La policía de Japón informó hoy de que el jefe del Kudo-kai, grupo yakuza considerado como uno de los más violentos de este país, ha sido acusado de evasión fiscal, en lo que supondría el primer caso de este tipo en el país asiático.
La acusación, que aún debe ser aceptada a trámite por la fiscalía y un juez, pesa sobre Satoru Nomura, de 68 años, que ya está imputado desde el año pasado por un asesinato cometido en 1998.
En conexión con el caso, la policía ha arrestado a otros tres miembros del Kudo-kai -que opera principalmente en la prefectura de Fukuoka (suroeste del país)- considerados colaboradores cercanos de Nomura.
A los cuatro se les acusa de ocultar 227 millones de yenes (US$ 1.82 millones) recaudados de sus afiliados entre 2010 y 2013 y de evadir del fisco unos 88 millones de yenes (US$ 707.800).
Es la primera vez que la policía de Japón tacha de fraude fiscal la ocultación de las recaudaciones de una banda yakuza.
Los afiliados a los sindicatos del crimen organizado normalmente recolectan el llamado "dinero por protección" de restaurantes, salas de juego y traficantes de estimulantes que operan en su territorio y entregan después las cuotas correspondientes a la dirección del grupo.
La policía de la prefectura de Fukuoka tiene constancia de que las cuotas recaudadas por Kudo-kai fueron transferidas a cuentas bancarias de los familiares de Nomura y otros miembros del grupo que las hicieron pasar por "renta personal", según precisó una fuente de la investigación a la agencia Kyodo.
Dada la implicación de muchos miembros del Kudo-kai en tiroteos y otros ataques violentos contra ciudadanos nipones, el grupo está considerado por la Agencia Nacional de policía de Japón como uno de los más peligrosos del país.
El propio Nomura está imputado por encargar en 1998 el asesinato del presidente de una cooperativa pesquera de la ciudad de Kitakyushu, hogar del Kudo-kai, y por estar detrás de dos agresiones dirigidas contra una enfermera en 2013 y un dentista en 2014.
Fuente: EFE