Esta mañana se llevó a cabo la audiencia de Ronald Lee Haskell, el asesino de la familia de Texas. Haskell entró encadenado y llevaba el uniforme naranja de presidiario. Al parecer, no pudo aguantar la presión y perdió el conocimiento hasta en dos ocasiones.
El color de su rostro iba desapareciendo a medida que los cargos por asesinato eran leídos por el fiscal. Haskell se enfrenta a la posibilidad de ser condenado a la pena capital.
El criminal estaba al lado de su abogado, Doug Durham, cuando comenzó a balancearse hacia delante. Trataron de sostenerlo, pero fue en vano porque igual se desplomó frente al juez Mark Kent Ellis.
Antes de los colapsos, Haskell había reconocido con un tranquilo “Sí” un par de preguntas que le formuló el juez acerca de sus derechos legales. Finalmente, este ordenó su detención sin posibilidad a fianza.
“Creo que (Haskell) tiene una capacidad limitada para entender lo que está pasando”, afirmó el abogado defensor.
Heskell tuvo que salir en silla de ruedas de la audiencia.