Una lluvia de confeti de unos 1.360 kilos (3.000 libras) bañó al mar de fiesteros en Times Square, Nueva York, muchos de los cuales se habían mojado antes en el día por un breve aguacero. Foto: Reuters
Una lluvia de confeti de unos 1.360 kilos (3.000 libras) bañó al mar de fiesteros, muchos de los cuales se habían mojado antes en el día por un breve aguacero. Foto: Reuters
Redacción EC

Nueva York [EFE / AP]. Decenas de miles de personas, hasta un millón según los organizadores, despidieron el año y dieron la bienvenida al en la icónica plaza de Times Square de Nueva York, con el clásico descenso de la bola de cristal y la ya imprescindible canción “Imagine” de John Lennon, interpretada por “X Ambassadors”.

Esta banda de rock alternativo de Nueva York cerró la velada cantando a coro la emblemática canción, interpretada momentos antes de que la bola se deslizara por el asta que la sostiene durante los últimos sesenta segundos de 2019. Luego sonó la emblemática canción de Frank Sinatra “New York, New York”.

Entre gritos y expresiones de alegría, la esfera de más de tres metros y medio de diámetro, cinco toneladas de peso y 32.256 bombillas led se dejó caer acompañada de un espectáculo pirotécnico y una lluvia de 1.360 kilogramos de papeles de confeti, muchos de los cuales llevaban grabados los deseos escritos por quienes visitaron Times Square los últimos días del año.

Desde antes del mediodía y entre fuertes medidas de seguridad -por primera vez drones vigilaron la zona-, los participantes se fueron congregando para celebrar el evento, en el que no se permitía entrar con mochilas, grandes bolsas o paraguas, pese a que la lluvia apareció por unos instantes.

Una cadena de comida vendía por teléfono pizzas a 30 dólares, el doble de lo habitual, cuyos trabajadores podían acceder al recinto para buscar por móvil a sus agotados clientes.

Eric y Aileen Sanchez-Himes llevaron a su hijo y a su sobrino desde Framingham, Massachusetts, para que viviesen lo que consideran un “elemento en la lista de deseos”. Eric llevaba barras de granola y agua en su abrigo por si tenían hambre. Llegaron a las 10:30 de la mañana.

“Yo creí en Nueva York, en Brooklyn y en el Bronx, y nunca había hecho esto (...) Esta fue la primera vez y qué mejor año que 2020 para hacerlo”, dijo Aileen.

Mathieu Plesotsky, un turista de 25 años de Hesse, Alemania, señaló que quería ser parte del espectáculo tras verlo durante años por televisión. Llegó a Times Square a las 13:00 horas con su novia y disfrutaron de las actuaciones mientras esperaban para ver descender la bola.

La larga espera de los asistentes, que no contaron con baños públicos -algunos acostumbran a ir con pañales para aguantar tantas horas-, estuvo amenizada en un inicio por la actuación del veterano grupo de los Village People y su popular canción YMCA, a lo que siguió las actuaciones de LL Cool J., Julianne Hough, Alains Morissette, X Ambassadors, Sam Hunt, Jos Favelas y los Mariachi Sol de México, BTS, Pedro Capo, Lauren Alaina, Post Malone.

Una mujer pasa por un punto de control de seguridad. (AFP / Kena Betancur).
Una mujer pasa por un punto de control de seguridad. (AFP / Kena Betancur).
/ KENA BETANCUR

Desde que la policía de la Ciudad de Nueva York reforzó la seguridad y comenzó a perseguir la presencia de alcohol hace años, el cambio de año en Times Square es más una competición de resistencia que una celebración desatada.

Muchos llegaron antes de mediodía para conseguir un buen lugar cerca de la acción. El alcohol está prohibido. Los espectadores pasan por un control de seguridad para acceder a unos recintos de los que no pueden salir, ni para ir al baño, si esperan regresar a sus puestos.

El clima puede ser brutal. En la entrada de 2018, los termómetros marcaban -12 grados Celsius (10 Fahrenheit). Y un año más tarde, la lluvia caída durante toda la tarde provocó algunos charcos en los escenarios.

El tiempo parecía perfecto el martes, hasta que dejó de serlo. La lluvia, que no estaba prevista, empapó brevemente a los asistentes poco antes de las 20:30.

Con todo, la celebración fue una experiencia única en la vida para muchos.

“Esto era un sueño, quería hacerlo así que este año mucha gente me ayudó para llegar aquí, y aquí estoy. Estoy muy agradecida por esto”, dijo Mariemma Mejías, 48, que viajó desde San Juan, Puerto Rico, para la fiesta.

Amanda Camacho, 25, de Heredia, Costa Rica, contó que ella y su madre pasaron la tarde en los recintos de seguridad “hablando con la gente y conociendo y compartiendo”.

"Conocimos a gente de Corea, conocimos a gente de Guatemala que solo estaban aquí para Fin de Año, así que ha sido bastante genial”, agregó.


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