Una niña protegió a su hermano durante 36 horas hasta que fueron rescatados después del terremoto en Siria (Foto vía twitter: @ayhamalghzaly).
Una niña protegió a su hermano durante 36 horas hasta que fueron rescatados después del terremoto en Siria (Foto vía twitter: @ayhamalghzaly).

Treinta y seis horas bajo tierra, aferrados uno al otro con la esperanza de salvarse. Dos niños quedaron atrapados entre el hormigón en los escombros de un edificio al norte de , donde el terremoto devoró este lunes su casa, pero no su vida, porque finalmente fueron salvados el martes por los rescatistas de la zona.

“Sáquenme de aquí, haré cualquier cosa por ustedes”, susurra la niña mayor a los rescatistas que, con dificultad, filman un video entre los escombros del hogar de niños en Besnaya-Bseineh, un pequeño pueblo en Haram, Siria. A la vez, intentan sacarlos de ahí lo antes posible.

MIRA: La desoladora foto de un padre que sostiene la mano de su hija de 15 años muerta entre los escombros del terremoto en Turquía

La niña acaricia suavemente la cabeza de su hermano menor, para transmitirle tranquilidad o para calmar su miedo, mientras yacen apretados en lo que podrían ser los restos de su cama. Puede mover el brazo lo suficiente como para cubrir el rostro de su hermano, lo que le brinda cierta protección contra el polvo en medio de los escombros.

El nombre de la niña es Mariam, según pudo saber después del rescate, cuando hablaron sus padres, que también lograron sobrevivir. Su hermano menor se llama Ilaaf, un nombre islámico que significa protección.

Se la veía desesperada. “Seré tu sirvienta”, le dice la niña al rescatista, en una traducción que generó debates en las redes sociales -donde se viralizaron las imágenes-, mientras él responde: “No, no”.

MIRA: Peruanas en Turquía: “Hay distritos que ya no existen, construcciones que no cayeron por cientos de años se derrumbaron en un minuto”

Estas dramáticas imágenes son unas de las varias que protagonizan los sobrevivientes en la zona del terremoto, que dejó hasta el momento más de 11.000 muertos, mientras las agencias de ayuda advirtieron que es probable que aumente todavía más.

El padre de los niños, Mustafa Zuhir Al-Sayed, contó que su esposa y sus tres hijos dormían en las primeras horas del lunes cuando la tierra tembló por el sismo de 7,8 grados de magnitud, el más grande que ha golpeado la región en más de un siglo.

“Sentimos que el suelo temblaba y empezaron a caer escombros sobre nuestras cabezas. Estuvimos dos días bajo los escombros”, dijo, según consignó la CNN. “Pasamos por un sentimiento que espero que nadie tenga que sentir. No se lo deseo a nadie”, agregó.

Atrapados bajo los escombros y en plena desesperación, recitaban el Corán. Una y otra vez. Con la esperanza de que alguien los escuche y los saque de ahí.

Y así fue. En un momento en el que sentían la muerte bajo sus narices, alguien los escuchó y emprendió un rescate. “La gente nos escuchó y fuimos rescatados: yo, mi esposa y los niños. Gracias a Dios estamos todos vivos y agradecemos a quienes nos rescataron”, dijo el padre.

Los lugareños celebraron cuando Mariam e Ilaaf fueron sacados de entre los escombros envueltos en mantas: todos compartían la misma alegría. Los niños fueron llevados al hospital, donde están recibiendo atención médica.

Un hombre reacciona cuando el cuerpo de su bebé es sacado de entre los escombros por un rescatista sirio de los Cascos Blancos en la ciudad de Harim, en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria. (Foto de Mohamed AL-RIFAI / AFP).
Un hombre reacciona cuando el cuerpo de su bebé es sacado de entre los escombros por un rescatista sirio de los Cascos Blancos en la ciudad de Harim, en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria. (Foto de Mohamed AL-RIFAI / AFP).
/ MOHAMMED AL-RIFAI

Sin embargo, con cada hora que pasa, la esperanza de encontrar otras familias se desvanece debido a la nieve y las temperaturas bajo cero que han hecho más difícil la supervivencia incluso para aquellos que lograron escapar de los edificios derrumbados. De hecho, Cascos Blancos, un grupo de ayuda humanitaria, dijo el martes que se espera que el número de muertos y heridos “aumente significativamente debido a la presencia de cientos de familias bajo los escombros”.

La casa de los Al-Sayed está en la gobernación de Idlib, un área controlada por los rebeldes en el norte de Siria. Al menos 1.280 personas han muerto en territorio controlado por los rebeldes, según la Defensa Civil Siria.

Por otro lado, se confirmaron al menos 1.250 muertes en partes de Siria controladas por el gobierno, según informó la agencia de noticias estatal SANA, lo que eleva el número total de muertos sirios a más de 2.500.

La ayuda está llegando lentamente a quienes la necesitan, pero incluso antes del terremoto, las Naciones Unidas dijeron que el 70% de la población de Siria necesitaba asistencia humanitaria.

“Esta tragedia tendrá un impacto devastador en muchas familias vulnerables que luchan para mantener a sus seres queridos a diario”, dijo en un comunicado el Coordinador Residente y Coordinador Humanitario interino de las Naciones Unidas para Siria y el Coordinador Humanitario Regional para la Crisis de Siria.

La ONU y los socios humanitarios dicen que actualmente se están enfocando en las necesidades inmediatas, que incluyen alimentos, refugio, artículos no alimentarios y medicamentos.

Contenido sugerido

Contenido GEC