Bashar al Assad ha caído tras gobernar Siria con mano de hierro durante 24 años. Antes que él, su padre Hafez estuvo en el poder 29 años. Ha sido derrocado 11 días después de que los rebeldes liderados por islamistas lanzaran una operación relámpago en la que fueron tomando una a una las ciudades más importantes del país, empezando por Alepo y culminando en la madrugada del domingo con la capital, Damasco. El mandatario escapó en un avión hacia Rusia, donde recibió asilo. Se trata del epílogo de una revolución que comenzó el 15 de marzo de 2011 con una manifestación masiva y pacífica en Damasco, que tiempo después derivó en una sangrienta guerra civil que ha dejado unos 300.000 muertos y más de 6 millones de refugiados.
”El presidente de Siria, Bashar al Assad, llegó junto a su familia a Moscú. Rusia, partiendo de criterios de carácter humanitario, le ofreció asilo”, dijo una fuente del Kremlin a la agencia TASS.
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Los sirios salieron a las calles a celebrar en todo el país, mientras se seguían escuchando disparos en Damasco. También hubo celebraciones en varias capitales europeas, destino de millones de sirios que escaparon de la guerra.
Las agencias de noticias informaron que tras la huida de Al Assad, una multitud irrumpió en Palacio de Gobierno y en su lujosa casa de Damasco y las saqueó. También se divulgaron imágenes de personas pisoteando una estatua de Hafez al Assad, el padre de Bashar que murió en junio del 2000 y que en ese momento fue reemplazado por su hijo.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) reportó el domingo bombardeos israelíes en edificios de los servicios de inteligencia, aduanas y un cuartel militar, mientras que un corresponsal de la agencia AFP vio llamas en el primero, horas después de la toma de Damasco.
En la televisión pública, el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organismo de Liberación del Levante) anunció la caída del “tirano Bashar al Assad y la liberación de Damasco”. También dijo que todos los prisioneros políticos habían sido liberados de la cárcel de Sednaya, denominada el “matadero humano” y que es símbolo de la represión brutal del régimen.
“Oh, mis hermanos revolucionarios rezad a Dios para agradecerle por la victoria que nos ha dado a través de vuestros brazos”, dijo el jefe de HTS, Abu Mohammad al Julani.
Los rebeldes pidieron a la población que preservara las instituciones del “Estado sirio libre” y anunciaron un toque de queda en Damasco de 13 horas de duración.
Al menos 910 personas murieron en Siria,
incluyendo 138 civiles, desde que los rebeldes lanzaron su ofensiva relámpago el 27 de noviembre que culminó con la toma de Damasco y la huida del presidente Bashar al Assad.
Por su parte, el primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, aseguró el domingo que tiende su mano a “todo sirio que se interesa por este país para preservar sus instituciones”. Luego, los rebeldes dijeron que las instituciones públicas permanecerán bajo la supervisión de Al Jalali hasta que sean “entregadas oficialmente”.
Al Jalali atribuyó el rápido éxito de la ofensiva rebelde en derrocar a Al Assad a que éste “no escuchaba”. Dijo desconocer su paradero e indicó que habló con él por última vez “en la noche del viernes al sábado para informarle de la situación (...) en ese momento estaba en su oficina en Damasco”.
Rusia, uno de los mayores aliados de Al Assad, dijo que este abandonó el país después de sostener negociaciones con los grupos rebeldes y que había dado instrucciones para transferir el poder de manera pacífica.
Irán, otro aliado de Al Assad, sostuvo que el futuro de Siria lo debe decidir su pueblo sin intervenciones externas.
La embajada de Irán en Damasco fue saqueada. Los diplomáticos iraníes salieron de la legación antes del asalto, según el diario Tehran Times.
En Estados Unidos, la Casa Blanca informó que el presidente Joe Biden sigue “con atención” los “extraordinarios acontecimientos” en Siria.
Durante una visita a las tropas israelíes desplegadas en los Altos del Golán ocupados, frente a la frontera con Siria, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que es “un día histórico en Medio Oriente”.
Netanyahu ordenó al ejército “tomar” una zona de distensión desmilitarizada en los Altos del Golán. Afirmó que el acuerdo vigente desde hace 50 años colapsó, ya que las “fuerzas sirias abandonaron sus posiciones”.
“No permitiremos que ninguna fuerza hostil se establezca en nuestra frontera”, agregó.
Turquía, el país señalado de estar detrás de los rebeldes, aseguró a través de su cancillería que está dispuesto a asumir responsabilidades para “curar las heridas” de Siria. Insistió en que la transición debe incluir a “todos los grupos religiosos y étnicos” de esa nación.
¿Por qué cayó tan rápido Al Assad y qué pasará con los insurgentes?
El analista internacional Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, consideró que Al Assad cayó de manera rápida porque en Siria ya no había nadie dispuesto a morir por el régimen.
“Incluso en el ejército ya no había ningún tipo de apoyo para él, es un personaje que había evolucionado de manera muy siniestra, perdió todo el apoyo”, sostuvo Banús a El Comercio.
Agregó que la gran pregunta es qué pasó con Rusia. “Al Assad era uno de los engreídos de Vladimir Putin, él ha estado muchas veces no solo en Moscú, sino también en la residencia veraniega del presidente ruso. Y el mensaje de Moscú siempre fue ‘nosotros no dejamos caer a uno de nuestros aliados’. Pero lo han hecho”, dijo.
