El nombre de Donald Trump parece estar destinado a pasar a los anales de la historia política estadounidense. Y no precisamente por los mejores motivos.
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El jueves por la noche, un gran jurado de Nueva York decidió imputarle cargos penales al expresidente por el pago de 130 mil dólares a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de que guarde silencio durante la campaña presidencial del 2016 sobre una supuesta relación extramatrimonial que habrían mantenido años atrás.
En consecuencia, Trump se ha convertido en el primer exmandatario estadounidense que se sentará en el banquillo de los acusados por un delito penal.
El republicano de 76 años quedó “conmocionado” tras conocerse la resolución, pero está “dispuesto a luchar”, según declaraciones de su abogado Joe Tacopina recogida por diversas agencias internacionales.
Fiel a su estilo, además, Trump aseguró a través de su red social Truth Social que el posible juez que esté a cargo del caso, Juan Manuel Merchan, lo “odia”. El magistrado estuvo a cargo de supervisar el juicio por fraude fiscal de la Trump Organization el año pasado.
¿QUÉ SIGUE AHORA?
A la fecha se desconocen los cargos que pesan sobre Trump. Sin embargo, el expresidente tendrá que presentarse ante el Tribunal Penal de Manhattan como parte del proceso.
Según la defensa del multimillonario, este viajará el lunes de su residencia en Mar-a-Lago, en Florida, a Nueva York para presentarse ante el tribunal. Al igual que otros detenidos, Trump tendrá que dar su nombre, edad, profesión y someterse a la toma de huellas dactilares y a ser fotografiado.
El abogado Tacopina aseguró que su cliente no será esposado.
A partir de entonces el proceso puede tomar tres caminos: retirarse los cargos contra Trump, declararse culpable a cambio de una sentencia más benévola o que se convierta en un juicio.
La defensa de Trump ya ha adelantado que pretende declararse “no culpable” y es muy poco probable que los cargos en su contra sean retirados, por lo que la probabilidad más alta es que el caso evolucione hacia un juicio.
Pero incluso entonces los abogados tienen preparadas una serie de apelaciones con las que buscarán alargar el proceso.
CARRERA PRESIDENCIAL
¿Con qué fin buscarían que este juicio se extienda? Lo más probable es que busquen ganar aire hasta las elecciones presidenciales del 2024, unas en las que Trump ya anunció que participará.
En Estados Unidos una persona acusada o condenada penalmente puede presentarse a cualquier cargo público y ser electa.
Además, en 1970 el Departamento de Justicia consideró que un presidente en ejercicio no debería tener que responder judicialmente, ni siquiera por hechos anteriores a su investidura, por lo que el proceso quedaría suspendido mientras ejerza el cargo.
Un sondeo de la Universidad Quinnipiac publicado a mediados de marzo muestra que Trump es el precandidato favorito dentro de los republicanos con un 46% de intención de voto.
En segundo lugar aparece el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis con un 32%.
“Faltando un año para las elecciones no están claras cuáles serán las candidaturas o alianzas, tanto en Demócratas como Republicanos. Lo que sí podemos asegurar con absoluta certeza es que Trump jugará un papel político muy importante en el futuro estadounidense”, comenta a El Comercio la analista mexicana y experta en política internacional, Brenda Estefan.
Por el lado político, la gran pregunta en torno al proceso será quién conseguirá capitalizar mejor esta situación. ¿Acaso lo hará Trump o surgirá un rival republicano a la altura?
“Es difícil saber cómo será finalmente la reacción de los republicanos porque Donald Trump logró con su partido lo que Benjamín Netanyahu logró en Israel con el Likud: radicalizarlo hacia la derecha extrema. Los sacó de su posición moderada, de su tradicional posición de centro-derecha para convertirlo en una fuerza volcada hacia un agresivo conservadurismo duro. Entonces, habrá que ver si esta radicalización del Partido Republicano se mantiene o incluso si se incrementa”, opina al respecto el analista internacional Claudio Fantini.
“Yo creo que Trump usará este evento a su favor políticamente. Recordemos que la semana pasada, cuando consideraba que se daría esta resolución, él llamó a sus partidarios a salir a las calles en una movilización con los argumentos que ya conocemos. También será preciso esperar que sus rivales políticos usen este evento para atacarlo. La realidad es que si vemos la popularidad de Trump ha crecido en los últimos meses. Incluso desde febrero hasta la fecha ha aumentado de manera importante entre los republicanos que votarán en primarias. Actualmente recoge un 54% de intención de voto, muy por delante del 24% del gobernador de Florida, Ron DeSantis”, señala por su parte Estefan.
Ambos analistas coinciden en que Trump buscará la forma de capitalizar este revés judicial a cambio de ganancia política. Fantini señala que el discurso del republicano se centrará en que el proceso “es una conspiración de la izquierda liderada por Joe Biden para impedir que pueda ser presidente”.
“O sea, para proscribirlo, para usar el término que usa en Argentina Cristina Kirchner. Definitivamente, lo que vemos es que tanto por izquierda como por derecha, los líderes en el mundo, presidentes y expresidentes, que son acusados de corrupción o delitos graves, se victimizan diciendo que se trata de oscuras conspiraciones para destruirlos e impedir que puedan volver”, apunta el internacionalista.
Para Estefan, además, esta situación refleja que Trump ha conseguido seducir a sus seguidores más allá de la razón y apelando a las emociones y la polarización. “Creo que al igual que en otros países los liderazgos populistas que mueven las emociones del electorado, logran movilizar a la sociedad en torno a sus proyectos políticos, pese a que muchas veces estos no tienen una solvencia técnica o financiera. Trump lo ha hecho a lo largo de su carrera política criticando a los actores que más duelen a la sociedad, centrándose en pequeñas frases cortas”, explica.
FUERA DE CARRERA
¿Y hay algún escenario en el que Trump pueda ser sacado de carrera? Sí existe, no aplicaría en este proceso pero sí en otro que pulula peligrosamente sobre el líder republicano.
Según la Constitución estadounidense, haber participado en una “insurrección” o una “rebelión” contra el país inhabilita a un ciudadano a postularse a la presidencia.
Recordemos que el comité encargado de investigar el asalto al Capitolio concluyó brindando una conclusión al Departamento de Justicia de inculparlo por haber “llamado a la insurreción” durante aquel fatídico 6 de enero del 2021.
Aunque aún no se han presentado cargos contra Trump por ese caso no se puede descartar que esto suceda antes del 2024.
Pero, ¿qué pasaría si Trump queda fuera de carrera?
“La mayoría de republicanos consideran que Trump no fue responsable del asalto al Capitolio, sino que lo organizaron grupos de extrema izquierda que querían dejar mal a Trump, como el famoso Antifa. Eso nos deja ver que han comprado ese discurso que va en contra de toda la evidencia. Dejarlo fuera de carrera generaría una polarización aún más profunda en la sociedad estadounidense”, teme Estefan.
Fantini, por su parte, esgrima que se abriría una pequeña oportunidad para que el ala moderada del Partido Republicano recupere el control del mismo, aunque admite que es una opción bastante lejana.
“Lo que habría que ver es si en el caso de que Trump quede fuera de competencia sería Ron DeSantis o un representante del ala moderada su reemplazo. La verdad es que el ala moderada de los republicanos está muy disminuida, ya han perdido a John McCain, quien era su figura más potente. Le queda Liz Cheney, la hija del exvicepresidente de George W. Bush, quien aún representa al republicanismo moderado. Pero la verdad es que están muy disminuidos, hoy la figura que más asoma es la del gobernador DeSantis”, afirma.