Redacción EC

Desde el estrado de la sala de prensa de la Casa Blanca, el presidente ha defendido el uso de hidroxicloroquina, un fármaco contra la malaria, para combatir las infecciones de . La propuesta, realizada por el mandatario estadounidense desde mediados de marzo pese a la escasa evidencia que avale su seguridad y efectividad, ha provocado gran controversia y el rechazo de muchos expertos. Incluso los asesores científicos del gobierno se han opuesto a ella.

Uno de quienes más resistencia puso a la propuesta fue el hoy exdirector de la agencia estadounidense a cargo de desarrollar una vacuna contra el coronavirus, Rick Bright, quien asegura haber sido despedido el último martes precisamente por no respaldar el tratamiento promovido por Trump.

Bright aseguró en un comunicado que fue despedido de su cargo al frente de la Autoridad de Desarrollo e Investigación de Biomédica Avanzada (BARDA por su sigla en inglés) “en respuesta a mi insistencia para que el gobierno invierta los miles de millones de dólares asignados por el Congreso para combatir la pandemia de Covid-19 en soluciones seguras y científicamente probadas, y no en drogas, vacunas y otras tecnologías carentes de mérito científico”.

Agregó que la medida se tomó debido a su resistencia a “directivas equivocadas” para apoyar el uso de cloroquina e hidroxicloroquina -usadas contra la malaria- para combatir el Covid-19.

Estoy alzando la voz porque para combatir este virus mortal, la ciencia — y no la política ni el nepotismo — deben encabezar la lucha”, dijo Bright, que fue degradado a una posición menor en el Instituto Nacional de Salud.

En específico, y en contra de directrices engañosas, limité el uso extendido de cloroquina e hidroxicloroquina, que el gobierno promueve como un remedio universal, pero que claramente carece de méritos científicos", agregó.

Advirtió que pedirá al inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés) que investigue la politización de BARDA y las presiones que ejerce el gobierno para favorecer compañías con conexiones políticas.

El miércoles, Trump dijo no conocer a Bright. "Nunca he escuchado de él”, afirmó al ser cuestionado sobre el experto durante su rueda de prensa.

El tipo dice que fue despedido [...] Tal vez lo fue. Tal vez no. No sé quien es”, agregó.

Un médico respetado

Rick Bright, experto internacional en temas de influenza, desarrollo de vacunas y terapias y programas de diagnóstico, cuenta con un doctorado en inmunología por la Universidad de Emory (Atlanta). Obtuvo su licenciatura en biología y ciencias físicas en la Universidad de Auburn (Alabama).

Comenzó su carrera en el desarrollo de vacunas y terapias contra la influenza en la División de Influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

Se se unió a BARDA en el 2010 para dirigir el Programa Internacional de la División de Influenza BARDA, apoyando programas para desarrollar y mejorar la capacidad global para la producción y evaluación de vacunas contra la influenza en países en desarrollo.

La página web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un espacio dedicado a describir la trayectoria de Bright. Indica que antes de ocupar la dirección de BARDA se desempeñó como Director de la División de Influenza y Enfermedades Infecciosas Emergentes en la misma organización.

Fue responsable de preparar a Estados Unidos para las pandemias de influenza y coordinar la producción, adquisición y entrega de contramedidas médicas durante una respuesta pandémica. En este cargo, administró una cartera de proyectos para el desarrollo avanzado de vacunas, terapias, diagnósticos y dispositivos de respiración para ayudar en la respuesta y protección contra la influenza pandémica y estacional”, afirma la OMS.

Bright también ha sido asesor de la OMS y del Departamento de Defensa de Estados Unidos y recibió el Premio de Ciencia Charles C. Shepard a la Excelencia Científica.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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