“La caída de Al Assad está demostrando la fragilidad de Rusia, que ya no puede con todos los líos en los que se ha metido. Creo que Putin sobrevalora lo que tiene. Me parece que su ejército es vulnerable, pues ya ha necesitado el apoyo de Corea del Norte y de mercenarios de Yemen para la guerra en Ucrania”, explicó Banús.
“A Rusia también le ha desbordado el avance tan rápido de los rebeldes, comandados por un personaje que parece ser un estratega bastante inteligente. Les ha pillado desprevenidos. Lo ocurrido en Siria en estos días está siendo comparado con la estrateia Blitzkrieg, la famosa guerra relámpago de los nazis en la Segunda Guerra Mundial”, refirió Banús.
“Además, la maquinaria rusa es lenta para tomar decisiones porque es muy vertical, les ha pasado en Ucrania. Entonces, una acción rápida como esta, porque no ha habido resistencia, a los rusos le sienta muy mal, es lo que les pasó en la región de Kursk cuando entraron los ucranianos, tardaron mucho en reaccionar desde arriba”, precisó.
En cuanto a lo que pasará con los insurgentes, Banús indicó que en este momento es imposible saber si realmente son moderados, como han repetido.
“¿Realmente son moderados o se hacen los moderados como estrategia para conseguir que no arremetan contra ellos? Esto se verá en las primeras decisiones que tomen con respecto a los que apoyaban a Al Assad, eso simpre es un indicador muy interesante. Ahí se sabrá en qué medida respetan los derechos humanos de los vencidos. Hay que esperar”, sostuvo.
Quién es Abu Mohammad al Julani
Abu Mohammad al Julani, que es un seudónimo, es el líder de HTS. En una entrevista con la emisora pública de Estados Unidos PBS, dijo que nació con el nombre de Ahmed al Sharaa y que es un sirio cuya familia proviene de la región de Golán.
Agregó que había nacido en Riad, capital de Arabia Saudita, donde su padre trabajaba, y que se crió en Damasco.
Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Washington, al igual que el Consejo de Seguridad de la ONU, lo ha designado como terrorista.
Según los medios árabes, Al Julani estudió medicina, pero abandonó sus estudios y se unió a Al Qaeda en Irak en el 2003, tras la invasión de Estados Unidos ordenada por el presidente George W. Bush
En Irak se hizo amigo de Abu Musab al-Zarqawi, líder de Al Qaeda en ese país.
Tras el asesinato de Al-Zarqawi en el 2006, Al Julani se trasladó al Líbano, pero más tarde regresó a Irak, donde fue detenido por las fuerzas de Estados Unidos.
Estuvo preso en la tristemente célebre cárcel de Abu Ghraib. Pasó en total cinco años tras las rejas en diferentes prisiones iraquíes.
Tras su liberación, Al Julani reanudó sus actividades con el Estado Islámico de Irak y el Levante, bajo el mando de Abu Bakr al Baghdadi, quien en junio del 2014 establecería el califato del Estado Islámico en Irak y Siria.
En agosto del 2011, cuando ya había estallado la guerra civil contra Bashar al Asad, Al Baghdadi envió a Al Julani a Siria para establecer una filial de Al Qaeda.
Así fue como de manera oficial Al Julani fundó el Frente al Nusra el 24 de enero del 2012. Con el tiempo, se convirtió en una de las facciones armadas más poderosas de Siria.
De acuerdo con la agencia EFE, el propio Al Julani confirmó en el 2013 la relación estrecha que tenía con Al Baghdadi y cómo este personalmente le había encargado dirigir “la lucha de Al Qaeda en Siria”.
Además, también juró lealtad al egipcio Ayman al Zawahiri, quien fue líder de Al Qaeda hasta su muerte en el 2022.
El Frente Al Nusra tomó el control de Idlib, en el noroeste de Siria, e impuso un gobierno estricto a la población local.
Según el portal israelí Ynet.com, los críticos acusaron a Al Julani de construir un imperio económico a expensas de los civiles. Se benefició de los ingresos provenientes de los cruces fronterizos, del control que ejercía sobre las compañías petroleras y del dominio en la agricultura y el comercio.
En el 2016, de manera sorpresiva Al Julani anunció que disolvía el Frente al Nusra y creaba otro grupo, el Frente de la Conquista del Levante, el cual poco después pasó a llamarse Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante), que se fusionó con otras facciones rebeldes sirias.
Justificó la disolución del Frente al Nusra alegando que pretendía comandar un grupo independiente que tenga el único objetivo de derrotar al Gobierno de Siria y liberar al país.
Además del clave apoyo turco, la ofensiva de HTS en Siria ha sido exitosa debido al momento geopolítico que vive el mundo, donde Rusia está enfrascada en una guerra de desgaste contra Ucrania desde febrero del 2022. Mientras que Irán y Hezbolá están en conflicto con Israel, país que ha propinado devastadores golpes al movimiento chiita libanés, al punto que lo ha dejado sin sus principales comandantes y ha destruido una gran cantidad de lugares donde almacenaba su arsenal.