en mi opinión es apoyar a las fuerzas de mercado e invertir y comprometerte. Las fuerzas de mercado son el agente más fuerte para el cambio. Debemos trabajar con todos. Debemos trabajar con la gente común y corriente y con el gobierno", agrega Abt.

El gran eje impulsor de este cambio de Corea del Norte hacia el libre mercado puede ser China.

Gracias al crecimiento chino, Corea del Norte está ahora rodeado de países con crecientes niveles de vida tanto en el sur como en el norte.

Unos 30.000 turistas chinos visitan el país cada año y muestran su afluencia cuando pasean por Pyongyang.

Pero Kim quizás está pensando que los crecientes estándares de vida no necesariamente deben incitar un deseo de cambio.

Esa es la apuesta.

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