El presidente de EE.UU., Joe Biden, firmó este viernes una orden ejecutiva para reforzar las medidas que protegen el acceso al aborto y a los anticonceptivos en el país, luego de que la Corte Suprema retirara las protecciones constitucionales existentes y otorgara a los estados autonomía frente al tema.
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Durante las declaraciones que dio desde la Casa Blanca, el mandatario describió la decisión de la Corte de anular la histórica sentencia que dio paso a la protección constitucional del aborto, conocida como Roe vs Wade, como “terrible, extrema y totalmente equivocada”.
“Déjenme decirles algo desde el principio: esta no fue una decisión impulsada por la Constitución”, dijo el presidente antes de anunciar las medidas, que incluyen protecciones al acceso a medicamentos abortivos.
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Adicionalmente, fortalece las protecciones a mujeres que crucen líneas estatales para hacerse el procedimiento, protege el acceso a anticonceptivos y toma medidas para proteger la privacidad de las pacientes.
La orden exige al Secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, que presente un informe sobre el proceso de adopción de estas medidas dentro de los próximos 30 días.
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Roe vs Wade: un reto para Biden
Desde el seno del Partido Demócrata se presionó a Biden para que emprendiera acciones más decididas después de la decisión de la Corte Suprema de eliminar la protección constitucional al aborto con la derogación de Roe vs Wade.
Esto abrió el camino para que cada estado definiera si permite el aborto, además de las normativas para regularlo.
El presidente usó sus declaraciones para decirles a los estadounidenses que la única manera de "ejercer y restaurar" el derecho de las mujeres de acceder al aborto es "ejerciendo el poder del voto".
“Déjenme explicarles: necesitamos dos senadores que estén a favor del aborto adicionales, además de una Cámara [de Representantes] pro-aborto para poder codificar Roe como ley. Su voto puede hacer esto una realidad”, señaló Biden.
La medida presidencial llega dos semanas después de que la Corte Suprema eliminara Roe vs Wade, la decisión de 1973 que garantizaba el derecho constitucional a abortar en todo EE.UU.
Desde ese momento, al menos nueve estados han instituido prohibiciones casi absolutas al aborto, solo con la excepción de peligro a la vida de la madre en algunos de ellos.
En contraste, otros estados están buscando proteger el acceso al aborto en medio de una infinidad de retos legales, mientras que las clínicas donde se practican abortos intentan buscar maneras para operar en este nuevo contexto legal.
Biden también les pidió al fiscal general y a los consejeros de la Casa Blanca que contacten abogados dispuestos a trabajar pro-bono y organizaciones de interés público para que promuevan la representación legal de aquellas mujeres que busquen, y aquellos centros médicos que ofrezcan, abortos.
Presión sobre Biden
Análisis de Anthony Zurcher, periodista de la BBC en Norteamérica.
Desde que la Corte Suprema publicó su decisión de eliminar Roe vs Wade, los activistas pro-derecho al aborto han estado pidiéndole al presidente que haga más.
Muchos vieron la reacción inicial del presidente estadounidense, una expresión de tristeza frente a la decisión y un llamado para que se vote por los demócratas en las elecciones de medio término, como simplemente inadecuada.
Los rumores de que Biden no estuviera a la altura del momento, ya sea por su avanzada edad o por su disposición política, crecieron a tal punto que la Casa Blanca ya no los podía ignorar más.
Sin embargo, el poder de la presidencia en el tema del aborto es particularmente limitado dadas las provisiones establecidas por el Congreso que prohíben al gobierno federal invertir fondos para el apoyo del aborto: algunas de esas provisiones recibieron el respaldo de Biden en su momento.
Esto deja al presidente en aprietos.
Las encuestas indican que la mayoría del público apoya de manera masiva la legalidad del aborto, hasta en estados que tienen prohibiciones planeadas para el futuro.
Pero cualquier medida exhaustiva que el presidente pretenda apoyar se enfrentará a pleitos legales, y el apoyo que el público dé a las acciones presidenciales podrá disminuir si ve que la Casa Blanca está excediéndose en sus poderes.