Las autoridades de Estados Unidos tienen varias investigaciones abiertas contra Donald Trump -que van desde sus declaraciones de impuestos hasta el asalto al Capitolio-, pero son los rivales del expresidente los que caen como moscas. Incluso aquellos que son parte de su propio partido.
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El golpe más reciente contra sus detractores llegó esta semana con la derrota electoral de la congresista Liz Cheney, el rostro más representativo del movimiento anti-Trump dentro del Partido Republicano.
Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney, perdió estrepitosamente -por un margen de más de 35 puntos- en las elecciones primarias del partido en Wyoming de cara a las legislativas de noviembre, algo que atribuyó a su férrea oposición a Donald Trump.
Al aceptar los resultados, afirmó que no estuvo dispuesta a “secundar la mentira del presidente Trump sobre las elecciones del 2020″ para ganar unas primarias.
La política no es una opsitora cualquiera para Trump. Cheney es la principal cara republicana en la comisión de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero del 2021 por parte de una turba de partidarios de Trump, ataque al que se refirió haciendo un guiño a su futuro político. También forma parte del puñado de republicanos que votó a favor del ‘impeachment’ a Trump en el Congreso.
Para la analista internacional Brenda Estefan las elecciones primarias en Wyoming eran vistas como un simulacro de las que se realizarán en otros estados.
“Esta primaria simboliza la división que atraviesa el Partido Republicano en esta elección. Ha sido un duro golpe para el campo conservador tradicional representado por Liz Cheney, que se convirtió en la portavoz de los republicanos anti-Trump, ella fue una de los 10 de más de 200 miembros del Congreso que votó a favor del impeachment a Trump, entonces se volvió una cara muy visible dentro del antitrumpismo en el Partido Republicano”, dice a El Comercio.
Dominio de Trump
Si la elección del martes 16 era considerada una especie de termómetro, se confirmó lo que las encuestas y analistas llevaban tiempo afirmando: que, pese a sus problemas con la justicia, una gran mayoría de los republicanos sigue apoyando a Donald Trump.
“De hecho, el 75% de los republicanos conserva una opinión positiva del exmandatario”, señala Estefan.
Hernán Molina, analista político argentino radicado en Estados Unidos, considera que la derrota de Liz Cheney refuerza la noción de que Trump tiene el poder en el Partido Republicano y que el partido se ha convertido en la agrupación de Trump.
“Esto refuerza su liderazgo y le manda un mensaje a todos aquellos que han pensado en desafiarlo porque, obviamente, la base está con Trump. El partido está tomado por Trump, más del 85% de la gente que se considera republicana lo apoya”, dice a este Diario.
Agrega que los que han quedado como minoría dentro del partido están básicamente viviendo en el ostracismo político y tienen que esperar hasta que Trump se desvanezca o pierda ese liderazgo.
Para Estefan, un detalle notorio es que los republicanos no quieren que Trump sea juzgado por el asalto al Capitolio. “Y Cheney es la vicepresidenta de la comisión que está investigando en el Congreso qué fue lo que sucedió. Ella no solo tenía la postura anti-Trump, sino también pro-juicio de Trump, y esa visión solo la apoya el 3% de los republicanos”, acota.
“En el Partido Republicano, ella es el extremo opuesto a lo que significa Trump”, agrega.
Futuro incierto
¿Qué puede venir para Cheney? Las especulaciones de que pueda lanzar una candidatura presidencial han aumentado, alimentadas por la propia republicana.
Cheney describió su derrota como el comienzo de un nuevo capítulo en su carrera política y este miércoles 17 se mostró cada vez más abierta a pensar en competir por la Casa Blanca en el 2024.
En declaraciones a la cadena NBC tras su derrota, Cheney, que se encuentra en su tercer mandato en el Congreso, afirmó que Trump es “una amenaza y un riesgo muy graves para nuestra república”. Añadió que para derrotarlo será necesario “un frente amplio y unido de republicanos, demócratas e independientes, y eso es lo que pretendo hacer”.
Estefan destaca que el nombre de Cheney tiene un peso pequeño pero importante dentro de la base conservadora. “Es una mujer que dada su historia familiar y dados sus votos conservadores en contra del aborto, del matrimonio homosexual, etc. puede congraciarse con la parte más tradicional y conservadora del electorado. Creo que por lo menos estaría en el foco de la atención para encabezar el enojo de la base conservadora en contra de Trump”.
“Podría sonar medio ilógico por la derrota estrepitosa que sufrió en Wyoming, pero el escenario electoral en Estados Unidos puede ser muy cambiante dependiendo de lo que suceda en los últimos meses. Trump tiene muchos juicios e investigaciones. Hay escenarios en los que a Trump podría complicársele llegar a las elecciones”, añade.
Sobre otros posibles rivales para Trump dentro del Partido Republicano los expertos coinciden en que está claro que sigue habiendo un claro apoyo a Trump.
“Hoy por hoy no hay grandes desafíos dentro del Partido Republicano para Trump, puede ser que si Ron de Santis decide desafiarlo en una primaria pueda ganar en Florida, pero es relativo y todavía falta bastante para eso”, dice Molina.
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