Hoy se habla de los ejercicios nucleares que podrían organizar Estados Unidos y Corea del Sur. Sin embargo, se trata de un asunto que se discute desde hace varios meses y que tiene a Corea del Norte -y sus recurrentes pruebas de armas balísticas- como principal preocupación.
En octubre de este año, Japón se sumó a la alianza en contra del dictador norcoreano Kim Jong Un y sus amenazas. Entonces, recuerda Infobae, que “los jefes de las Fuerzas Armadas de los tres países se reunieron en Washington” y discutieron la importancia de “mantener la paz regional y la estabilidad” en la región.
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También se habló de la necesidad de contener a Kim y “defender Corea del Sur”.
En respuesta, se organizó el Entrenamiento Integral de Preparación para el Combate, programado “entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre”.
No fue lo único que hicieron.
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Para el 14 de diciembre del 2022, Estados Unidos creó en Corea del Sur una unidad especial para “detectar el lanzamiento de misiles balísticos de Corea del Norte”, situada en Osan, cerca de Seúl. De esa manera, aumentó su brazo armado en ese país (según la Deutsche Welle, EE.UU. ya tiene desplegados allí más de 28 mil sodados).
Una nueva prueba balística de Corea del Norte, justo al terminar diciembre, volvió a alertar a los aliados. Además, Kim anunció que apoyaría el “aumento exponencial” de su arsenal nuclear, en respuesta a la “hostilidad” de otras naciones. De hecho, según su plan de “estrategia nuclear y de defensa de 2023″, se deberá “desarrollar otro sistema de misiles balísticos intercontinentales cuya principal misión es un rápido contraataque nuclear”.
De allí que EE.UU. y Corea del Sur respondan organizando ejercicios conjuntos.
“Las armas nucleares pertenecen a Estados Unidos, pero la planificación, información compartida, ejercicios y entrenamiento deben ser conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos”, declaró el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol.
Y agregó en un comunicado: “Nuestro ejército debe responder de manera resuelta y con determinación cualquier provocación llevada a cabo por el enemigo […] Deben comprender que solo la firme preparación mental de nuestras tropas y entrenamientos realistas pueden garantizar una seguridad firme”.
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Misiles y otros intereses
Es frecuente que Corea del Sur y sus aliados respondan con ejercicios militares a las pruebas de misiles balísticos que realiza Corea del Norte. Lo distinto de este caso, anota el analista Francesco Tucci, es que la acción conjunta con Estados Unidos involucra arsenal nuclear.
No es un asunto sencillo. Tucci recuerda que la política norcoreana le da un interés especial al desarrollo militar. “Kim intentó reducir ese gasto, pero se dio cuenta que la iniciativa que comenzó su abuelo y siguió su padre es indispensable. Solo se sentirá seguro cuando tenga un arsenal nuclear que pueda golpear a Estados Unidos”.
Y, hasta la fecha, ese es el punto débil de su régimen: no cuenta con la tecnología para producir esos misiles intercontinentales. De allí que ahora anuncie que potenciara ese programa. “Kim está convencido de que solo así podrá sentarse en la mesa con el presidente estadounidense y negociar desde una posición de fuerza una salida para la crisis económica de su país”.
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La respuesta del sur y EE.UU. se entiende a partir de dos variables.
La primera es la posición geoestratégica de la península coreana. Al estar tan cerca de Japón, Rusia y China, Estados Unidos es muy celoso de su cuidado. “A ello se le suma que a China no le interesa la reunificación de las coreas bajo el liderazgo del sur. Tampoco está a favor de las crisis porque para lograr sus objetivos necesitan evitar las perturbaciones. Lo mismo sucede con Rusia, que se siente acorralada por los resultados de su guerra contra Ucrania”.
Lo otro a tener en consideración es el papel del nuevo presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol. “Ya no está Moon Jae-in, quien se caracterizó por ser moderado. Yoon, por el contrario, es bastante proestadosunidos y apoya posturas que involucran el uso de la fuerza. Eso puede empeorar las relaciones entre las coreas”.
¿Qué se viene? Tucci concluye: “Es posible que empiece una carrera armamentística y que ambos lados empiecen a probar sus nuevas tecnologías. Pero de ninguna manera deberíamos ver a Kim y a los suyos como locos. No hay que subestimarlos: son líderes despiadados que se manejan dentro de una visión estratégica”.
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