Roger Zuzunaga Ruiz

En la tarde del viernes, un Boeing 737 MAX 9 de la compañía Alaska Airlines ganaba altura tras despegar de Portland (Oregon) con destino San Bernardino (California). Diez minutos después, se oyó una explosión y luego se sintió una ráfaga de aire helado que entraba en la cabina. Lo que siguió fueron los gritos de los aterrados pasajeros, quienes vieron que el fuselaje de la nave tenía un agujero del tamaño de un refrigerador. Esto es lo que se sabe hasta ahora de un incidente que pudo terminar en tragedia para los 177 ocupantes del avión.