Redacción EC

Neosho. [Reuters]. La pandemia de ha restringido casi todas las libertades en , pero para Meghan Lindsey ha hecho lo contrario ya que nunca se había sentido más libre.

Viajar a la ciudad de Nueva York a los 33 años para trabajar como enfermera en una unidad de COVID-19 supuso la primera vez que Meghan, casada y madre de dos hijos, salió del suroeste de Missouri.

Fue mi primera vez en un avión”, dijo esta trabajadora sanitaria, que cuenta que llegó a tener turnos de 12 horas en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Winthrop de la Universidad de Nueva York. “Al volar a Nueva York fue la primera vez que vi el océano”.

Hay muchas historias sobre muertes solitarias por coronavirus en los hospitales de la ciudad y trabajo traumático de enfermeras que los atienden.

La enfermera Meghan Lindsey se sienta en su vuelo de conexión a casa con una máscara de protección facial en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, Georgia (Estados Unidos). REUTERS/Shannon Stapleton.
La enfermera Meghan Lindsey se sienta en su vuelo de conexión a casa con una máscara de protección facial en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, Georgia (Estados Unidos). REUTERS/Shannon Stapleton.
/ SHANNON STAPLETON

Pero la historia de Meghan trata de oportunidades inesperadas. Es un relato de cómo la pandemia le dio a una mujer la oportunidad de salir de su rutina, enfrentarse al peligro y tener un impacto positivo, y sobre cómo su esposo se quedó en casa para cuidar a sus hijas.

Siempre quise hacer algo por mi país”, comentó Meghan. “Esta fue una oportunidad única en la vida de hacer algo significativo”.

Los primeros turnos de enfermería de Meghan en Nueva York fueron impactantes.

Hay muchos enfermos en Missouri con enfermedades crónicas como la diabetes, en los que el avance de las patologías es lento y los deterioros son conocidos por los profesionales sanitarios. En tanto, a los pacientes de COVID-19 los apabulla un virus que en muchos casos acaba con ellos en pocos días.

“Una de mis pacientes tenía los dedos de los pies arreglados y aún llevaba las joyas puestas”, contó Meghan.

Debido a que eran pacientes de coronavirus y se prohíben las visitas, era Meghan quien les sostenía las manos mientras morían.

Cuando conoces a una familia en FaceTime y los oyes llorar y sollozar, te enteras de sus apodos y comienzas a conocerlos, se convierte en una historia muy personal”, sostuvo Meghan. “Te cuesta distanciarte y no llorar por ellos también”.

A pesar de las muertes, el tiempo que Meghan pasó en los pabellones COVID-19 de Nueva York fue inesperadamente enriquecedor. La pandemia le dio algo que su vida en Missouri hasta ahora no tenía: una sensación de que todo encajaba.

La enfermera  Meghan Lindsey posa en las afueras del Hospital Winthrop en Mineola, Nueva York. (REUTERS/Shannon Stapleton).
La enfermera Meghan Lindsey posa en las afueras del Hospital Winthrop en Mineola, Nueva York. (REUTERS/Shannon Stapleton).
/ SHANNON STAPLETON

Cuando Meghan se graduó en la escuela de enfermería, no fue como ella imaginaba. Resultó ser un trabajo, sin más, y deprimente.

Ahora, por una vez, es algo realmente importante”, señaló. “Esta es la primera vez desde que me convertí en enfermera en que siento, ‘Sí, este es el motivo’. Puedo hacer algo importante, puedo ayudar, y soy lo suficientemente fuerte para ello".

Sus hijas, según relató, están orgullosas. "Saben que lo que hago es difícil y que pongo mi vida en peligro”.

Meghan es de un pequeño pueblo de Missouri. Su madre era directiva en Walmart y su padre trabajaba en la construcción. Antes de perder su trabajo por la pandemia, su esposo Aaron vendía sistemas de extinción de incendios a pequeños negocios.

Además, Meghan es la primera de su familia en terminar la universidad y ha mantenido unidos a sus parientes durante mucho tiempo. Pero por muy emocionante que fuera estar en Nueva York, también fue duro.

A menudo se preguntaba si debía volver a casa, pero su esposo le dijo que no. Él y las niñas estaban bien, lo que ella hacía era importante y él estaba orgulloso de ella.

La enfermera Meghan Lindsey se baja de un vehículo en Nueva York. Imagen del 6 de mayo de 2020. (REUTERS/Shannon Stapleton).
La enfermera Meghan Lindsey se baja de un vehículo en Nueva York. Imagen del 6 de mayo de 2020. (REUTERS/Shannon Stapleton).
/ SHANNON STAPLETON

Si no fuera tan buen padre y estuviera ahí para mis hijas, nunca podría hacer esto”, dijo.

Meghan debía usar equipo de protección individual durante sus turnos y pasaba por un largo proceso de descontaminación cuando llega a casa cada noche.

Vivía en una habitación de hotel con otra enfermera y tenía que buscar una lavandería casi todos los días para sus uniformes.

Los restaurantes a veces le daban comida gratis a ella y a sus amigos “porque somos enfermeras”, manifestó con un poco de asombro.

Finalmente, Aaron afirmó que a veces estaba un poco celoso o preocupado por el viaje a Nueva York de Meghan, pero sobre todo orgulloso por la labor de su esposa.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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